Que pasara en Ecuador el domingo 26 de noviembre Los resultados oficiales en Ecuador le dan un 57% al candidato de izquierda, ganando en 19 de las 22 provincias del país. Es la mayor ventaja obtenida desde 1992, en una elección presidencial. Su triunfo significa para Ecuador el inicio de un proceso político similar a […]
Los resultados oficiales en Ecuador le dan un 57% al candidato de izquierda, ganando en 19 de las 22 provincias del país. Es la mayor ventaja obtenida desde 1992, en una elección presidencial. Su triunfo significa para Ecuador el inicio de un proceso político similar a los que están viviendo Venezuela y Bolivia. En el ámbito regional refuerza el eje de izquierda con consecuencias políticas, económicas y militares.
Los errores de la derecha
El primer error de Álvaro Noboa del PRIAN -quien pierde tres elecciones consecutivas- fue radicalizar su discurso de derecha, abandonando el centro y asustando a los electores. Acentuó un perfil extremista abandonando políticas de estado en el plano internacional y materia energética. Anuncio que rompería relaciones con Cuba y Venezuela e involucraría al país en el conflicto colombiano al apoyar al presidente Uribe. Esto golpeó en un país, donde el presidente Chávez alcanza el 80% de simpatías, Cuba ha construido 4 hospitales y hay miles de jóvenes estudiando en la isla. Noboa también afirmó que firmaría el TLC sin ninguna consulta y que revisaría la reforma de hidrocarburos que le ha permitido a Ecuador un ingreso adicional de 2,000 millones de USD. Muchos piensan que Ecuador es uno de los países más inestables de la región, pero a diferencia de sus vecinos, sí ha desarrollado políticas que cuentan con un amplio apoyo de los diferentes sectores sociales de derecha y de izquierda.
Tampoco logro reunir el apoyo firme de los otros partidos de la derecha como el Social Cristiano PSC y Sociedad Patriótica PSP, que dejaron en libertad a sus militantes para emitir sus votos. Las cúpulas partidarias apuntalaban a Noboa pero se vieron atrapadas por la presión de sus militancias que en muchas localidades, apoyaron al candidato de izquierda. Noboa tampoco pudo superar su imagen de empresario poco escrupuloso, que «acumula el poder en su propio beneficio«. La OIT, Human Rights Watch y la Federación de Trabajadores Bananeros -FENACLE- denunciaron que empleaba niños en sus plantaciones e impedía la formación de sindicatos usando paramilitares. Sus grandes ofertas populistas se cayeron cuando la prensa denuncio la aparición en la basura de decenas de miles de inscripciones hechas por los mas pobres para «recibir» viviendas en el caso de que ganara las elecciones. Los últimos días, Noboa modificó sus posturas, y trató de justificar las denuncias periodísticas pero fue muy tarde, porque no contaba con la credibilidad necesaria, como han señalado diversos analistas.
Le apoyaron sectores de la Asociación de la Industria Hidrocarburífera de Ecuador (AIHE) que reúne a las petroleras que operan en el país con la esperanza de que un gobierno de derecha frene lo que llaman el «chantaje y los ataques» de los indígenas amazónicos. También de los sectores financieros que están comprometidos con actividades especulativas sobre la deuda externa. Pero hubo por otro lado sectores empresariales que temían la concentración de poder de Noboa, que ya es el hombre más rico del país y controla el congreso -en alianza con PSP y el PSC.
El sistema electoral sometido por los partidos de la derecha cuenta con muy poca legitimidad. No evitó que durante la primera vuelta, el candidato conservador comprara votos con dinero, entrega de alimentos, y otros regalos. Tampoco que se excediera largamente en los límites de gastos de propaganda permitidos por la ley. El Sistema Informático de Conteo Rápido, a cargo de la empresa brasileña E-Vote colapso y un informe independiente de un equipo especializado de la Universidad Politécnica Nacional -la mas prestigiosa del país en este campo- señalo que se «produjeron irregularidades» que alteraron hasta 200 mil votos en esta primera ronda. La Misión de Observadores de la OEA no alertó sobre estos hechos y su jefe Rafael Bielza fue duramente criticado, por lo que fue retirado 24 horas antes de la segunda ronda. La debilidad del partido de Correa fue no acreditar delegados en la mayoría de la mesas de sufragio, ni supervisar directamente el sistema informático. En la segunda vuelta, el TSE fue presionado a tomar nuevas medidas para garantizar la transparencia del proceso. La izquierda puso personeros en el 90% de las mesas evitando alteraciones de los votos y reforzó su equipo informático vigilando la transmisión de datos.
