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Los foros y el altermundialismo: entrevista con el activista brasileño “Chico” Whitaker

Los foros sociales y el nacimiento de un nuevo actor planetario

Fuentes: Rebelión

Militante social brasilero, agudo analista político, Francisco Chico Whitaker es miembro de la Comisión Justicia y Paz de Brasil, una de las ocho organizaciones que fundaron el Foro Social Mundial (FSM) de Porto Alegre y hace parte del Consejo Internacional del mismo. A casi cinco años del nacimiento de esta propuesta, los foros sociales en la escala mundial, continental, regional, temática y nacional se han convertido en relevantes espacios de convocatoria para el movimiento altermundialista, tal como lo subraya en esta entrevista

¿ Podría recordarnos el marco histórico en el que surge la propuesta del Foro Social Mundial?

R: El siglo XXI acababa de comenzar y algo nuevo emergió en el mundo: el Foro Social Mundial, convocado por primera vez a inicios del 2001 en Porto Alegre, Brasil, en el mismo momento en que en Suiza se reunía el Foro Económico Mundial de Davos.

Con la consigna «otro mundo es posible», este encuentro se realizó los dos años siguientes en la misma ciudad, reuniendo cada vez más y más gente, con debates, manifestaciones en las calles y la decisión de comprometerse en acciones transformadoras. En 2004, el Foro se realizó en Mumbai, India, y acaba de reunirse a fines de enero del 2005 de nuevo en Porto Alegre, reuniendo a más de 150 mil personas.

En cuanto al futuro, un conjunto de foros ligados entre sí se realizarán en 2006 y en el 2007 un nuevo encuentro mundial se realizará en África.

En todo caso, es absolutamente imposible hoy ignorar al Foro Social Mundial, así como a los Foros Sociales regionales, nacionales, locales que se realizan desde el 2002.

P: ¿Cómo se explica este expansivo proceso?

Luego de la perplejidad causada por la caída del Muro de Berlín, se retomó una lucha que dura desde mucho tiempo contra la dominación del capital, impulsada por gente que insiste en creer que no hemos llegado al «fin de la historia».

Los foros reúnen a aquéllos para quienes los intereses de los seres humanos – incluyendo por supuesto el respeto a la naturaleza- deben estar en el centro mismo de toda decisión política, rol que no puede ocupar ni el dinero ni su acumulación. La decisión de la fecha en que se realiza el FSM quiere expresar que hay una alternativa al «pensamiento único» -que se centra exclusivamente en la lógica del mercado- de los dirigentes mundiales que se reúnen cada año en Davos.

El FSM denuncia las consecuencias del actual tipo de globalización que se impuso. Y busca fortalecer las relaciones de solidaridad entre los pueblos para promover una paz duradera entre las naciones.

Los participantes a los Foros exigen también, que en todas partes, los gobiernos elegidos democráticamente se comprometan en forma eficaz a actuar para disminuir las desigualdades sociales al interior de sus países y en el mundo entero.

La propuesta del Foro va todavía más lejos: abre nuevos caminos en la búsqueda de soluciones para los problemas mundiales. Y es esto lo que explica su éxito.

P: ¿Cuándo habla de nuevos caminos…también se refiere a nuevos métodos? ¿Qué es lo realmente nuevo de este proceso de foros sociales mundiales, regionales, nacionales?

Lo nuevo y novedoso es la propia manera en que se realizan. No se trata de una invención de los organizadores. Estos no hacen más que recoger las experiencias de lucha de la humanidad contra los diferentes tipos de dominación, durante las últimas tres décadas. Y de allí surge la propuesta de estructuras organizativas en redes; que no haya una conducción; las relaciones horizontales de poder.

La proposición de base del Foro Social Mundial fue la de pasar de simples resistencias con manifestaciones de protesta -que se multiplican en todas partes- a la proposición de alternativas. Y puso por delante un valor que será esencial en el mundo al que nosotros aspiramos: el respeto a la diversidad.

Los foros Sociales son abiertos -sin ninguna discriminación- a todos los que quieren cambiar el mundo, respetando las elecciones, cultura y ritmos de cada uno; rechazando al mismo tiempo los métodos violentos para realizar esos cambios. Por otra parte están organizados, como lo decía, según la lógica de redes: ningún participante ni ninguna actividad tiene más importancia que las otras y todos son co-responsables del evento (en el Foro del 2005 todas las actividades realizadas que llegaron a las 2000, fueron auto-gestionadas por aquéllos que las habían propuesto). El Foro niega, por lo tanto, las teorías y prácticas de acción política que se reposan en líderes carismáticos o en vanguardias iluminadas, tal como sucediera en algunos casos en el siglo pasado.

En ese sentido, los que organizan los Foros no los dirigen. No son más que facilitadores. Nadie puede hablar en nombre del Foro o intentar representarlo, porque no es ni un movimiento ni una entidad. Es, simplemente, un espacio de encuentro, en el cual las diferentes organizaciones de la sociedad civil pueden reconocerse y encontrarse (superando las barreras que las separan), ayudarse mutuamente, aprendiendo de los otros, construyendo nuevas alianzas para impulsar nuevas iniciativas.

P : ¿Los foros, entonces, como espacios de optimismo y de esperanza dentro de un modelo hegemónico que pregona, con sus hechos, todo lo contrario, es decir una visión casi fatalista del desarrollo de la humanidad?

Cada encuentro -mundial, regional, local- del proceso en marcha del Foro Social Mundial es, en sí mismo, un aprendizaje de una nueva cultura política, en la cual la competencia es reemplazada por la cooperación, lo que explica el clima de alegría de estos encuentros.

En efecto, centena de miles de personas que adhieren de más en más a esta iniciativa (entre los cuales un número creciente de jóvenes receptivos a la generosidad y la esperanza) se sitúan en una perspectiva más optimista de la naturaleza humana. Esta perspectiva -bien diferente a aquélla adoptada por los que dirigen hoy la economía mundial- fue muy bien resumida por Hazle Henderson, en un artículo sobre la designación del premio Nobel de Economía (Le Monde Diplomatique, febrero 2005), del cual retomo el siguiente razonamiento. El ser humano no es un agente económico racional, que tiene un cerebro reptil, obsesionado por más y más ganancia a partir del miedo. Sus motivaciones, más complejas, incluyen el cuidado de los otros y el compartir.

Todo esto tiene como consecuencia muy precisa el nacimiento efectivo de un nuevo actor político -independiente del Foro- que marcará , ciertamente, este nuevo siglo: esa red horizontal y democrática no dirigida a la que podemos denominar sociedad civil. Es, en efecto, el único actor que puede tener -por la expansión de la corresponsabilidad de todos los ciudadanos del planeta- un poder suficiente para que la construcción de «otro mundo» sea efectivamente posible.