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Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada (México)

«Obama es un negro del establishment y su política no se diferencia de lo que han hecho Bush, Clinton y otros presidentes blancos»

Fuentes: Rebelión

-M.H.: Buenos días Guillermo, estamos con Alejandro Vainer con el que solemos hacer una columna de música, escuchando a David Brubeck, quien a fines de los años ´50 en la tarea de difusión que hacía del jazz de los Estados Unidos en otros países, en una oportunidad le exigieron que no mostrara a su contrabajista […]

-M.H.: Buenos días Guillermo, estamos con Alejandro Vainer con el que solemos hacer una columna de música, escuchando a David Brubeck, quien a fines de los años ´50 en la tarea de difusión que hacía del jazz de los Estados Unidos en otros países, en una oportunidad le exigieron que no mostrara a su contrabajista negro. Esto sucedía a fines de los años ´50 y comentábamos que aparentemente las cosas no han cambiado mucho en los Estados Unidos. 

-G.A.: Efectivamente, lo único que cambió formalmente es que se acabó la discriminación, pero solo formalmente, en los hechos subsiste. Ahora los negros no tienen que sentarse en una parte separada, no hay canillas para negros y para blancos, no se les prohíbe entrar a las escuelas, eso cambió a raíz de la lucha de los negros, pero subsiste la discriminación. Los negros ganan mucho menos que los blancos, 1/3 de ellos, según Obama, durante el curso de su vida termina en la cárcel. Se los sospecha de ser vendedores de drogas, delincuentes, solo por su color, los detienen en cualquier momento, los golpean, la brutalidad policial no tiene nombre.

-M.H.: Y también los matan por portación de cara.

-G.A.: Por la espalda, desarmados. Hay un movimiento negro muy importante que está reapareciendo y que no van a poder parar. La diferencia con el pasado es que era una lucha contra la discriminación, una lucha por ser iguales a los demás, por no ser ciudadanos de segunda, mientras que ahora es una lucha contra el Estado que es su enemigo, representado por la policía y la justicia. Ellos no participan en el llamado «sueño americano», es una fractura política muy importante porque los podrá unir en el futuro con otros discriminados que no tienen esa comprensión ni esa movilización, pero que son muy numerosos, como los latinos y los asiáticos que también son discriminados, pero en distinta proporción y ferocidad.

-M.H.: Estábamos escuchando a Amy Goodman de Democracy Now y me sorprendió el informe de esta periodista independiente norteamericana donde reproduce las declaraciones de Barack Obama en relación a los hechos de Baltimore en las que su preocupación está enfocada en la propiedad y no en la vida.

-G.A.: Entre la población negra hay una minoría, de la cual forma parte Obama evidentemente, que se ha integrado relativamente, se han mudado a los barrios de los ricos, piensan como ellos, son empresarios, entonces lo que les preocupa es la propiedad, el dinero, no les interesa el problema político, social ni racial. Obama forma parte de eso, es un negro del establishment y su política no se diferencia de lo que han hecho todos los otros blancos como Bush, Clinton, etc.

-M.H.: Escuchamos también las declaraciones de Hillary Clinton que nos dieron la misma impresión. Pasando a la escena nacional, parece que Ricardo Lorenzetti hubiera descansado, porque a 48 horas de manifestarse cansado moralmente ha sido ratificado como presidente de la Corte Suprema. ¿A qué apuntan estos movimientos de la justicia y la Corte Suprema?

-G.A.: La Corte Suprema y la justicia son usadas como un ariete político contra el Poder Ejecutivo y el Legislativo, que está controlado por el Ejecutivo, y le aprueba todas las leyes porque tiene absoluta mayoría dentro de las Cámaras. Utilizan las posiciones adquiridas anteriormente en la justicia para combatir al Ejecutivo, esto fue declarado por el mismo Lorenzetti: «el papel de la Suprema Corte es controlar al Ejecutivo» y no es así. El papel de la Suprema Corte es hacer que se cumplan la Constitución y las leyes que es otra cosa completamente distinta.

Es una vergüenza que haya una Corte disminuida en número y en capacidad, porque podrán decir lo que quieran pero un hombre de 97 años tiene que separarse de la actividad, no está en condiciones de juzgar en problemas complicados, no está en condiciones de seguir con atención lo que sucede, ni está en condiciones físicas de asistir a reuniones largas. Es una cuestión fundamental, sin embargo siguen aferrados a una momia como lo es Carlos Fayt y a la reelección permanentemente de Lorenzetti.

-M.H.: Ayer conversando con Andrés Ruggeri acerca de la situación que atraviesan las fábricas recuperadas, me decía que todos creían que la Ley de Quiebras venía a beneficiar a las empresas recuperadas, de alguna manera el texto se puede considerar en ese sentido, pero se presenta el gravísimo problema de los jueces que tienen que aplicar esas leyes y generalmente fallan en contra de los trabajadores.

-G.A.: Claro, las leyes están ahí, no son en sí mismas ni buenas ni malas, depende de quién las aplique. Ya lo decía el Martín Fierro, «la ley es como el cuchillo, no ofende a quien la maneja».

La condena a muerte de Mursi y la liberación de Mubarak son una demostración del poder militar en contra del pueblo egipcio

-M.H.: Ha sido condenado a muerte el ex presidente egipcio Mursi y 122 de sus partidarios. Al mismo tiempo se conoció la liberación del ex presidente Mubarak, dos hechos contradictorios teniendo en cuenta que Mubarak había sido detenido como consecuencia de las movilizaciones que dieron comienzo a la primavera árabe y Mursi había sido el beneficiario en la primera elección, el único presidente civil luego depuesto, vinculado al grupo de los Hermanos Musulmanes y que es condenado por un hecho acaecido en enero de 2011, justamente relacionado a la Primavera Arabe, ya que Mursi estaba detenido y huyó de la cárcel aprovechando la movilización popular junto a miles de presos. ¿Qué reflexión le merecen estos hechos?