¿La revolución ecuatoriana?
Rafael Correa en la primera ronda se centro es su programa de reformas estructurales, pero en la segunda aparece planteando una serie de medidas -según sus críticos- de tipo populista, que le permitieron también neutralizar las ofertas de Noboa. Otro acierto fue el respaldo de todos los partidos políticos de centro y de la izquierda tradicional. Reafirmó el apoyo de los movimientos sociales urbanos, y sumó a todo el movimiento indígena, a pesar de la pasividad de unos pocos dirigentes que en la primera vuelta apoyaron a Luís Macas. Hubo una intensa actividad organizativa en las zonas rurales y las ciudades, para apoyar la campaña y el día de las elecciones, esto fue clave para vigilar el proceso electoral y ganar las elecciones.
La izquierda va a impulsar cambios profundos del estado, para reconstruir la institucionalidad que ha sido seriamente dañada por los partidos tradicionales -incluyendo Pachakuitk- que significa reformar Congreso Nacional, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Electoral y otros. El electo presidente ha reafirmado que una vez que asuma el día 15 de enero de 2007, va convocar a una consulta popular para obtener el respaldo para que se elija una Asamblea Nacional constituyente (de plenos poderes), incluyendo nuevas reglas electorales. El PRIAN, y el Partido Social Cristiano se van a oponer como señalo el diputado José Fernando Torres que declaro refiriéndose al futuro gobierno de izquierda que «si quiere guerra, guerra tendrá». El PRE, SP de Lucio Gutiérrez y la Izquierda Democrática han dicho que están dispuestos a negociar, o a tratar de que sea el Congreso Nacional quien procese las reformas constitucionales. Pero la oposición mas conservadora tendrá el control del parlamento, lo que hace probable que se produzca una crisis de gobernabilidad en el primer trimestre del año 2007.
La debilidad de esta oposición es su poca legitimidad. Los votos nulos y blancos fueron superiores al 50% de los votos validos y mayor que cualquiera de las votaciones partidarias para el congreso. Sí intentan bloquear la consulta nacional, el gobierno podría barajar la posibilidad de disolver el congreso, y llamar a una amplia movilización nacional para presionar a los partidos de la derecha y obligarlos a negociar.
Un buen momento económico para un modelo distinto
Ecuador esta pasando por un buen momento económico, debido al precio del petróleo. Su producción es de 530.000 barriles al día, y junto con el envío de las remesas de los emigrantes -2005 millones de USD en el 2005- son la base de la economía nacional. Estas remesas representan el 8% de PIB y son -según un informe de BID- mayores a los flujos combinados de inversión extranjera directa y asistencia oficial para el desarrollo.
