La mayoría de los medios de comunicación han estado acostumbrados a mirar la pugna electoral entre el partido del Congreso indio y el BJP, cediendo en ocasiones cierto protagonismo a las formaciones de izquierda, o a otras de corte regional o sectorial. Sin embargo, en esta ocasión, una nueva formación política atrae también el foco […]
La mayoría de los medios de comunicación han estado acostumbrados a mirar la pugna electoral entre el partido del Congreso indio y el BJP, cediendo en ocasiones cierto protagonismo a las formaciones de izquierda, o a otras de corte regional o sectorial.
Sin embargo, en esta ocasión, una nueva formación política atrae también el foco mediático, el llamado Aam Aadmi Party (AAP), que algunos traducen como el partido «del hombre de a pie», «de los ciudadanos corrientes» o «del hombre común». Y cuyas siglas, AAP, en hindi significan «tú».
Los orígenes del AAP hay que encontrarlos en un importante movimiento anti-corrupción que ha movilizado a importantes sectores de la sociedad india en los últimos años, y que en 2012 se transformará en el partido político que se presenta a estas elecciones.
Sus resultados en las recientes elecciones locales de Delhi, que acompañados por la pugna entre el partido del Congreso y el BJP, le permitieron hacerse con el mando de la ciudad, aunque duró poco tiempo, han sido un importante impulso para lanzarse a esta campaña a nivel general en India.
A pesar de sus manifiestos y declaraciones las dudas acompañan a esta nueva formación, y algunos sieguen sosteniendo que difícilmente serán el giro que preconizan dentro de la compleja realidad política de India.
La bandera contra la corrupción puede acabar volviéndose contra el mismo partido, ya que como señala con ironía un alto dirigente de otro partido político, «para vencer unas elecciones va a necesitar la misma parafernalia que cualquier otra formación política en India, la corrupción». En ese sentido son muchas las voces que se preguntan si podrá sortear o hacer frente a esa corrupción endémica del sistema político indio.
La falta de cuadros y la necesidad de rellenar las listas para esta campaña serán otra prueba importante. A pesar de las posturas y declaraciones que rechazan la presencia de cualquier candidato corrupto en sus filas, la masiva afluencia a sus sedes para alistarse en las listas abre la puerta a la presencia final de personajes corruptos.
Una ideología muy poco definida y en constante construcción acompaña los primeros pasos de la formación. Así podemos escuchar a sus dirigentes afirmara que «no creemos en ninguna ideología. Creemos en la política basada en la necesidad», o «no estamos para hacer política, sino para cambiar la forma de hacer la misma». Ese «populismo apolítico», centrado sobre todo en la lucha contra la corrupción, y poco definido en otros temas clave como casta, cultura o religión, también da pie a muchas especulaciones sobre su futuro.
De momento cuatro pilares sustentan su proceso político. «En primer lugar, el Swaraj (el autogobierno a través de los individuos y la comunidad), donde la toma de decisiones debe suceder en el denominador más bajo de nuestra democracia, que es el panchayat (consejo comunal); en segundo lugar, Aam Aadmi (el hombre común) primero, donde deben redactarse las políticas para con la última persona o personas más vulnerables; .el tercer pilar es tolerancia cero con el mayoritismo y, por lo tanto, no hay política de casta, clase o religión; y finalmente la Constitución, que es el marco de referencia para la justicia, la equidad y la diversidad.».
Junto a ello hace gala de una política económica cuando menos poco definida, tal vez para no perder a los sectores marginados de la sociedad, aunque finalmente apuesta por la economía de mercado, con la vista puesta en atraer a las clases medias y sectores profesionales también.
Las limitaciones y algunas ventajas acompañan este camino del AAP. Algunos rivales políticos apuntan la ausencia de una dirección ideológica como una clara limitación. Así mismo señalan que a pesar de su discurso, se han centrado en las llamadas clases medias, lo que puede limitar su acción política. La lucha contr ala corrupción también es aplaudida, pero se preguntan muchos por la dirección d ela misma:
A pesar de todo, el AAP puede también presentarse como una innovación en el espectro político indio. Hasta ahora no es una realidad muy conocida, pero a medio o largo plazo puede acabar asentándose en el escenario institucional de India. Sus esfuerzos para llegar hasta lo que coloquialmente en Bollywood se define como «mango people» (gente común).
Todo parece indicar que el AAP se ha beneficiado más de lo que dice no ser que de lo que es. Pero todavía le queda mucho, y deberá definirse con mucha más claridad en determinados términos y cómo ve la alternativa en términos programáticos y de política, sobre todo si se ve a sí misma como una fuerza nacional.
Sus declaraciones contra el movimiento maoísta o las afirmaciones de sus dirigentes señalando que «Cachemira es parte integral de India», no parece situarle muy lejos del actual arco institucional de buen aparte de los partidos políticos actuales en India.
La realidad puede acabar impulsando o derrotando definitivamente al AAP. Algunos rivales políticos han señalado que una cosa en la lucha en torno a Delhi, donde la gente se lanzó hacia el AAP como alternativa al partido del Congreso indio, e incluso al BJP, pero en aquellos lugares donde otras formaciones distintas a esas sean las protagonistas, el AAP parece que no tendrá las mismas oportunidades de triunfar.
La campaña en estas elecciones supone ir más allá de lo que supuso la de Delhi, donde las demandas en torno a bijli [electricidad] y paani [agua] no serán suficientes. Muchos de esos rivales esperan con «ilusión» el devenir del AAP en algunas responsabilidades institucionales, conscientes tal vez que también caerán en las redes de la corrupción. «Sólo hay que esperar y ver. Una cosa es hacer promesas y otra cumplirlas. Sus manos limpias se verán expuestas a la realidad de la corrupción cuando comiencen a tener responsabilidades», apuntaba un dirigente del partido del Congreso.
Mientras que algunas de las promesas y de lo que dice el AAP ha estado siendo defendiendo desde el principio en India por las formaciones de izquierda, otros aspectos de la agenda de esta nueva formación pueden marcar definitivamente su devenir político. A día de hoy el sistema neoliberal que impera en India está en la raíz de la corrupción sistemática, por ello es difícil pensar que sin acabar con aquél se puede poner fin a ésta. Y a día de hoy, el AAP no ha mostrado una postura firmne en esa dirección.
Al contrario, algunos apuntan que tras el AAP, tras esa tendencia «apolítica», subsiste una realidad que puede acabar integrada en el sistema. Además, las limitaciones de uno u otro corte pueden hacerles fracasar definitivamente también. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio.
Txente Rekondo. Analista Internacional
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