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India

Llaman a la puerta, es el repartidor de periódicos

Fuentes: Outlook/CEPRID

Nota del CEPRID: Arundhati Roy está siendo colocada en el punto de mira del gobierno y la reacción india por sus opiniones sobre la lucha que los maoístas y diferentes organizaciones populares están impulsando en defensa de los pueblos tribales de India y en contra de los intereses de las grandes corporaciones empresariales, mineras especialmente, en extensas zonas del país. Por ello ha sido acusada de «connivencia con el terrorismo» y se han iniciado causas contra ella, como relata en este artículo. Además, su defensa de la independencia de Cachemira le ha supuesto un intento -aún no llevado adelante- de ser acusada de «sedición». El último episodio, por ahora, consiste en el segundo asalto que ha sufrido en su domicilio de Nueva Delhi el pasado 31 de octubre, un asalto cubierto por diversos medios de comunicación, televisiones entre ellos, lo que indica que estaba perfectamente preparado y que hay en marcha una campaña de criminalización y linchamiento popular contra ella (ver su artículo en inglés que publicamos). Por estas razones el CEPRID llama a la solidaridad con Arundhati Roy, y con quienes defienden sus mismos puntos de vista, y publicará con regularidad sus artículos.

Mientras el gobierno indio está considerando la posibilidad de desplegar al Ejército y a la Fuerza Aérea para sofocar la rebelión en el campo, cosas extrañas están sucediendo en las ciudades. El 2 de junio, el Comité para la Protección de los Derechos Democráticos celebró una sesión pública en Mumbai [Bombay]. Los oradores principales fueron Gautam Navlakha, asesor editorial de la Economic and Political Weekly, y yo misma. La prensa estaba allí. La reunión duró más de tres horas. Fue ampliamente cubierta por los medios de comunicación impresos y la TV. El 3 de junio, varios periódicos, canales de televisión y portales de noticias en línea como rediff.com cubrieron el evento con bastante precisión. The Times of India (Edición de Mumbai) publicó un artículo titulado ‘Necesitamos una idea que no sea ni izquierda ni derecha’, Y el Hindu Times publicaba un artículo titulado «¿Podemos dejar la bauxita en la montaña?». La grabación de la reunión se colgó en YouTube.

El día después de la reunión, PTI [Press Trust of India, la agencia de noticias estatal] publicaba un reporte inventando descaradamente lo que había dicho. El reporte fue publicado por primera vez en el Indian Express el 3 de junio con el titular «Arundhati respalda a los maoístas, desafía a las autoridades a su detención». He aquí algunos extractos: «La escritora Arundhati Roy ha justificado la resistencia armada de los maoístas y se ha atrevido a desafiar a las autoridades a su detención por apoyar la causa [maoísta] (…) El movimiento naxalita no podría ser otra cosa que una lucha armada. Yo no estoy apoyando la violencia. Pero estoy totalmente en contra de un análisis político que desprecia las atrocidades basadas en ella [estas palabras de Arundhati se refieren a la Operación «Caza Verde»]. Debería ser un movimiento armado en el camino de Gandhi. El pueblo [adivasi] ha debatido mucho antes de elegir esta forma de lucha» dijo Roy, que había saludado [apoyado] al «pueblo de Dantewada» después de que 76 miembros del CRPF [Cuerpos de Reserva de la Policía Federal, de carácter paramilitar] y policías fueran acribillados por los maoístas en el ataque más mortífero contra las fuerzas de seguridad. «Yo estoy de este lado de la línea, no me importa que me metan en la cárcel», afirmó.

Permítanme comenzar con el final del reporte. La sugerencia de que saludé al «pueblo de Dantewada» después de los maoístas matasen a los 76 CRPF y policías es una pieza de difamación penal. He dejado muy claro en una entrevista en la CNN-IBN que veía la muerte de los CRPF y policías trágica, y que yo pensaba que eran peones en una guerra de los ricos contra los pobres. Lo que dije en la reunión de Mumbai fue que yo era crítica y despreciaba esa industria de la condena hueca que han creado los medios de comunicación y que, a medida que la guerra continúa y crece la espiral de violencia, se está haciendo imposible extraer cualquier tipo de análisis de las atrocidades cometidas por ambas partes y que hacer un análisis de la atrocidad de sólo una de ellas no tiene sentido. Lo que dije fue que no estaba allí para defender la matanza de nadie, ni de los maoístas ni del gobierno, y que era importante saber qué estaban haciendo los CRPF con 27 fusiles AK-47, 38 INSAS, 7 SLR, 6 ametralladoras, una metralleta Sten y un mortero de dos pulgadas en los pueblos tribales. Si ellos estaban allí para hacer la guerra, condenar el asesinato de los CRPF por los maoístas significa ser un falso, es colocarse en el lado del gobierno en una guerra con la que muchos no estamos de acuerdo.

