Apenas 16 días después de la histórica resolución de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York contra los «fondos buitre», este último viernes de septiembre fue el turno de Ginebra. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU que funciona en esta ciudad helvética condenó la actuación de esos mecanismos especulativos y llamó a investigar […]
Apenas 16 días después de la histórica resolución de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York contra los «fondos buitre», este último viernes de septiembre fue el turno de Ginebra. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU que funciona en esta ciudad helvética condenó la actuación de esos mecanismos especulativos y llamó a investigar el accionar y las consecuencias de los mismos en todo el mundo.
La resolución de la Comisión de la ONU aprobó una propuesta promovida por los representantes argentinos por 33 votos a favor. Solo cinco naciones se opusieron, en tanto nueve se abstuvieron.
Ginebra como Nueva York
Como «extraordinaria victoria» calificó el canciller argentino Héctor Timerman esta resolución de las Naciones Unidas que subraya la decisión de investigar el comportamiento de este mecanismo especulativo internacional bautizado por los gobernantes sudamericanos como «fondos buitre». Constituye «un respaldo a la Argentina en su lucha por los derechos humanos», subrayó.
«Argentina cree firmemente en el multilateralismo» enfatizó el Ministro de Relaciones Exteriores, en respuesta a este corresponsal, en el marco de una comparecencia de prensa brindada en el Centro de Conferencias (Sala III) de la ONU apenas unos minutos después de la decisión de la Comisión.
Una resolución «que no acepta que un grupo de países poderosos -los autodenominados desarrollados- puedan tomar decisiones que perjudican» a tantos.
«Un problema político y social»
Subrayando, también, la importancia simbólica y política de la posición de su país en la principal instancia de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. «Los fondos buitre no constituyen un problema económico. Representan un problema político, social, que afecta la vida de todos los ciudadanos» en muchos países.
Para pagar a esos mecanismos especulativos, muchas naciones deban desviar recursos que son fundamentales para la salud, la educación y otros planes sociales. Lo que significa «una verdadera violación de los Derechos Humanos» más fundamentales, enfatizó el canciller.
La decisión de la Comisión que funciona en Ginebra, ratifica, desde otra perspectiva, la anterior resolución de la asamblea de la ONU. El segundo martes de septiembre, la propuesta presentada por el Grupo de los 77 (G77) y China y que había sido promovida por Argentina, fue aprobada por 124 naciones (contra apenas 11 votos en contra). La misma define la necesidad «de crear un marco jurídico para los procesos de restructuración de la deuda soberana», estableciendo así un marco político de sanción a la especulación financiera que tanto ha afectado a numerosas naciones del planeta.
La decisión de Ginebra de este viernes 25 de septiembre ubica el tema en el marco de las nefastas consecuencias sociales y humanas esenciales que tales mecanismos especulativos producen.
«Una victoria más», enfatizó el canciller Timerman a este corresponsal. «Pero que no significa que se cierre el proceso. El fin de nuestra iniciativa solo se logrará cuando terminemos con esos fondos que son una escoria», concluyó.
De los tribunales, al debate internacional
En las últimas semanas, las gestiones de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el Vaticano y las iniciativas diplomáticas tanto en Nueva York como Ginebra significaron una ofensiva de las autoridades sudamericanas contra los fondos especulativos.
Sacando el tema del marco puramente jurídico de los tribunales norteamericanos, para ubicarlo en el centro del debate de la comunidad internacional. La que no ha dudado en condenar dos veces en las mayores instancias de la ONU a esas inversiones especulativas.
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