Va a ser el color. Ahora que las curvas están a punto de desaparecer borradas por el plasma, no queda otra explicación. «Demasiado color distrae al espectador», contaba Jacques Tati, el cineasta francés. Tanto hemos recortado la televisión, es tan plana, que dentro sólo ha quedado sitio para el color. Millones de matices y tonos. […]
Va a ser el color. Ahora que las curvas están a punto de desaparecer borradas por el plasma, no queda otra explicación. «Demasiado color distrae al espectador», contaba Jacques Tati, el cineasta francés. Tanto hemos recortado la televisión, es tan plana, que dentro sólo ha quedado sitio para el color. Millones de matices y tonos. Millones de tontos.
«Para no ver la realidad, el avestruz hunde la cabeza en el televisor», desvela el escritor brasileño Millor Fernándes. ¿Quién sabe? Quizás por eso a los vascos nos duele tanto la mollera (según un reciente estudio, el 12,40% de la población de entre 18 y 65 años, cerca de 180.000 personas, sufren migraña en Euskadi). Si quieres saber, conocer, entender lo que pasa, apaga la tele. ¡Quítatela de la cabeza!
Ver lo que pasa o ver lo que ponen. Para lo segundo, puedes mirar Euskal Telebista (ETB), la televisión pública vasca, la tele de los políticos. Hace un par de semanas, el programa «Políticamente incorrecto», espacio políticamente correcto donde los haya, realizó un debate sobre la situación laboral. Sólo participaron los sindicatos ELA y LAB. Según el director del programa, «por criterios periodísticos». Por cretinos periodísticos.
Este martes, tras las quejas del Partido Socialista de Euskadi, del Partido Popular y de los sindicatos UGT y CCOO, el director general de EITB, Andoni Ortúzar, anunciaba ante el Consejo de Administración que «en las próximas semanas» se grabará un nuevo programa en el que tomarán parte ambos sindicatos. A las puertas del Consejo, frente a la sede de ETB en Iurreta, un centenar de delegados y sindicalistas de Comisiones Obreras denunciaban la falta de libertad de expresión tras una pancarta («ETB gurea da ere». La ETB también es nuestra). ELA, LAB, UGT, CCOO. Todos contentos… y políticamente incorrectos. El resto, a mirar la tele.
Cuéntale a tu jefe lo que piensas de él, publícalo, y la verdad te hará libre. La calle será tuya. Es la ley de la prensa. Quien paga, manda. Quien escribe, calla. France 2, la televisión pública francesa, emitió el lunes y el martes, en dos partes y en horario de máxima audiencia, un documental crítico sobre el presidente Jacques Chirac. «Es tan complicado, complejo y secreto como François Mitterrand, pero se oculta de otra manera», explica su realizador, Patrick Rotman. Es la primera vez que en Francia pasan por la tele un documental sobre un presidente en ejercicio. La primera vez que hablan del jefe en público. En Francia… y, probablemente, en el mundo.
«Es un signo evidente de una evolución, de una autonomía de la televisión pública frente al poder», afirma orgulloso Rotman. Un primer pasito. Hace unos días, dimitió el periodista Germán Yanke, director y presentador del informativo «Diario de la noche» de Telemadrid. Poco antes, entrevistaba en su programa a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid. La jefa se mostró visiblemente incómoda con algunas de las preguntas. El comité de empresa atribuyó la dimisión de Yanke a «presiones informativas» de la dirección. A criterios periodísticos. ¿O eran cretinos?
Periodistas libres. Preguntas comprometidas. ¿Quién será el primero en plantearle una al Lehendakari? ¿Y cuál será? ¿Cuándo llegará? ¿Falta mucho?… Tiene razón el escritor esloveno Zarko Petan. «Por suerte, la televisión idiotiza sólo a los que la miran». Para ver, desenchufa la tele y enciende la ventana. Al otro lado, muy cerca, en directo, está la vida.