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Los 101 años de la Organización Internacional del Trabajo

Fuentes: Rebelión

El 11 de abril de 2020 se conmemoró el centésimo-primer aniversario de la fundación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Entre enero y abril de 1919, luego de que se firmara el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial (11 de noviembre de 1918), y bajo el formato de una Conferencia de Paz, en París (donde se redactó el Tratado de Versalles que cerró oficialmente el conflicto bélico mencionado), se reunieron para elaborar el Acta constitutiva de esta Organización, representantes de Bélgica, Cuba, Checoslovaquia, Francia, Italia, Japón, Polonia, Reino Unido y Estados Unidos, movidos por la convicción de que sin justicia social no habría paz, ni universal ni tampoco permanente.

A principios del Siglo XX las condiciones de trabajo no eran nada favorables para la clase trabajadora ni en la industria, ni en la agricultura; la misma crecía vertiginosamente, aumentando asimismo la desigualdad, la explotación, además de incontables tragedias a nivel industrial tan frecuentes como incontrolables. Dichas condiciones de trabajo de total precariedad, vieron su situación agudizarse con la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

En 1917 se produce en Rusia la victoria de la Revolución de Octubre, cuyas causas tuvieron que ver con la pobreza extrema y las terribles condiciones de trabajo, lo que condujo a la clase proletaria, primero a una guerra civil, y luego a una revolución sin precedente en la historia de la humanidad. Una revolución proletaria que venía a reafirmar esa necesidad de contar con normas internacionales que regulasen las condiciones laborales de los trabajadores, y que se les tomara en cuenta.

De esta forma del Tratado de Versalles, basado en la necesidad de mantener el mundo fuera de otro conflicto a escala global, surge en primer término la Sociedad de Naciones (predecesor de la hoy conocida Organización de las Naciones Unidas), y en segundo lugar la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como partes de ese proceso de paz necesario. Este constituyó el primer intento de impulsar la cooperación internacional mediante la creación de una organización de carácter universal, que abordara los problemas políticos, sociales y económicos del mundo de aquel entonces.

En tal contexto internacional se constituye esta Organización, bajo el lema “La Paz universal y permanente sólo puede basarse en la justicia social“ (Preámbulo de la Constitución). La OIT se funda sobre un sistema que sienta en la misma mesa a representantes de gobiernos, de empleadores, y de trabajadores para debatir, cada uno con voz y voto, sobre las normas del trabajo. Este carácter tripartito es único y exclusivo todavía hoy en día de esta Organización en todo el sistema multilateral.

El mismo año de su fundación son aprobadas diversas normas, entre las cuales se encuentran Convenios sobre las horas de trabajo (en la industria), sobre la protección de la maternidad, referente a la edad mínima, el desempleo, el trabajo nocturno para mujeres, entre otros. Hoy día la OIT cuenta con 187 Estados Miembros (las Naciones Unidas tiene 193, al igual que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura-UNESCO), y dispone de 190 Convenios Internacionales sobre el trabajo, de los cuales 8 son fundamentales, y rigen a todos los Estados Miembros en los ámbitos de libertad sindical, negociación colectiva, abolición del trabajo forzoso, eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación, y la abolición del trabajo infantil.

Indiscutible ha sido el avance en materia laboral en 101 años de existencia de una Organización que marcó un antes y un después en términos de las normas laborales internacionales. Sin embargo el futuro de esta Organización es igual o más retador que lo ya alcanzado, en un mundo más que complejo, pues la humanidad se ve afectada por crisis de diversas índoles, tales como la crisis sanitaria mundial, la globalización, la migración en todas sus formas, donde se requiere un mercado laboral más inclusivo, sin discriminación en ninguna de sus formas.

Reza la Declaración del Centenario de la OIT, adoptada en 2019 durante su Centésimo Octava Conferencia General, que la experiencia del siglo pasado ha confirmado que la acción continua y concertada de los gobiernos, los representantes de los empleadores y los trabajadores es esencial para alcanzar la justicia social y la democracia, así como para la promoción de la paz universal y permanente.

Ya son ciento uno los años que cumple hoy esta Organización especializada. Esperemos que pueda esta última ser justamente quien lleve a cabo la erradicación de dichas diferencias, y que con el concurso de todas las partes se haga en efecto cumplir la frase del preámbulo, frase que se hace cada día más latente en un mundo cada vez más marcado por las desigualdades.

Pablo M. Medina Jiménez es Especialista en Relaciones Internacionales

Blog del autor: medinajimenezpablo.wordpress.com