Lejos de encontrar una solución, los gobiernos latinoamericanos insisten en que la única alternativa para lograr la paz y el desarrollo en Haití es la militarización. Días atrás, se reunieron en Buenos Aires, los viceministros de Relaciones Exteriores de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú y Uruguay, en un nuevo encuentro del mecanismo denominado «2×7 […]
Lejos de encontrar una solución, los gobiernos latinoamericanos insisten en que la única alternativa para lograr la paz y el desarrollo en Haití es la militarización.
Días atrás, se reunieron en Buenos Aires, los viceministros de Relaciones Exteriores de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú y Uruguay, en un nuevo encuentro del mecanismo denominado «2×7 sobre Haití».
En los resultados de la reunión quedó expreso que las salidas que América Latina encuentra a la crisis de Haití son viejas e infructuosas recetas ya empleadas por la Comunidad Internacional.
Un comunicado difundido por la Cancillería argentina destaca que los funcionarios coinciden con la necesidad de prorrogar por 12 meses el mandato de esa misión, como propuso el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan. «Exhortaron» al Gobierno de René Préval «a concluir con el proceso electoral en curso en Haití, convocando a la brevedad a las elecciones locales y municipales aún pendientes de realización». Y se mostraron satisfechos con la posibilidad que, en un futuro cercano, «este componente latinoamericano de la MINUSTAH se amplíe con la incorporación de otros países de la región».
En resumen: Extender por 12 meses la presencia de tropas en Haití y comprometer a otros países del continente a sumarse a la MINUSTAH y presionar al gobierno de Préval hacia próximas elecciones.
La Minustah desembarcó en Haití el 1º de junio de 2004 y reemplazó a una Fuerza Multinacional Provisional encabezada por Estados Unidos y Francia.
Desde entonces fueron escasos los logros de la Minustah. En los últimos días de julio, por lo menos seis personas murieron en la capital haitiana como consecuencia de violentos enfrentamientos entre bandas armadas y militares de la Minustah. Además, siete personas, entre ellas dos extranjeros, fueron secuestradas.
Las propuestas de la Comunidad Internacional establecen pocas alternativas. En primer lugar presencia militar y en segundo, la imposición de las mismas políticas neoliberales que llevaron a estos países al caos. Esto es instauración de una economía de libre mercado, el pago de las deudas acumuladas y relaciones dependientes del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, exigen la celebración rápida de elecciones y la puesta en pie de un gobierno democrático
La Comunidad Internacional determina que los países desarrollados tienen «la responsabilidad de proteger» a sus ciudadanos y a los demás naturales que viven en su territorio. Si los gobiernos no asumen su responsabilidad, la comunidad internacional no sólo tienen el derecho, sino la obligación de intervenir.
La lógica de estos países es que cada problema que produzca inquietud en el exterior -conflicto armado, desplazamientos internos y refugiados, hambre y epidemias- es resultado de una deficiencia del Estado, se trate del derrumbe total de este o de la incapacidad de los responsables políticos para actuar debidamente.