La reforma de la Ley de Hidrocarburos le ha dado al estado recursos adicionales, pero el gobierno es conciente de que necesita aprovechar esta etapa para llevar adelante sus reformas económicas estructurales. El futuro de Ministro de Energía Alberto Acosta -un prestigioso economista- va renegociar los contratos petroleros -incluyendo posiblemente Petrobrás- que el gobierno considere desventajosos. Reintegrar Ecuador a la OPEP, y lograr una alianza energética estratégica con el gobierno de venezolano. Los acuerdos buscan modernizar la empresa estatal PetroEcuador con la ayuda de la venezolana PDSVA y construir refinerías para procesar el crudo, produciendo derivados y ahorrando divisas. Los planes al respecto se vinieron trabajando desde el actual gobierno, pero fueron bloqueados por la presión de las empresas norteamericanas. Estas negociaciones se ha retomado y el Presidente Correa anuncio que el 16 de enero, Venezuela comienza a refinar el petróleo ecuatoriano, mientras que logró que el gobierno saliente paralice subasta de siete yacimientos de crudo marginales con reservas probadas de alrededor de 120 millones de barriles. Otra acción va ser el control del nuevo gobierno sobre el daño al medio ambiente, y las actividades de sus relacionistas comunitarios, que han tenido un papel muy importante es la destrucción de las organizaciones indígenas en la región amazónica. El futuro gobierno sabe que las oportunidades del país se están terminando en este terreno. Las proyecciones especializadas consideran que a partir del 2012 la producción petrolera se ira reduciendo irremediablemente y que Ecuador será el 2023 un país importador.
El otro eje será la renegociación de la deuda externa. El futuro Ministro de Economía será Ricardo Patiño quien es un serio crítico del neoliberalismo y de la forma como se adquirió y negocio la deuda externa que en la actualidad llega a 16,850 millones de dólares con servicios de 2000 millones. La renegociación, puede incluir una moratoria en los pagos y/o usar las reservas financieras acumuladas para su recompra. Se continuara auditando y se impugnara lo que llaman una «deuda ilegitima e ilegal». Esto no es para nada descabellado como muestra la decisión del gobierno noruego que en el pasado mes octubre cancelo unilateralmente y sin condiciones la deuda que tenían con Ecuador, Perú, Jamaica, Egipto, y Sierra Leona, por considerar que había contraída de manera irregular (sin contarla tampoco como Ayuda Oficia para el Desarrollo o como Fondos de Cooperación). Ecuador en este caso ya había pagado 100 millones de USD y restaban aún 35, de un préstamo de 59 millones.
Las investigaciones están a cargo de una Comisión Especial nombrada por el presidente Palacios en marzo pasado y dirigida por Monseñor Luís Alberto Luna, quien esta vinculado a los sectores más progresistas de la Iglesia Católica. El futuro gobierno también evalúa el ahorro que obtendrían por el pago anticipado versus las inversiones alternativas en el campo petrolero con una mejor utilidad por la mayor tasa de retorno. También está la oferta del gobierno venezolano de aumentar su compra -como lo hizo con Argentina y Bolivia- de bonos de la deuda pública. Estas medidas permitirían al gobierno de izquierda, reducir estratégicamente su endeudamiento y evitar las presiones del Fondo Monetario Internacional y de los EEUU, además de ser un buen negocio para Caracas.
Otra medida ratificada es que mediante una reforma de ley de instituciones financieras se va a obligar a la banca a repatriar 2000 millones de dólares depositados en Estados Unidos, y así incentivar el crédito nacional. Este es un tema muy sensible para los ecuatorianos, que 1999 sufrieron perdidas por hasta 5000 millones de USD, por la crisis financiera provocada por los malos manejos de la banca privada y la complicidad del gobierno de Jamil Mahuad. El ex presidente reside en los EEUU y tiene pendiente cargos por actos de corrupción.
También esta descartada la firma de un TLC con los EEUU. A la decisión del futuro gobierno, se le suma los cambios en el próximo congreso norteamericano, donde la mayoría demócrata parece poco dispuesta a aprobar cualquier acuerdo comercial de ese tipo, además de no renovarle al presidente Bush las facultades para continuar las negociaciones, que vence el 30 de junio del 2007. Mientras tanto, Perú trata de usar el triunfo de Correa como un argumento para convencer a los demócratas, de que es uno de los pocos aliados en la región y que debe ser apoyado contra el eje «chavista» que se ha hecho ahora más fuerte.
Todos estos anuncios han provocado mucho nerviosismo en Wall Street, donde el riesgo país aumento desde el 24 octubre de 509 a 604 puntos. Hay una masiva venta de los bonos soberanos ecuatorianos y los Credit Default Swap CDS -que son un seguro contra la cesación de pagos- cuestan ahora tanto como los de Irak.
Los empresarios y los indígenas
El sector empresarial no tiene una opinión única frente al nuevo gobierno, y depende más bien de sus intereses particulares. Los sectores vinculados a los grupos especulativos financieros que manejan la Banca y tienen intereses en la Deuda Externa van a ser una fuerte oposición. Las compañías petroleras están preparándose a negociar con el nuevo gobierno, a partir de la experiencia venezolana y boliviana, reduciendo sus utilidades con una distribución más equitativa. También tendrán que asumir los costos por la contaminación ambiental que han dejado -en especial- en la amazonia. Luego están los industriales nacionales que pueden lograr acuerdos importantes con el gobierno, resolviendo el problema de las tercerizacion de servicios a cambio de un apoyo crediticio y una agresiva búsqueda de de nuevos mercados para las exportaciones, al mismo tiempo que el aumento del consumo interno.
El movimiento indígena por su parte esta atravesando por una etapa difícil. Se pueden ubicar hasta tres sectores. Uno primero «populista» que controla el aparato central de la CONAIE y que estuvo detrás de la candidatura de Luís Macas que obtuvo en la primera vuelta el 2,9%. Incluye a funcionarios indígenas que están ocupando cargos en el estado, y que están preocupados por los compromisos que Correa tiene con las otras organizaciones indígenas como FENOCIN. La derrota en la primera vuelta los ha dejado muy golpeados, pero aún tratan de presentarse como los «interlocutores y representantes» del movimiento indígena.
Luego está lo que varios analistas llaman «la mafia indígena» integrada por los ex dirigentes de la CONAIE y de la FEINE de orientación evangélica, que estuvieron comprometidos con el régimen de Lucio Gutiérrez. Informes de la Contraloría de la República y otras investigaciones los señalan como responsables de serias irregularidades y actos de corrupción por varios millones de dólares. Este sector fue clave para el triunfo del Partido Sociedad Patriótica en la amazonia y la sierra donde han ganado muchos gobiernos locales. En la segunda vuelta apoyaron a Noboa pero perdieron abrumadoramente y ahora están sumamente alarmados.
Un tercer sector esta formado por sectores que podrían definirse como la «izquierda indígena», integrado fundamentalmente dirigentes provinciales, intelectuales indígenas y por algunos dirigentes nacionales de la CONAIE. Han sido opositores tanto al control de Macas y su grupo, como a la mafia indígena en la amazonia, pero su mayor debilidad ha sido que no han podido articularse nacionalmente y son constantemente golpeados y aislados. Fueron muy importantes para lograr el mayoritario apoyo indígena a la candidatura de Correa que gano en la segunda vuelta en todas las provincias amazónicas y serranas con un promedio del 67%.
La movida regional
En la región se va ajustando tres bloques. El primero, integrado por México, Colombia y Perú, como aliados de los EEUU. Un grupo de gobiernos de izquierda «radical» con Venezuela, Bolivia, Cuba al que se sumaría Ecuador. Y un grupo de gobiernos de izquierda «moderada» integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Chile. Hasta ahora la iniciativa la tiene Venezuela, con importantes acuerdos políticos y comerciales en el espacio del MERCOSUR, que esta desarrollando un creciente grado de complementariedad entre las economías de la región.
En el terreno militar hay varios problemas. Por un lado, las tropas norteamericanas tendrán que salir de Ecuador en dos años, porque no se va renovar el convenio de la base de Manta. En el periodo que queda, se va a dar un severo control para que sus labores se ajusten a los términos de acuerdo antidrogas y no involucren actividades relacionadas con el conflicto colombiano. El presidente electo señalo con una frase muy irónica que «solo aceptarían una base militar norteamericana en Manta, si EEUU permite una base militar ecuatoriana en Miami«.
