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Neoconservadores al asalto

«People in Need» una mascarada humanitaria que busca acabar con Cuba

Fuentes: Rebelión

«People in Need«, acusada de estar financiada y utilizada por el gobierno de la República Checa para desestabilizar políticamente en diversos países, participa en el encuentro «Cambio democrático en Cuba: ¿Quiénes los actores?» que se celebrará hoy y mañana en Estocolmo (Suecia). El pasado 25 de enero el Consejo Económico y Social de la ONU […]

«People in Need«, acusada de estar financiada y utilizada por el gobierno de la República Checa para desestabilizar políticamente en diversos países, participa en el encuentro «Cambio democrático en Cuba: ¿Quiénes los actores?» que se celebrará hoy y mañana en Estocolmo (Suecia).

El pasado 25 de enero el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) rechazó la solicitud de la ONG checa «People in Need», para contar con estatus consultivo dentro del citado comité. Mientras Cuba fundamentó su negativa en base a las actividades claramente ilícitas de People in Need, funcionarios diplomáticos presentes en la votación informaron que la representación de Estados Unidos trató de evitar la decisión del ECOSOC mediante la introducción de una moción de procedimiento, que procuraba diferir la consideración del tema.

La pretensión de People in Need quedó en nada al comprobarse que está financiada y utilizada por el gobierno de la República Checa para cumplir misiones de desestabilización, proselitismo político y promover cambios de régimen en diversos países. El Embajador cubano en la ONU, Rodrigo Malmierca, recordó además que esta ONG recibe fondos también del gobierno de los EE.UU. para promover la subversión en Cuba y el derrocamiento del orden constitucional en la isla. En realidad, bajo la fachada de organización humanitaria, el gobierno checo ha estado ingresando de manera ilegal y clandestina material y dinero procedentes de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y del Departamento del Tesoro norteamericano.

Estas prácticas constituyen una violación de las leyes cubanas, del derecho internacional y de la propia carta de la ONU, y sin embargo los miembros de esta organización se presentan como miembros de una organización no gubernamental humanitaria, libre e independiente. Una ONG que no sólo cobra de su gobierno, sino también del de los Estados Unidos, y que además recibe fondos del programa de «transiciones democráticas» alentado por Washington y promovido por organizaciones norteamericanas como la National Endowment for Democracy (NED).

Según un artículo de Mark Almond (The Guardian, 7 de diciembre de 2004) al calor de estas «revoluciones de terciopelo» se constituyen los núcleos nacionales neoconservadores encargados de llevar a cabo las reformas neoliberales y el alineamiento incondicional con respecto a la política del Imperio. Así ha sucedido en Ucrania y en otros países del este de Europa. El actual presidente de la NED, James Woolsey, fue director de la CIA hace apenas diez años y ahora como entonces ayuda a construir fuerzas «democráticas» alimentándolas mediante constantes transfusiones de dinero que aportan las grandes corporaciones y el propio gobierno estadounidense.

En el caso de Cuba, se trata de continuar con el exitoso patrón de subversión aterciopelada que tratando de conformar un núcleo neoconservador criollo a base de renegados y mercenarios dispuestos a servir a sus amos imperiales. En 2003, por ejemplo, la NED destinó varios millones de dólares a financiar numerosos programas contra Cuba, que buscaban el derrocamiento del orden constitucional vigente. Entre las organizaciones agraciadas: la agencia de prensa Cubanet, la revista Encuentro de la Cultura Cubana y la Fundación People in Need, entre otras.

Ejemplo de esta política son las jornadas «Cambio democrático en Cuba: ¿Quiénes los actores?», que se celebrarán hoy y mañana en Estocolmo (Suecia) y que están organizadas por el autodenominado Comité Internacional para la Democracia en Cuba (CIDC) y por People in Need. Pero los verdaderos artífices son, básicamente, el Partido Liberal Sueco, el Centro Internacional Demócrata Cristiano, la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y la Embajada Checa en Estocolmo. Y en la nómina de participantes hay desde terroristas, como Sixto Reynaldo Aquit Manrique y Ramón Humberto Colás, hasta eurodiputados de reconocida militancia anticubana como José Ignacio Salafranca y Cecilia Malmstrsm, el primero patrono de la desacreditada Fundación Hispano Cubana (sucursal de la FNCA) y la segunda miembro de la CIDC.

La misma dinámica desde hace años. Idéntico empecinamiento donde, a pesar del cambio de (algunas) siglas, continúa firme la política injerencista por parte de los EE.UU. La ultraderecha no soporta que la revolución cubana, pese a sus dificultades, siga avanzando.