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Irán

Las mujeres rompen el tabú de la violencia sexual

Fuentes: Middle East Eye

https://www.middleeasteye.net/fr/

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

“Infame y aterrador. Me propuso darme un abrazo y luego dejar que lo besara. No esperó mi respuesta, me besó y me abrazó con fuerza. Tenía miedo, mis brazos y piernas estaban paralizados […] De todos modos, me escapé de la casa. Solo se lo conté a dos amigas cercanas. No sabíamos qué hacer, no teníamos ningún poder contra eso”.

Este post Instagram de Ninagolestani se encuentra entre varios cientos de publicaciones que denuncian casos de agresión o acoso sexual en Irán, contados bajo el hashtag violación (tajavoz).

Aparecido a mediados de agosto, este movimiento ha ayudado a liberar la voz de muchas víctimas de violencia sexual, principalmente mujeres, cuyas historias en ocasiones se remontan a más de diez años.

En una sociedad con un peso cultural, patriarcal y religioso importante, el surgimiento de un movimiento que se asemeja al momento #MeToo no tiene precedentes, porque la agresión sexual es un tema tabú en Irán.

“El dedo culpabilizador señala primero a la mujer”

Namus (el honor) evita que la mayoría de las víctimas hablen por temor a la desaprobación y la marginación. Exponerse significa correr grandes riesgos que pocas mujeres aceptan.

Esta situación no escapa a los agresores. Como planteó el colectivo Bidarzani, que hace campaña por los derechos de las mujeres, “son claramente conscientes de esta debilidad de las mujeres en Irán y saben que el dedo culpabilizador señala primero a la mujer”.

Según Pecritique, medio de crítica económica, la ambigüedad en la definición de violación es también una de las causas del silencio y la no denuncia de abusos a las autoridades judiciales, sin que algunas mujeres se den cuenta de que han sido víctimas efectivamente de una violencia sexual.

Además, el cuerpo de la mujer es un cuerpo político. Las prescripciones y prohibiciones siguen siendo numerosas, en particular en el reconocimiento legal de la violación y el acoso sexual, a menudo bloqueando cualquier intento de denuncia.

Así, el derecho penal iraní no reconoce la violación ni la agresión sexual. Solo el adulterio y los ataques físicos se acercan a ella, pero sin llegar a reconocer la naturaleza particular de la violencia sexual contra las mujeres.

La interpretación de los jueces toma una importancia decisiva, dejando a las mujeres iraníes en una situación en la que muchas de ellas apenas se atreven a emprender acciones legales por temor a perder.

La violación y el acoso sexual son todavía poco estudiados en el país para no empañar la moral pública y las autoridades actuales. Sin embargo, los pocos estudios existentes muestran una presencia a gran escala de estas diferentes formas de violencia.

Varios trabajos citados por la revista médica de La Media Luna Roja Iraní muestran así que casi el 65% de las mujeres en Irán se enfrentan a la violencia doméstica, en particular la violencia sexual.

En la mayoría de los casos, las mujeres también tienden a no dirigirse a las autoridades legales por motivos como sentimientos de culpa o temor a las dificultades económicas, temor al abandono por parte de sus familias, declive de posición social, fuertes rumores en su contra o incluso el riesgo de separación de sus hijos.

Por tanto, esta campaña de testimonios en las redes sociales es aún más inédita porque rompe varios tabúes. Incluso se nombra a algunos agresores, con el objetivo claro de revertir el peso de la responsabilidad que, hasta entonces, muchas veces se dejaba sobre las mujeres.

El espacio público virtual se reapropia así como campo de lucha destinado a marcar los espíritus y abrir la conciencia.

Internet para sensibilizar y resistir

Esta nueva etapa en la lucha por los derechos de las mujeres sigue a las acciones de sensibilización llevadas a cabo en Irán desde hace más de diez años. Entre ellos, Un millón de firmas, una campaña lanzada en 2006 para cambiar las leyes anti mujeres en Irán, ha dejado huella.

Jugando tanto con la movilización como con la educación, tuvo como objetivo estimular un cambio en la legislación para lograr el abandono de las políticas discriminatorias contra la mujer, particularmente en la igualdad en el matrimonio, la herencia y el fin de la impunidad de los asesinatos por honor.

