A pocos días de la Cumbre de las Américas y a menos de la Cumbre de los Pueblos, la situación que se vive en Mar del Plata se aleja más que nunca de aquel viejo slogan de la ciudad feliz. Paralizados desde diferentes puntos; aterrorizados por la gran puesta en escena del estado policial desplegado […]
A pocos días de la Cumbre de las Américas y a menos de la Cumbre de los Pueblos, la situación que se vive en Mar del Plata se aleja más que nunca de aquel viejo slogan de la ciudad feliz.
Paralizados desde diferentes puntos; aterrorizados por la gran puesta en escena del estado policial desplegado en las calles a modo de desfile, enmarañados en rumores que al poco tiempo se vuelven noticias y verdades transmitidas por los medios «de información», por unos y otros los marplatenses son asustados y disuadidos a abandonar la ciudad o a permanecer encerrados.
Hace aproximadamente dos semanas llegaron a la ciudad los misiles tierra tierra y tierra aire, transportados por camiones militares llenos de soldados con armas trasladándose sin ningún decoro por las zonas de la costa.
Vecinos de barrios cercanos a la playa vieron la semana pasada maniobra militares en las playas. Sin saber lo que ocurría llamaron a la policía, la que les dijo que deberían ser malhechores, que se quedasen tranquilos. (¿¿¿???)
En la mayoría de los edificios que se encuentran dentro del vallado desde hace ya meses que los propietarios están al tanto de la permanencia en el edificio de francotiradores durante la Cumbre.
Información, desinformación, paranoia
Esta semana la municipalidad y un organismo que se identifica como «comando unificado» han editado un tríptico informativo que tiene como publico a los jóvenes que viven dentro del vallado.
Este folleto se titula «¿querés que te diga la posta?»; y mediante un sistema de preguntas y respuestas trata de explicar de que manera (manteniendo siempre a mano las acreditaciones y los documentos y colaborando con policías y censistas) «la vida marplatense se mantendrá sin interrupciones durante el evento».
En el ultimo inciso especifica que durante las «horas criticas del evento es posible que no se pueda ni salir ni entrar del vallado y que se recomienda que permanezcan en sus hogares».
A los marplatenses que contrataron para trabajos especiales en los hoteles (desde electricidad a sistemas, a que nadie de la comitiva podía hacerlos bien) se los va a retener toda la semana en estos lugares de trabajo sin ningún tipo de comunicación con el exterior, ni teléfonos, ni visitas ni salidas.
El intendente Katz apareció este lunes en la televisión (que permanentemente emite noticias sobre la cumbre) a decir que el no sabia como iba a hacer para salir de su casa durante los días de la cumbre y también que quería asegurarles a los marplatenses el derecho a manifestarse, aunque iba a ser difícil evitar los incidentes…
Si bien los hospitales han sido casi desalojados y están suspendidas todas las intervenciones quirúrgicas programadas y los médicos asistieron a cursos especiales para socorrer a gente con problemas respiratorios para los que los «nuevos gases» pueden ser letales, no se han vaciado las comisarías ya que las medidas y lugares de detención, según se dice, corren a cargo de la «policía de la cumbre» es decir, de las fuerzas de seguridad de Estados Unidos.
Por otra parte 7 escuelas funcionaran como centros de evacuación en caso de «amenaza terrorista». Al mismo fin se debe la llegada de los miles de ataúdes y bolsas de nylon.
Todas las clases y la mayoría de los trabajos van a estar suspendidos, los colectivos cuentan con nuevos e intrincados recorridos dentro del vallado solo funcionaran los taxis habilitados.
Las vallas miden dos metros de alto, son azules y desde esta semana están apostadas de a seis en las esquinas céntricas, sin armar. Se habla de un doble y hasta triple vallado, este ultimo no esta confirmado, el cuatro, para el día de la marcha.
La marcha de la «Cumbre de los Pueblos» -moderados- pretende llegar hasta la Plaza España, una verdadera boca de lobo para los manifestantes, encerrados entre el mar y callejuelas realmente muy angostas.
Hasta ahora van a ser los recitales y el discurso de Chávez los que descongestionen la marcha y aparentemente la convocatoria será en el estadio polideportivo, sede de la «Cumbre de los Pueblos».
Sin toda esta parafernalia del miedo, sin todas estas armas ostentadas, su frágil estado de terror no podría resistir a nuestro deseo de libertad y autonomía.