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Paraguay: El Vaticano no quiere que el sacerdote Fernando Lugo sea candidato a presidente

Fuentes: APM

El ex obispo renunció a la iglesia para competir por la presidencia de Paraguay en 2008. Recibiría una amonestación, que es el primer paso para sanciones mas fuertes. Como se presumía, el Vaticano se ocupó rápidamente de pronunciarse sobre el caso de Fernando Lugo, el sacerdote que hace 3 días renunció a la iglesia para […]

El ex obispo renunció a la iglesia para competir por la presidencia de Paraguay en 2008. Recibiría una amonestación, que es el primer paso para sanciones mas fuertes.

Como se presumía, el Vaticano se ocupó rápidamente de pronunciarse sobre el caso de Fernando Lugo, el sacerdote que hace 3 días renunció a la iglesia para candidatearse a la presidencia de Paraguay e intentar romper la hegemonía de más de cinco décadas del Partido Colorado.

En un documento de la Nunciatura Apostólica del Paraguay se pide al obispo del departamento de San Pedro y que sube en la adhesión popular según las encuestas, que no acepte la candidatura, «en caso contrario, le será impuesta -como primera sanción- la pena canónica de la suspensión, que prohíbe a los ministros sagrados todo acto potestad de orden y de jurisdicción».

El cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos, firmó la carta que toma la figura de la admonición o amonestación y el es primer paso para la suspensión canónica, que prohíbe el ejercicio sacerdotal.

Lugo anunció oficialmente el lunes su renuncia como obispo en un mensaje que pronunció al pueblo paraguayo, en el que dijo que «hoy, 25 de diciembre, oficialmente tomo la determinación de ponerme al servicio del pueblo paraguayo a través de la política».

El prelado ya estaba advertido de la respuesta del Vaticano, pues dijo en su mensaje el lunes había advertido que el Papa podía conceder la dispensa, o negarla, pero todo indicaba que el Vaticano no dejaría pasar esta «falta».

En otra parte, la admonición sostiene que «la Santa Sede ha tomado conocimiento con sorpresa de que algunos partidos políticos tienen la intención de presentar a usted como candidato en las próximas elecciones presidenciales de esa nación paraguaya» y le enfatiza que el canon 285 prohíbe a los clérigos asumir oficios públicos que conlleven una participación en el ejercicio del poder civil, ya sea ejercido en la función legislativa, ya en la ejecutiva o en la judicial.

Dice, además, que el canon 287 veda a los clérigos el participar activamente en los partidos políticos o en la dirección de asociaciones sindicales.

El prelado del Vaticano termina exhortando a Lugo a «reflexionar seriamente sobre su comportamiento y sobre los efectos que de él se derivan para usted y para la iglesia».

Por otra parte, el presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos, que intenta disimular el golpe de la candidatura del ex sacerdote le «recomendó» a éste que presente con opción propia, y no en una concertación de partidos.

Aseveró que cuando «uno no está en la política, está en el púlpito hablando, interpretando la realidad social es muy placentero, y otra cosa es bajar del gabinete teórico y mezclarse con el barro, estar con la gente, entenderle en su cultura, en sus frustraciones, y esa es la política».

Lo cierto es que la presencia de Lugo en el escenario ha sacudido el ambiente político paraguayo, que no es propenso a que se discuta el poder. Del ex sacerdote, pero del movimiento genuino y popular que puede constituirse por fuera el hegemónico Partido Colorado depende-con o sin Lugo- que se produzca el cambio real en un país que hace del quietismo político una característica que lo distingue.