En Bolivia hay bloqueos. En Centroamérica paralizaciones. En Argentina nuevas y contundentes movilizaciones piqueteras y estudiantiles. En Chile una de las más combativas protestas contra el 11. En México corre la convocatoria zapatista como fuego en la pradera. En Colombia comunidades han dicho basta y salen al paso del Plan Colombia y la represión. Hay […]
En Bolivia hay bloqueos. En Centroamérica paralizaciones. En Argentina nuevas y contundentes movilizaciones piqueteras y estudiantiles. En Chile una de las más combativas protestas contra el 11. En México corre la convocatoria zapatista como fuego en la pradera. En Colombia comunidades han dicho basta y salen al paso del Plan Colombia y la represión.
Hay que preguntarse si eso es casualidad u obedece a algún motivo de fondo. Si los motivos los conocemos: la miseria, represión, etc. eso no explica por qué en estos días casi simultáneamente, después de un tiempo de espera, brotan fuertes movimientos casi de improviso. Movimientos fuertes, nada de medias tintas.
Anotemos algunas posibilidades a partir de hechos concretos:
El notorio fracaso de las experiencias progresistas de reordenamiento social.-
Que obliga a las organizaciones sociales a salir a la calle desarrollando una práctica de autonomía con relación a los ritmos y limitaciones de la vía electoral.
Si esto fuera así, la cosa se pone grave para el capital, pues confiaba en que la mano del gato de la izquierda le sacase las castañas del fuego. La izquierda uruguaya no ayudó mucho a camuflar el capitalismo y el neoliberalismo de los que sacan partido efectivo del gobierno. Si eso fuera así, sería el inicio del ocaso de las salidas progres.
En México el proyecto capitalista de López Obrador, considerado de izquierda por algunos incautos, hace agua de antemano, por una parte vastos sectores de izquierda se han sumado a la convocatoria zapatista y por otro lado la asustadora abstención amenaza los resultados, más aún si consideramos que la inscripción electoral se mantiene bajísima. De ahí la intensa campaña de la falsa izquierda por aparecer agrupando diferentes sectores sociales organizados que en realidad son máquinas corporativas.
El aumento de los niveles de miseria y de la distancia entre ricos y pobres.-
Las cifras de organismos internacionales, como el PNUD, son lapidarias: no hay avances, más bien retrocesos. No se cumplirán las metas del combate a la pobreza, quedando demostrado que eran sólo demagogia. Quedó demostrado que no bastaba el discurso imbécil de la humanización del capitalismo de Attac y del Forro de Porto Alegre. La Susan George debe estar de muerte.
El accionar represivo de los gobiernos del continente.-
Progresistas o no, los gobiernos de la región no han modificado para nada el comportamiento del control social y de la represión. En el gobierno Lula ha habido desalojos con muertos. En Argentina se criminaliza la protesta social. En Colombia los paras siguen haciendo de las suyas. En todas partes hay represión, desalojos y muertos. .
La definición socialista de Chávez.-
Si bien esto no parece haber llegado como subjetividad a las comunidades en resistencia, no se puede negar que ha habido una diferencia entre los postulados del gobierno venezolano y los demás progres de la región. Chávez es un burócrata, de eso no cabe duda, pero el movimiento social venezolano está en estos últimos días levantando cabeza, sin confrontar al gobierno y actuando directamente contra el empresariado y los latifundistas. No es posible saber si Chávez aprenderá el mandar obedeciendo o si se aferrará a su rol de liderazgo, si avanza hacia la primera hipótesis, el proceso se irá afirmando desde la base. Si avanza en el otro sentido, el proceso está destinado al fracaso.
Independientemente de ello, ha mostrado con parte de su discurso que otras maneras son posibles, distanciándose fuertemente de los otros gobiernos progres, lo que le ha salvado la vida, por ahora, pues aún mantendrá apoyo de la población hasta que las cosas lleguen a un punto en que tendrá que definirse por uno u otro lado.
El fracaso de los Forros sociales.-
Librarse de los Forros ha sido pesado, pues los de la humanización del capitalismo tienen bastante energía para hacer cosas, digo dinero para hacer cosas, con lo que emborrachaban la perdiz y hacían creer que eran posibles los cambios por arriba, lo que defenestró con las perlas de Lula, Kirchner, Gutiérrez, en fin, ese tipo de gentuza. Haberse librado del Forro ha sido una de las buenas cosas que han permitido la plena expresión de la autonomía y potencia de las multitudes y comunidades autoorganizadas.
De todos modos sus partidarios siguen corriendo de acá para allá intentando amarrar a las organizaciones, puf! puf!, quedando sin aliento ilusionados por los beneficios que trae el poder, o muchos ilusionados por los discursos «revolucionarios» de los caradura que ocupan puestos gubernamentales, que en Brasil, por ejemplo, se hincharon los bolsillos en nombre del pueblo y del Plan Hambre Cero.
Ya Frei Beto se salió de la línea Lula y vuelve a las andadas sin la más mínima autocrítica tratando de recuperar el espacio perdido por haberse enredado hasta el tuétano con el lulismo y hoy ha dejado de adorar los ídolos que antes eran su panacea. Los órganos de izquierda, acostumbrados a dar cabida a las vacas sagradas para asegurar marketing de «liderazgo», reproducen sus nuevos escritos sin que se les mueva un pelo, como que nada hubiera pasado.
El crecimiento de la autoorganización y la lucha de las autonomías.-
No hay duda que la paciente actividad de las organizaciones que buscaban caminos propios está comenzando a dar diversos frutos. Ya es más visible como desde abajo cava y muerde el topo de la historia. La cátedra y la intelectualidad progre debe estar de muerte ante el fuerte desarrollo de las batallas que se originan desde la deliberación de la gente y no desde los gabinetes donde analizan sesudamente si la plusvalía afecta de esta o de otra manera a la estructura de la Nebulosa de Andrómeda.
No tenga duda, usted, estimado lector, que los comités centrales y cuarteles generales de la izquierda institucional deben estar analizando preocupados este crecimiento de la lucha social que escapa a las planificaciones táctico-estratégicas-etcétera de los profesionales universitarios con posgrado en universidades europeas que conforman buena parte de las direcciones de los partidos electorales.