-G.A.: Es la afirmación de un poder militar por encima de la sociedad, porque Al Sisi y su equipo salieron de las entrañas del de Mubarak y éste fue la continuación de una dictadura militar que sucedió a Nasser que no necesitaba ser un dictador porque era sumamente popular, pero no obstante hizo cualquier cosa contra el pueblo egipcio. Es la continuación del poder de la casta militar por encima de la sociedad civil. La izquierda había responsabilizado a Mubarak de los crímenes y se empezaba a organizar. Las elecciones fueron resultado de eso, tuvieron que darlas y ganó el Egipto profundo, el de los campesinos, no el urbano. Impusieron con Mursi una especie de gobierno laico pero con aspectos teocráticos que evidentemente eran también inconstitucionales porque oprimían a los cristianos coptos y a los laicos no religiosos. Pero la reacción de los militares ha sido brutal, porque ya desde la época de Nasser, los Hermanos Musulmanes eran la oposición clandestina y estaban financiados por Arabia Saudita y por las monarquías del Golfo árabe. Fue inmediata la reacción, les quitaron a los egipcios el derecho a voto y condenan a muerte a Mursi, pero liberan a Mubarak que es un hombre de ellos. Es una demostración del poder militar en nombre y salvación del capitalismo internacional, pero en contra del pueblo egipcio.

-M.H.: Otro hecho que quiero que analicemos son las elecciones generales en Gran Bretaña donde, contra todos los pronósticos, al menos de la gran prensa, triunfa el Partido Conservador, lo que provoca la renuncia de los líderes del Partido Laborista, Ed Miliband, Nick Clegg, liberal demócrata y Nigel Farage de la derecha populista racista del UKIP. Pero esto se da junto a un fenómeno que nosotros analizamos el año pasado en relación al plebiscito que se dio en Escocia, donde el Partido Nacional acaparó prácticamente todos los escaños que le corresponden a ese país, 56 de 59, acabando con el dominio de más de un siglo del laborismo británico. Escocia fue el país donde se fundó el laborismo. ¿Qué análisis podríamos hacer de esta elección en Gran Bretaña?

-G.A.: Los datos de la elección muestran el sentido mismo porque la mayoría del pueblo de Gran Bretaña, entre un gobierno conservador y un laborismo igualmente conservador, prefirió votar por la continuidad, no arriesgar ningún cambio y conservar lo poco que tenían, dada que la situación no estaba tan mal como en el resto de Europa. Hubo un reflejo de conservación que apoyó a los que estaban en el poder, precisamente porque los laboristas estaban en una posición sumamente moderada, los independentistas escoceses, mucho más radicales en su política social, arrasaron con el voto de los laboristas precisamente en la región en donde empezó el laborismo y el socialismo utópico de las cooperativas y el movimiento obrero, que es también una de las regiones más pobres de Gran Bretaña, pero que tiene para alentar la independencia de los sectores de las clases medias, la perspectiva de quedarse con el petróleo del Mar del Norte y enriquecerse con él en caso de que obtuviera la independencia.

Llegará un momento en que Syriza tendrá que optar entre los salarios y las pensiones o pagar la deuda 

-M.H.: Me preocupa la situación de Syriza, hoy uno de sus dirigentes, Antonis Nvatellos en un artículo denominado «El momento de la verdad para Syriza» se pregunta: «¿Es posible desarrollar un programa radical anti austeridad sin sobrepasar los límites de la tolerancia de la zona euro y aceptando los métodos de negociación de las «instituciones»? Hoy día conocemos la respuesta: No. La Unión Europea y el FMI intentan aplastar a Syriza colocándolo ante el siguiente dilema: o la absoluta integración en el sistema o el derrocamiento inmediato de este gobierno».

Este tema lo planteo porque evidentemente las elecciones en Gran Bretaña y las elecciones departamentales en Francia no han sido buenas noticias para Syriza dentro de la expectativa que había abierto este partido que había ganado las elecciones rompiendo con el bipartidismo en Grecia a fines de enero. ¿Cuál es su análisis al respecto Guillermo?

-G.A.: En efecto, Syriza ha sufrido terribles golpes en el campo internacional. La izquierda que la apoyaba en Francia se licuó, en Inglaterra, las esperanzas de cambio en la política internacional un poco más europeísta con un gobierno laborista, también se esfumaron, en España, Podemos está perdiendo velocidad debido precisamente a su política cada vez más conservadora, más «cauta», de su dirigente Pablo Iglesias, entonces Syriza está absolutamente solo y Europa no le va a conceder lo que esperaba ante el temor de no pagar la deuda.

No estaba preparado para este cambio, ni en el punto de vista de sus organizaciones, porque muchas vienen de posiciones de reforma del capitalismo y no de su abolición. El resultado es que su falta de radicalidad le impide presionar suficientemente a Europa y la condena a un desastre, a pagar la deuda, a decir que es la única salida, que es lo que en parte están haciendo hasta ahora.

Pero llegará un momento en que tendrá que optar entre los salarios y las pensiones, el funcionamiento elemental del Estado o pagar la deuda, porque no tiene con qué hacer las dos cosas a la vez, no está preparado para esto, está escapando de esa disyuntiva.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.