El resto del reporte de PTI es una mezcolanza, maliciosa e idiota, de lo que ocurrió en la reunión. Mis puntos de vista sobre los maoístas son claros. He escrito largo y tendido sobre ellos. En la reunión, dije que la resistencia del pueblo contra los intentos de las empresas corporativas de hacerse con la tierra consiste en una amalgama de movimientos con ideologías diferentes, en los cuales los maoístas son los más militantes. Dije que el gobierno ha etiquetado cada movimiento de resistencia, cada activista, como «maoísta» para justificar la represión siguiendo la moda militar. Dije que el gobierno ha ampliado el significado de «maoísta» incluyendo en esta palabra a todos los que no están de acuerdo con él, a cualquiera que se atreva a hablar de justicia. Me llamó la atención la gente de Kalinganagar y Jagatsinghpur que estaban llevando a cabo protestas pacíficas, pero vivían en estado de sitio, rodeados por cientos de policías armados, siendo literalmente linchados y contra quienes se dispara. Dije que la población local ha pensado mucho antes de decidir cuál debía ser su estrategia de resistencia. Hablé de cómo la gente que vivía en profundos poblados forestales en el interior no podía recurrir a formas de Gandhi de protesta pacífica porque era una forma de teatro político que, para ser eficaz, necesita un público comprensivo, que no tenía. Pregunté cómo las personas que ya estaban muertas de hambre podrían seguir una huelga de hambre. Yo ciertamente nunca dije nada por el estilo «que debe ser un movimiento armado». (No estoy segura de lo que en los bosques significa eso).

Llegué a decir que todos los movimientos de resistencia, muchos y diferentes hoy en día, independientemente de sus diferencias entienden que se lucha contra un enemigo común, por lo que todos están en un lado de la línea y que yo estaba con ellos. Pero de este lado de la línea, en lugar de sólo hacer las preguntas al gobierno, debemos hacernos algunas preguntas. Aquí están mis palabras exactas: «Creo que es mucho más interesante interrogarnos sobre la resistencia a la que pertenecemos, estoy de este lado de la línea. Estoy muy clara en ello. No me importa si me cogen y me ponen en la cárcel. Yo soy de este lado de la línea. Pero en este lado tenemos que hacernos preguntas y a nuestros compañeros».

Luego dije que si bien los métodos de resistencia de Gandhi no demuestran su eficacia, como el Narmada Bachao, sí tuvo una visión radical y revolucionaria de «desarrollo» mientras que los métodos de resistencia de los maoístas sí son efectivos, pero me pregunté si habían pensado en el tipo de «desarrollo» que querían. Aparte del hecho de que estaban en contra del gobierno de vender [la tierra] a empresas privadas, ¿es su política minera muy diferente de la política estatal? ¿Podría quedarse la bauxita en la montaña -que es lo que quieren las personas que componen sus cuadros- cuando llegue al poder? Mi lectura de Standar Oil Company de Pablo Neruda [que aparece en el «Canto General», un libro que siempre la acompaña y que regaló a una guerrillera maoísta en su visita a la zona liberada de Dandakaranya, como relata en «Caminando con los camaradas» -ver la parte III-] nos dice que esta es una vieja batalla.

El reportero de PTI no puede reclamar su derecho a dar su versión ni a su «interpretación» de lo que se dijo en ese acto. Es una falsificación descarada. Sorprendentemente, el reporte, hecho un día después del acto, fue publicado por varios periódicos y transmitido por canales de televisión el 4 de junio, cuando muchos de sus propios reporteros habían cubierto el evento con precisión el día anterior y, obviamente, sabían que el reporte es falso. The Economic Times dijo: «La búsqueda de publicidad de Arundhati Roy ¿quiere ser Aung San Suu Kyi?» [la opositora de Myanmar]. Tengo curiosidad, ¿por qué los periódicos y canales de televisión desean publicar la misma noticia dos veces, una verdadera y otra falsa?

