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Entrevista con Bijan Zarmandili, escritor iraní

La victoria de Ahmadineyad y el «partido de los basiji»

Fuentes: Lettera 22

Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti

Los incidentes en las calles y la rabia que se manifiesta por las plazas de Irán corren el peligro de sufrir una brutal represión del régimen ya que la protesta carece de un liderazgo que sepa dirigirla y encauzarla. Así comenta la situación en Irán Bijan Zarmandili, escritor, analista y columnista iraní, que vive desde hace años en Italia, donde acaba de publicar su tercera novela, «Il cuore del nemico» (Cooper), una historia sobre un «mártir» y sus contradicciones. «La victoria de Ahmadineyad en este momento tiene otra lectura, y es que la geografía política del país ha cambiado notablemente y que actualmente la batalla tiene lugar en el campo conservador».

Entonces, ¿el proyecto reformista se puede dar por extinguido?
Yo diría que ya lo estaba antes de las elecciones. Está claro que la lid se desarrolla en terreno conservador, entre un centro representado por Mussavi, Veleyati, Larijani [el negociador del dossier nuclear, N.d.R.], digamos entre conservadores «perdedores» y, en el área radical, entre quienes están ligados más o menos estrechamente al presidente…

Su victoria se ha visto enturbiada por la acusación de fraude electoral…
Fraudes fisiológicos y pilotados, a mi modo de ver: fisiológicos ya que nadie se esperaba una afluencia del 80%, y así el sistema se vio desbordado desde la apertura de las urnas, pese a que se sabía que acudiría mucha gente a votar.

Esa afluencia sumada a la idea del «fraude pilotado» explicaría la victoria de Ahmadineyad…
La afluencia masiva es una señal que todos deberán anotar. En cuanto a la victoria de Ahmadineyad es un fenómeno complejo sobre el que hay que reflexionar.

¿Cómo la explica?
Mediante la victoria del partido «virtual» de los basiji, los voluntarios de la revolución que ya forman parte de un partido que no es tal pero los iranís ya le han dado un nombre: «partido de los padegan«. «Padegan» es quien controla y defiende el territorio. En este caso, los basiji son padegan que controlan y defienden la geografía del poder, del poder de Ahmadineyad.

¿Cómo se formó este partido «virtual» y qué relación tiene con los pasdaran, guardianes de la revolución?
Existe una relación, y consiste en que los pasdaran marcan la dirección política. Sin embargo, el fenómeno basiji presenta una peculiaridad tal vez poco conocida que explica muchas cosas. Hoy por hoy los pasdaran forman ya parte del ejército: son una institución y también una fuerza económica. Poseen aeropuertos, controlan el comercio así como muchas actividades económicas…

¿En cambio los basiji serían quienes velan por la revolución? ¿Los que van por ahí a controlar que se respetan las reglas?
En parte, sí, lo que en realidad era una de sus tareas primarias, pero hay más. Los basiji han recibido la orden de alcanzar los … 13 millones. A cada uno de ellos, desde mucho antes de las elecciones, se le encargó que captara a tres, cuatro cinco nuevos basiji: un trabajo capilar cuyo fin era crear corporaciones.

¿Qué significa?
Significa crear una fuerza real y formar una nueva generación militante que ya no se ocupa sólo de ser una fuerza paramilitar que intimida a las chicas por las calles. Crear corporaciones significa penetrar en el cuerpo social del país, y por tanto, crear consenso y fuerza en torno al poder. En este caso, en torno al presidente Ahmadineyad.

¿Existen ya estas corporaciones?
Desde luego. Unas quince por lo menos: la de los artistas, los ingenieros, los militares… Hasta la de los mulás. Se trata de un sólido proyecto de militancia política difusa cuya función es la de estar presente, la de intervenir: rodear la casa de Shirin Ebadi (Nobel de la Paz iraní, N.d.R.) en los momentos cruciales, actuar durante las manifestaciones juveniles, intervenir en las manifestaciones estudiantiles.

¿Y su relación con la teocracia?
Su relación con la religión resulta preeminente y fundamental en el marco de un proyecto que trabaja sobre la base popular del país: había 50.000 mezquitas en Irán. Se han creado otras 40.000, que controlan los basiji. La nueva base militante del proyecto de Ahmadineyad.

http://www.lettera22.it/showart.php?id=10563&rubrica=67