Si la campaña dará lugar a reformas menores, sigue siendo una de las manifestaciones más importantes de la acción colectiva de las mujeres en Irán desde el comienzo del siglo XXI. Fomentando la acción social, el movimiento será seguido por otros, enfocados en demandas de acceso a estadios, campaña contra el uso obligatorio del velo o contra la lapidación.

En cuanto a la violencia sexual, también es desde principios de la década de 2010 cuando paulatinamente se ha ido afianzando la concienciación en el espacio público, principalmente virtual y audiovisual.

Películas como El Cliente (Foroushande ) pero también ¡Silencio! Las niñas no lloran ( ¡Hiss! Dokhtarha Faryad Nemizanand) y Yo soy una madre ( Man Madar hastam ), hablando de las violaciones de forma indirecta o a veces más explícita, intentaron transmitir un mensaje.

Internet también se ha utilizado como espacio de campañas de opinión que sirven como medio de sensibilización, incluso resistencia, contra la violencia contra las mujeres.

Varios feminicidios recientes han desencadenado así oleadas de protestas en las redes sociales.

En agosto de 2019, un departamento del Ministerio de Telecomunicaciones de Irán se […] convirtió en la primera entidad estatal en emitir directrices para combatir el acoso sexual.

El asesinato de Mitra Ostad, asesinada en mayo de 2019 por su marido, así como la muerte de Romina Ashrafi, decapitada por su padre en mayo de 2020, provocaron importantes estallidos de protesta.

El creciente papel de las redes sociales en el país hace que los ataques contra las mujeres ahora sean expuestos y debatidos en la arena pública.

Poco a poco, el silencio se rompe, provocando en ocasiones la reacción de las autoridades. En agosto de 2019, un departamento del Ministerio de Telecomunicaciones de Irán, la Organización de Tecnología de la Información, se convirtió en la primera entidad estatal en emitir directrices para abordar el acoso sexual y el abuso de poder en el lugar de trabajo.

Las reglas contra el acoso, que incluyen, pero no se limitan a, las amenazas físicas y verbales, comportamiento amenazante, intimidación y difamación, fueron iniciadas por la jefa de asuntos de la mujer de la organización, Meshkat Asadi. La discriminación se ha descrito en las directrices como una acción injusta por motivos de sexo, lo que no tiene precedentes.

Romper la omerta

Aún queda un largo camino por recorrer. Las transformaciones siguen siendo limitadas. El sistema legislativo sigue fracasando en ir más allá en igualdad de derechos. También queda por hacer la labor educativa para salir de los comportamientos que persisten en considerar a las mujeres como personas de segunda.

Si bien algunos estudios en Irán han indicado que la falta de instalaciones y normas de protección social fue uno de los factores que contribuyeron al surgimiento de la violencia contra la mujer, muchos colectivos siguen planteando la importancia de la educación.

Como informa la web de noticias Meidaan , “las mujeres víctimas de la violencia están haciendo público el relato de la violación porque ellas mismas quieren ser las narradoras de la violación”.

El momento MeToo en Irán, por lo tanto, contribuye a esta nueva visión de las cosas, rompiendo una omerta que sigue teniendo un gran peso, como señala en Twitter Shermin Naderi, iraní que expresa en su cuenta personal: “Estas historias son muy preciosas para mí, aprendo de ellas e incluso espero que algún día la enseñanza del buen comportamiento en la sociedad y el trato con el mundo adulto sea parte de los cursos escolares y universitarios”.

Las autoridades también parecen darse cuenta de la necesidad de reaccionar. Algunos violadores, identificados por los testimonios de las víctimas, fueron arrestados y el diario Hamshahri publica llamamientos que piden a las víctimas que presenten una denuncia ante la policía.

Queda por ver cuál será su futuro y qué impacto tendrán estos testimonios en las generaciones más jóvenes. Pero como informa una víctima anónima en la cuenta de Bidarzani: “Esta noche, mientras escribo la historia de mi vida, me siento nuevamente como la misma estudiante motivada y trabajadora que esperaba cambiar el mundo. Ahora me siento habilitada para escribir lo que pasó”: