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La divisa europea se convierte en la segunda variable que determina la cotización del rublo

Rusia incorpora al euro como moneda de referencia y resta peso al dólar

Fuentes: El País

En nuestra edición de ayer, Rebelión presentó a sus lectores el artículo «Mientras el mundo arde» ( www.rebelion.org/noticia.php?id=10969 ), en el que Michael C. Ruppert, del sitio web From the Wilderness, afirmaba el pasado diciembre que en cualquier momento bastará con que los bancos centrales de países adversarios de EE.UU. le asesten un golpe de […]

En nuestra edición de ayer, Rebelión presentó a sus lectores el artículo «Mientras el mundo arde» ( www.rebelion.org/noticia.php?id=10969 ), en el que Michael C. Ruppert, del sitio web From the Wilderness, afirmaba el pasado diciembre que en cualquier momento bastará con que los bancos centrales de países adversarios de EE.UU. le asesten un golpe de gracia al dólar estadounidense para que el Imperio se derrumbe. Hoy, el diario madrileño El País publica esta noticia, enviada por su corresponsal en Moscú. Destacamos de nuevo aquí las proféticas palabras de Ruppert: «…en algún punto, probablemente a lo largo del próximo año, tendrá lugar el descontrolado ataque sobre el dólar y entonces las brasas financieras se convertirán en llamas…». 2005 acaba de empezar, sólo estamos en febrero. ¿Acaso ya ha empezado el baile?

El Banco Central de Rusia puso ayer fin, de forma oficial, a su tradicional predilección por el billete verde como única moneda de referencia para la cotización del rublo. La institución emisora ha comenzado a orientar desde este mes su política de cambios hacia una cesta de divisas que además de dólares estará formada por euros, con un peso del 13% y 87%, respectivamente, según informó el presidente adjunto del organismo, Alekséi Uliukáyev. Esta decisión supone otro revés para el ya debilitado dólar, que ha perdido más del 25% de su valor frente al euro en dos años.

La nueva política de cambios, que ya había sido anticipada por los expertos financieros, supone un apartamiento de la línea tradicional del Banco Central de Rusia, que orientaba el rublo hacia el dólar, para dar ahora mayor peso al euro, moneda en la que se realizan el grueso de las transacciones comerciales internacionales de Rusia. Más del 50% del volumen de comercio exterior de este país tiene lugar con países de la zona del euro. Además, Moscú quiere un rublo más estable que permita apuntalar los pilares de la economía rusa, que atraviesa su mayor periodo de recuperación desde la caída de la Unión Soviética.

El dominio del dólar en los mercados internacionales está siendo cuestionado. No sólo por su depreciación frente al euro (perdió un 7,5% en 2004 y más del 25% en los últimos años), sino también porque, desde hace un año y medio, los bancos centrales están cambiando sus reservas en dólares por euros.

La moneda europea representaba el 16,7% de las reservas internacionales en 2001, pero en 2003 ya suponía el 19,7%, mientras que el peso del dólar se ha reducido en tres puntos porcentuales en el mismo periodo. Este cambio de tendencia supone un serio problema para Estados Unidos, ya que los bancos centrales financian en la actualidad la mayor parte del abultado desequilibrio exterior de la primera economía del mundo.

La apuesta de Moscú por dar más protagonismo al euro supone un nuevo golpe para el billete verde. La composición de la estructura de las reservas a largo plazo del Banco Central de Rusia es secreta, pero los expertos financieros calculan que la proporción de euros ha aumentado en ellas hasta un 30% por lo menos, un incremento que han pedido con insistencia los dirigentes de la Unión Europea. Las reservas operativas de Rusia se encontraban prácticamente todas ellas en dólares, ya que la institución emisora interviene frecuentemente en el mercado para que el cambio entre el rublo y el dólar no experimente oscilaciones bruscas.

La nueva política de cambios supondrá en la práctica una disminución de la volatilidad entre el rublo y el euro (es decir, una mayor estabilidad) y un aumento de las oscilaciones entre la moneda rusa y el dólar, explicó Uliukáyev. Así, se pasa a utilizar el valor de una cesta de divisas, compuesta por 0,1 euros y 0,9 dólares norteamericanos. El banco central tiene la intención de aumentar de forma gradual la proporción del euro en la composición de esta canasta hasta el nivel necesario (se calcula que el objetivo es que ambas monedas estén en equilibrio).

Uliukáyev precisó que el banco central no procederá de forma ciega y afirmó que no se han producido cambios en el mercado en los cuatro primeros días transcurridos desde que se adoptó la medida. Ayer, el euro se mantuvo estable y se cotizó a 36,46 rublos, y el dólar, a 27,9 rublos.

El principal fin de la política de cambios es «defender y garantizar la estabilidad del rublo mediante la suavización de las oscilaciones de cambio bruscas, que no están determinadas por la existencia de tendencias económicas estables», señalaba ayer una nota difundida por la entidad. Rusia quiere mantener bajo control el conjunto de su economía, y la estabilidad cambiaria constituye una ayuda. El país, que creció un 7,1% el año pasado, tiene como objetivo reducir su inflación del 11,7% de 2004 al 8,5% este año.

Hasta ahora el mantenimiento de la estabilidad del cambio del rublo frente al dólar provocaba «notables oscilaciones del cambio del rublo con otras monedas extranjeras importantes para Rusia, incluido el euro», señalaba la nota.

Y proseguía: «Habida cuenta del papel que ha adquirido la UE en el sistema de relaciones económicas de Rusia y el creciente papel del euro en calidad de segunda divisa mundial, el enfoque basado en el dólar para determinar el índice de estabilidad del rublo ha dejado de responder a los objetivos de la política de cambios del Banco de Rusia».