La justicia de Milán pedirá a Estados Unidos la extradición de 22 miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por su presunta participación en el secuestro de un religioso islámico en Italia, quien fue llevado a Egipto, informa hoy el diario Corriere della Sera. La fiscalía presentará en breve la solicitud oficial, y añade […]
La justicia de Milán pedirá a Estados Unidos la extradición de 22 miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por su presunta participación en el secuestro de un religioso islámico en Italia, quien fue llevado a Egipto, informa hoy el diario Corriere della Sera.
La fiscalía presentará en breve la solicitud oficial, y añade que el imán, plagiado en 2003, sufrió torturas en una cárcel egipcia. El religioso era investigado también por los italianos por sospechas de terrorismo.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, llamó a consultas hace unos meses al embajador estadunidense en Roma, e instó al gobierno de Washington a respetar la soberanía italiana. Los militares estadunidenses alegaron haber informado a las autoridades italianas acerca de la acción.
Según los datos del periódico italiano, los agentes de la CIA secuestraron al imán Abu Omar en Milán, y tras una escalla en la base estadunidense de Rammstein, en Alemania, se lo llevaron a Egipto.
Por otra parte, países del este de Europa siguieron negando que hubiera prisiones secretas estadunidenses en sus territorios, como afirmó The Washington Post, acusación que fue respaldada por Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
Corneliu Balan, jefe del aeropuerto rumano de Mijail Kogaliniceanu, dijo en Bucarest que no han aterrizado aviones de la CIA que transportan prisioneros.
Por otro lado, Manfred Nowak, responsable de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en temas de tortura, aseguró que una misión del organismo visitará la prisión de Guantánamo, en Cuba, «a condición de tener la seguridad de poder entrevistarse libremente con guardias y presos».
Con esto, el funcionario reiteró la negativa a aceptar las condiciones de Estados Unidos para la visita a Guantánamo.
A regañadientes, el Pentágono aceptó esta semana que sólo tres de los cinco integrantes de la misión fueran a Guantánamo. El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, dijo que los expertos de la ONU no podrían hablar con los prisioneros pues ese derecho «correspondía únicamente al Comité Internacional de la Cruz Roja».
«Somos los principales expertos de la ONU y el sentido común pide que en toda investigación objetiva se pueda hablar en privado, es decir, sin supervisión alguna con los detenidos. Rumsfeld comprenderá que no tenemos posibilidad de renunciar a esa exigencia», sostuvo Nowak.
«Si no recibimos garantía clara de que el gobierno estadunidense está de acuerdo plenamente con los criterios generales de la ONU para sus misiones de investigación, no iremos a Guantánamo», concluyó.
En dicha prisión hay unos 250 presos sin juicio presuntamente involucrados con el terrorismo antiestadunidense, quienes actualmente llevan a cabo una huelga de hambre escalonada. Ha habido numerosas acusaciones de malos tratos, abusos e intentos de suicidio dentro del penal.
Un saudita y tres bahrainíes fueron repatriados este sábado luego de más de tres años de cautiverio en esa base militar.