Esa misma noche [se refiere al 4 de junio, cuando el reporte fue recogido ampliamente, como ha relatado], a las siete, dos hombres en motocicleta llegaron a mi casa en Nueva Delhi y comenzaron a lanzar piedras a las ventanas. Una piedra casi golpeó a un niño pequeño que jugaba en la calle. Las personas enojadas se reunieron y los hombres huyeron. En cuestión de minutos, un Tata Indica llegó con un hombre que decía ser un reportero de Zee TV, preguntando si se trataba de «la casa de Arundhati Roy» y si había habido problemas. Es evidente que se trataba de una maniobra orquestada, organizada para una exhibición de «ira popular» para la alimentación de nuestros canales de televisión.

Afortunadamente para mí, esa noche la maniobra les salió mal. Pero había más por venir. El 5 de junio, el Dainik Bhaskar en Raipur publicaba «Himmat ho to AC kamra chhod kar jungle aaye Arundhati (Si tiene las agallas, Arundhati debe salir de su habitación con aire acondicionado e irse a la selva)» en un artículo en que Vishwa Ranjan, director general de la policía de Chhattisgarh, me desafió a enfrentar a la policía y unirme a los maoístas en el bosque. Para no ser menos, una líder del Partido Bharatiya Janata de Chhattisgarh [es un partido derechista, de corte hinduista], la Sra. Poonam Chaturvedi, anunció a la prensa que a los traidores como yo, se nos debía aplicar la pena de muerte. (Tal vez alguien debería decirle que esta clase de incitación directa a la violencia es un delito según el Código Penal de la India.) Mahendra Karma, jefe de los asesinos «del pueblo», la milicia Salwa Judum, que es culpable de innumerables actos de violación y asesinato, preguntó a la justicia qué medidas había adoptado contra mí. El martes, 8 de junio, Nayi Duniya informó que se han presentado denuncias en mi contra en dos estaciones de policía distintas en Chhattisgarh, Pada Bhata y Bandha Teli, por particulares por mi «apoyo abierto a los maoístas».

¿Es esto lo que la Inteligencia Militar llama operaciones psicológicas? ¿O es el avatar urbano de la Operación «Caza Verde»? ¿Una agencia de noticias del gobierno ayuda a que el Ministerio del Interior construya un archivo de los que se quiere enfrentar, inventando pruebas cuando no las pueden encontrar? ¿O está PTI tratando de iniciar el conocido método del linchamiento para así no arriesgar su su reputación internacional, mediante la captura o eliminación de cualquiera de nosotros? ¿O es sólo una manera de forzar a una polarización de la situación, un embrutecimiento ridículo del debate «si no está con nosotros, usted es un maoísta»? ¿No somos sólo unos maoístas, sino unos estúpidos, gritones y arrogantes maoístas? Sea lo que sea, es peligroso, y sin vergüenza, pero no es nuevo. Pregunte a cualquiera en Cachemira, cómo cualquier joven musulmán es considerado como un «terrorista», sin ninguna prueba, excepto los informes sin fundamento de los medios de comunicación. Pregunte a Mohammed Afzal, condenado a muerte para «satisfacer la conciencia colectiva de la sociedad».

Ahora que la Operación «Caza Verde» ha comenzado a llamar a las puertas de la gente como yo, imagínate lo que está pasando con los activistas políticos y los trabajadores que no son bien conocidos. Para los cientos que están siendo encarcelados, torturados y eliminados. La censura no es el único problema. La fabricación de las noticias es aún más grave.

Nota: este artículo fue publicado inicialmente en la revista india Outlook y enviado al CEPRID por el Foro de Artistas e Intelectuales Activistas Culturales de Bengala Occidental como parte de su campaña contra la criminalización de los intelectuales disidentes con la política oficial del gobierno indio, en especial, con la llamada Operación «Caza Verde» con la que se intenta desplazar a los pueblos indígenas y tribales de sus territorios ancestrales para hacer entrega de los mismos a las multinacionales mineras. Una situación, por cierto, idéntica a la que ocurre en otras partes del mundo como Canadá y América Latina.

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés

http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article988