Recomiendo:
0

Nicaragua: El CAFTA empeora la situación

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens

«Algunas veces compramos un huevo, pero no a menudo, porque somos muy pobres…» Había caminado con sus pequeños hijos durante más de dos horas para ver al pediatra visitante. Los niños pesaban menos de lo normal, sus ropas, raídas. El doctor había preguntado lo que comía normalmente la familia. A veces frijoles, a veces arroz, pocas veces huevos. Poco antes una mujer había llegado con su pequeña. Apenas podía hablar: estaba tan cansada y hambrienta.

Esa gente había marchado durante horas bajo el sol candente para conseguir algunas medicinas para sus niños. No se precisaba un diploma médico para hacer el diagnóstico – era pura hambre. Los políticos neoliberales pueden darse por satisfechos con esa gente famélica. El «libre mercado» cumple su tarea.

Allí, en Macuelizo, a cerca de una media hora en coche de la capital departamental Ocotal, a la gente le iba mejor que en sitios más hacia el oeste: Santa Maria, Somotillo, donde a menudo todo lo que hay de comer son tortillas y sal. Es frecuente que incluso en barrios urbanos de ciudades grandes como Ocotal y Esteli, muchas familias no puedan encender todos los días un fuego para preparar una comida. ¿Para qué desperdiciar leña valiosa si no hay qué cocinar?

Esa realidad es común en toda Centroamérica e indica porqué tratados de nombres rimbombantes como Acuerdo de Libre Comercio de Centroamérica no tengan nada que ofrecer a la mayoría pobre. Son tratados suscritos en función de los intereses de las acaudaladas elites locales y de inversionistas corporativos extranjeros. La lógica oficial presentada para justificar el CAFTA fue que al abrir sus economías aún más de lo que ya se había hecho, la región atraería inversiones, aumentaría su capacidad productiva y generaría empleos.

Pero la experiencia mexicana del «libre comercio» con USA, indica claramente lo que es probable que suceda. Por cierto: aumentará la inversión extranjera, pero la población en general no se beneficiará. El aumento de la liquidez en los mercados financieros locales se evaporará del país por la huída de capitales. Los inversionistas se concentrarán en los sectores de altos beneficios y bajo riesgo, su actividad se caracterizará sobre todo por la volatilidad a corto plazo. Es muy probable que los sectores carentes de inversiones en el pasado, sigan en la misma situación.

Productos agrícolas subvencionados de USA como el arroz y el maíz inundarán los mercados locales. Los pequeños productores agrícolas en la región se verán reducidos a la agricultura de subsistencia, ya que sólo las empresas agrícolas medianas y grandes podrán obtener créditos. Ya ha estado ocurriendo desde hace años en Nicaragua. La despoblación es crónica en áreas rurales porque las personas físicamente capaces migran en busca de ingresos que les permitan vivir, a centros urbanos cercanos, a Costa Rica y otros países vecinos, a Norteamérica.

Pero si las áreas rurales se despueblan, ¿quién velará por el medio ambiente? Gran parte del noroeste de Nicaragua, del sudoeste de Honduras y del sudeste de El Salvador ya son virtuales desiertos. Cada año, las comunidades agrícolas tienen más dificultades para sobrevivir. Cultivos comerciales como el sésamo son precarios. El cultivo de granos básicos es una lotería. Como las temporadas de huracanes se hacen más destructivas año tras año, la degradación ecológica y la despoblación rural se agudizan. Ahora el proceso es irreversible en las áreas más afectadas.

En México, después de más de diez años del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, los costes varios de la caída de la agricultura han tendido a ser mayores que cualquier fortalecimiento en la actividad industrial ligera como ser las maquilas, o sectores de servicios como el turismo. De la misma manera, en Centroamérica, el aumento de los préstamos gubernamentales para financiar medidas estructurales necesarias para implementar el CAFTA se agravará por una caída en los ingresos debido a la desaparición de aranceles de importación. Una vez más, serán los contribuyentes locales los que paguen la cuenta para financiar los «mercados libres» – no sólo por aumentos de los impuestos indirectos para financiar los crecientes déficits del sector público sino también por servicios públicos aún más reducidos que en la actualidad.

La idea de que el aumento de la actividad inversionista genere suficientes ingresos tributarios nuevos para compensar el aumento de los costes del sector público causados por el CAFTA es demencial. Las elites empresariales locales y los inversionistas corporativos de USA sólo catapultarán sus beneficios fuera del alcance de los gobiernos nacionales a cualquier sitio que mejor les convenga. La gente ordinaria pasará estrecheces a medida que los negocios aumenten los precios a fin de compensar sus propios aumentos de costes. La lógica insensata de CAFTA aparta la política pública lejos de toda planificación y obligación de dar cuenta coherente para priorizar la codicia impune de las corporaciones.

La atención sanitaria, la educación y otras necesidades públicas, como el transporte o la política ecológica, ya han sido deslegitimados y desatendidos en Nicaragua desde hace más de quince años. Las crisis de la energía y del medio ambiente se agudizarán continuamente durante los próximos cuatro o cinco años. A medida que suceda, la irrelevancia y el atolondramiento de priorizar a implacables elites locales e inversionistas corporativos extranjeros mediante medidas como el CAFTA serán cada vez más evidentes. En muy poco tiempo, la importancia de cumplir con objetivos fundamentales de la política pública se reafirmará considerablemente.

Temas como la seguridad alimentaria, una atención sanitaria adecuada, la educación pública eficiente y una política de transporte y energía social y ecológicamente apropiada no serán resueltas por «mercados libres». Requieren una enérgica intervención gubernamental así como amplia participación y apoyo públicos. Una clase gerencial neocolonial basada en instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo ha tendido a usurpar las funciones gubernamentales y a promover medidas favorables a las corporaciones como el CAFTA y el Plan Puebla Panamá. Lo han hecho con una complacencia sobrecogedora.

La profundización de políticas desacreditadas de «libre mercado» impuestas a débiles gobiernos centroamericanos durante los últimos veinte años sólo exacerbará los presentes fracasos profundamente arraigados. CAFTA es irrelevante para las necesidades básicas de la gente. La vasta mayoría de los padres tienen que hacer sacrificios cada vez mayores de año en año para ofrecer lo mejor posible. Asombra el desdén por la vida humana de los responsables por tanta miseria. La historia centroamericana demuestra que un semejante desdén no es sostenible sin consecuencias políticas dañinas y destructivas.

Toni solo es un activista basado en Centroamérica – Contactos a través de :www.tonisolo.net

Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.