Activistas de India por los derechos de la infancia esperan que el arresto del director de una de las principales escuelas públicas del país por haber golpeado a un estudiante y posiblemente haber incitado su suicidio ponga fin a los castigos físicos en centros de estudios. El director Sunirmal Chakravarti y tres maestros de la […]
Activistas de India por los derechos de la infancia esperan que el arresto del director de una de las principales escuelas públicas del país por haber golpeado a un estudiante y posiblemente haber incitado su suicidio ponga fin a los castigos físicos en centros de estudios.
El director Sunirmal Chakravarti y tres maestros de la prestigiosa escuela La Martiniere en la oriental ciudad de Kolkata fueron arrestados el lunes, varios meses después de que el alumno Rouvanjit Rawla, de 13 años, se ahorcara. A los cuatro se les concedió libertad bajo fianza.
Chakravarti defendió públicamente su decisión de golpear a Rouvanjit, una costumbre aceptada en las escuelas públicas indias y heredada de la colonia británica. Su abierto desafío a las leyes modernas diseñadas para proteger a los niños y niñas de los castigos corporales podría agravar su situación ante las autoridades.
La Martiniere para Niños, creada en 1836 en memoria de Claude Martin, un incondicional de la administración británica en India, ha contado con un distinguido alumnado en el que se destaca Shashi Tharoor, abogado y ex subsecretario de la Organización de las Naciones Unidas.
La institución respaldó a su director luego de hacerle una poco severa reprensión. Pero la Comisión para la Protección de los Derechos de la Infancia (NCPCR) no fue benevolente. Tras una investigación, recomendó la suspensión de Chakravarti y subrayó que el gobierno estaba determinado a erradicar los castigos físicos de las escuelas.
El NCPCR, creado en marzo de 2007, es un órgano creado por la Ley de Comisiones para la Protección de los Derechos de la Infancia, de 2005.
«No podemos comentar la acción policial contra Chakravarti en Kolkata, pero esperamos que envíe un mensaje a todo el país de que el castigo físico no es aceptable», dijo a IPS la coordinadora nacional de la NCPCR y jefa del Departamento de Derecho a la Educación, Kiran Bhatti.
«No logramos entender cómo alguien del prestigio de Chakravarti pudo haber violado las reglas y convenciones sobre los derechos de los niños», dijo Bhatti. «Estamos decididos a tomar acciones severas contra cualquiera que voluntariamente viole esos derechos», agregó.
«La Ley de Derecho a la Educación de India, que entró en vigor el 1 de abril de 2010, claramente establece que los niños y niñas no pueden ser sometidos a castigos físicos, pero estamos inundados de quejas de padres sobre golpizas y abusos a los pupilos», señaló.
Bhatti dijo que la NCPCR estaba trabajando para cambiar la mentalidad social, que sigue considerando a los golpes como una forma natural de disciplinar a los niños y niñas, sin darse cuenta de que esto puede reforzar una cultura de violencia.
«Es tiempo de que los administradores y maestros de escuelas comiencen a aplicar las leyes sobre los derechos de los niños», dijo Batti. «No se puede justificar la brutalidad», añadió.
Severas golpizas a alumnos figuran habitualmente en los periódicos indios. En agosto, Prasun Kumar Panda, un niño de 12 años que asistía a la Escuela Secundaria de Contai, en el oriental estado de Bengala Occidental, perdió su capacidad de habla tras haber sido golpeado con un bastón por su profesor de ciencias.
A fines de septiembre, Laxmi, un dálit (miembro del escalón más bajo en el sistema de castas) de 12 años, se ahorcó luego de haber sido supuestamente humillado por su profesor y obligado a limpiar el baño de su colegio en el distrito de Sharanpur, en el norteño estado de Uttar Pradesh. Otros niños han muerto como resultado de abusos de los maestros.
En abril de 2009, Shanno Khan, una niña de 11 años, colapsó y murió luego de que un maestro en la escuela municipal a la que asistía la obligó a permanecer parada bajo el sol sin poder beber agua.
Investigaciones sobre los castigos físicos en escuelas de India han revelado que se trata de un problema muy arraigado. El Departamento de Bienestar de Mujeres e Infancia del gobierno central publicó en 2007 su «Estudio sobre abuso infantil», en el que denunció que 65 por ciento de los escolares del país habían sufrido golpizas a manos de sus maestros.
Mientras, un estudio realizado en 2006 por la Fundación Benéfica Saath, con sede en la occidental ciudad india de Ahmedabad, analizó a 41 escuelas en los estados de Uttar Pradesh (norte), Bihar (noreste), Rajasthan (noroeste) y Andhra Pradesh (sur), concluyendo que la mayoría de los maestros y padres aceptaban como normal el castigo corporal de los estudiantes.
Los investigadores, que entrevistaron a 1.591 niños y niñas, señalaron que con frecuencia eran usados bastones como herramienta de castigo en los salones de clase. «Un niño puede sufrir varios golpes por una sola ofensa, primero por el maestro, luego por el director y finalmente por los padres», dijo Chinmay Desai, quien participó del estudio.
Desai informó que la Fundación, que trabaja para implementar la Ley de Derecho a la Educación en unas 140 aldeas del occidental estado de Gujarat, estimula también a maestros y padres a encontrar formas alternativas de tratar con la indisciplina de los estudiantes.
«Esto además de hacerlos concientes de la ilegalidad de los castigos corporales», señaló.
Keren Nazareth, co-directora de la Fundación Saath, dijo a IPS que los mejores resultados procedían de los esfuerzos por hacer concientes a los propios niños y niñas de sus derechos. «Eliminar el castigo físico es una gran tarea, pero podemos sin duda depender de las víctimas para mantener la demanda para un cambio», afirmó.