El Pentágono alertó al presidente Bush del crecimiento de las corrientes nacionalistas entre los militares alentados por los sucesos de Venezuela. Por esta razón se reactivo el Programa de Ayuda Militar para las FFAA de 11 países latinoamericanos y del Caribe. Este programa fue suspendido el año 2002 por la negativa de Quito y otros gobiernos, de suscribir tratados bilaterales de exención de los militares norteamericanos de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional. Pero es posible que el nuevo gobierno de izquierda no acepte o condicione su participación, que incluye nuevamente el envío de oficiales a especializarse en una «nueva» Escuela de las Américas» SOA. Este centro de formación militar ha sido duramente cuestionado por haber albergado a los principales responsables de las violaciones de DDHH en América Latina. Por otro lado EEUU esta instalando nuevas bases militares en Paraguay, y el congreso peruano esta modificando la legislación referida al ingreso de tropas extranjeras en su país.
Los gobiernos de izquierda están desarrollando una estrategia en este campo, para evitar que se repita la experiencia de los años 70s cuando la administración norteamericana apoyó golpes de estado contra los gobiernos progresistas. Buscan modernizar sus FFAA, mejorar sus aparatos de inteligencia y desarrollar una estrategia regional, que contrapese el tradicional control de los EEUU. Venezuela depuró de sus FFAA a los sectores «pronorteamericanos», y están firmando con Bolivia, un acuerdo de cooperación militar para modernizar sus Fuerzas Armadas. Las cancillerías de Lima y Santiago ven con mucho recelo estos acuerdos y se ha acusado a Venezuela de intervencionismo. Pero en octubre de 2005 -poco antes del triunfo de Evo Morales- el entonces el comandante del Ejército boliviano, general Marcelo Antezana en un operativo coordinado con la embajada norteamericana, entrego a los EEUU, misiles antiaéreos donados por China en 1993 que constituían un importante recurso para su defensa estratégica. En la actualidad los militares involucrados en estos hechos esta siendo procesados por traición a la patria.
La Fuerzas Armadas Ecuatorianas tienen diferentes sectores a su interior. Por un lado hay un sector «pro norteamericano» que ve con mucho recelo a Rafael Correa, y que presionó al actual gobierno de Alfredo Palacios para no recibir en agosto de este año, a la comisión del Observatorio de las Americas (SOAW) que llegaron a Quito para explicar cómo la política de los EEUU afectaba los DDHH en la región. Existen también sectores «progresistas y nacionalistas» que pueden apoyar al nuevo gobierno de izquierda para revisar el «libro blanco» de las FFAA donde se les asigna nuevos roles que la involucrarían en el combate al narcotráfico. Estos sectores hablan de desarrollar una política propia de Defensa Nacional, y no desplazar el «centro de gravedad estratégico» de las FFAA hacia la frontera norte por presión estadounidense. Los gobiernos de Estados Unidos y Colombia van a llevar adelante lo que denomina «Plan Colombia II» por un costo 4,729 millones de dólares, como anunció el subsecretario de Asuntos Políticos del Departamento de Estado, Nicholas Burns. Las tensiones se pueden agravar además porque el gobierno de Álvaro Uribe anunció que se van a reiniciar en los próximos días las fumigaciones en la frontera, a pesar de las protestas ecuatorianas.
El inicio de un sueño o de una pesadilla
El triunfo de la izquierda en Ecuador cierra una etapa iniciada en 1992 con los levantamientos indígenas. El futuro gobierno de Rafael Correa cuenta con la experiencia y los cuadros que se han formado durante estos años, con sus virtudes, pero también con sus errores. La economía nacional pasa por un buen momento y tiene un panorama regional positivo. Un buen gobierno de izquierda en Ecuador sería un buen ejemplo -o malo según los intereses- en la región. Para pasar de la esperanza a demostrar que es posible construir los sueños en la realidad, y que la izquierda latinoamericana está más cerca de la utopía de Tomas Moro, de los sueños de Dolores Cacuango, -la más grande líder del movimiento indígena ecuatoriano- que de las pesadillas y los Gulag de Stalin.
* Nelson F. Núñez Vergara es Experto Internacional en Sistemas y Comunicaciones y ex Director de Planificación de la CONAIE.
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