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La ONU admite que Filipinas debió haber recibido ayuda por el tifón mucho antes

Fuentes: Agencias

La ONU admitió ayer que la ayuda humanitaria que necesitó Filipinas después del paso del tifón «Haiyán» por el centro del país, que ha causado 5.240 muertos y millones de desplazados, debía haber llegado mucho antes. «Todos podíamos haber reaccionado más rápido», aseguró a Efe la coordinadora humanitaria de la ONU en Filipinas, Luiza Carvalho, […]

La ONU admitió ayer que la ayuda humanitaria que necesitó Filipinas después del paso del tifón «Haiyán» por el centro del país, que ha causado 5.240 muertos y millones de desplazados, debía haber llegado mucho antes.

«Todos podíamos haber reaccionado más rápido», aseguró a Efe la coordinadora humanitaria de la ONU en Filipinas, Luiza Carvalho, quien reconoció que no esperaban que «Haiyan», con vientos de hasta 315 kilómetros por hora, dejara tras de sí tanta destrucción.

La mayoría de la asistencia no llegó hasta más de una semana después del paso del tifón.

«Honestamente, creo que nadie se lo esperaba. Fue apabullante», afirmó Carvalho en referencia a las numerosas críticas que ha recibido la respuesta humanitaria al desastre de Filipinas.

En una entrevista concedida en las oficinas de la ONU en Manila, Carvalho explicó que la lentitud de la respuesta humanitaria se debió, además de al factor sorpresa, a que la aglomeración de situaciones de crisis en Filipinas de este año debilitó la capacidad del Gobierno, las organizaciones internacionales y las ONG.

En poco más de tres meses, Filipinas ha vivido un asalto de más de dos semanas a la ciudad de Zamboanga, en el sur, por parte de rebeldes y el consecuente secuestro de más de 200 residentes, un terremoto de 7,2 grados en Bohol, que mató a 220 personas, y el paso de «Haiyan», considerado el tifón más potente de la historia del país.

«Ha sido un año muy atípico, y a todos nos quedaban pocos recursos para poder responder a tantos sucesos», aseveró la representante de la ONU.

Uno de los mayores imprevistos fue que la subida del nivel del mar, que en algunas zonas alcanzó los 10 metros, se llevó por delante todas las provisiones que se habían distribuido por las zonas más vulnerables en los días anteriores a la llegada del tifón.

«Antes de que el tifón tocara tierra, distribuimos recursos una vez que supimos su trayectoria y su fuerza, pero fue tan intenso que se lo llevó todo por delante», explicó Carvalho.

Carvalho apuntó asimismo como causa de la magnitud del desastre a la falta de comunicación del Gobierno de Filipinas con los ciudadanos sobre la fuerza del tifón y sus posibles consecuencias, algo que la representante de la ONU asegura que las autoridades han admitido y están estudiando.

Según Carvalho, el Gobierno está haciendo observaciones interesantes, y una de ellas es que no se trata solo de tener una estrategia de comunicación, sino de analizar qué es lo que está entendiendo el pueblo.

«Se dice que si las autoridades hubieran utilizado la palabra ‘tsunami’ en lugar de ‘marejada ciclónica’, la gente habría estado más atenta y no habría habido tantas víctimas, porque la palabra ‘tsunami’ tiene un valor histórico enorme», señaló la profesional.

Algunas zonas costeras de Filipinas, como la localidad de Tacloban, quedaron tan destruidas que grandes áreas de la ciudad tendrán que ser reconstruidas casi por completo.

«Tacloban nunca volverá a ser lo que era, eso es imposible. Estaba demasiado cerca de la costa, hasta el punto de que en algunas zonas que estaban por debajo del nivel del mar se habían construido casas», dijo la oficial de la ONU.

El PNUD, indica Carvalho, ya hizo un estudio hace dos años en el que indicó que Tacloban era una de las zonas más vulnerables a subidas del nivel del mar, que apuntó podrían ser de 3 a 10 metros.

«Había zonas en las que no se debía haber construido, pero había casas. Esto no puede volver a repetirse», instó Carvalho.

Para Carvalho, lo que hay que hacer es construir de forma diferente.

«El 80 por ciento de la población de Filipinas vive en la costa, y de ella un 30 por ciento vive en zonas muy bajas, y eso hay que cambiarlo», subrayó.

El «Haiyan» fue el tifón más fuerte registrado y el segundo desastre más mortífero en las historia reciente de Filipinas.