Alzaron el tono de voz y expresaron su profunda frustración. Criticaron al gobierno suizo «por apoyar pasivamente» a Washington a quien denunciaron por sus maniobras de último momento. Al mismo tiempo, se encargaron de proponer iniciativas concretas para rectificar el rumbo fallido y hacer efectiva la lucha planetaria contra la miseria. Tras esta visión, se […]
Alzaron el tono de voz y expresaron su profunda frustración. Criticaron al gobierno suizo «por apoyar pasivamente» a Washington a quien denunciaron por sus maniobras de último momento. Al mismo tiempo, se encargaron de proponer iniciativas concretas para rectificar el rumbo fallido y hacer efectiva la lucha planetaria contra la miseria.
Tras esta visión, se suman la «Alianza Sur», antigua Comunidad de Trabajo que reúne seis importantes ONG de desarrollo; la sección helvética de Amnistía Internacional; Pro-Natura (Amigos de la Tierra) y la Unión Sindical Suiza, principal central de trabajadores a nivel nacional.
WASHINGTON AL ATAQUE
«Hoy el escepticismo reina y hay fuertes dudas sobre la posibilidad que la Cumbre de Nueva York logre éxitos», sentencia con firmeza Bastienne Joerchel, responsable de política de desarrollo de Alianza Sur, iniciando el diálogo con este corresponsal.
Hacia mediados de agosto, explica Joerchel, los Estados Unidos prácticamente rechazaron el proyecto de resolución, aunque el texto estaba en discusión desde hace más de seis meses. «Los estadounidenses acaban de presentar entre 500 y 700 enmiendas, entre las cuales la de eliminar toda referencia a los Objetivos del Milenio».
En este momento ponen a la comunidad internacional contra la pared y le «ofrecen dos posibilidades. O bien discutir cada una de esas enmiendas o bien reemplazar la resolución de 30 páginas por una declaración de al máximo tres carillas, subrayando la lucha contra el terrorismo, la no-proliferación de armas nucleares y la reforma institucional de la Organización de Naciones Unidas (ONU)». En efecto, enfatiza la portavoz de las ONG helvéticas, «la cuestión de la lucha contra la pobreza sería así relegada a un segundo plano».
COMUNIDAD INTERNACIONAL A LA DEFENSIVA
¿Imaginación, exageración en el argumento? Simplemente hechos, enfatizan las organizaciones sociales suizas. En las últimas semanas el delegado norteamericano antes las Naciones Unidas, John Bolton, se dirigió personalmente a cada uno de los 191 Estados miembros de la ONU proponiendo reemplazar el proyecto de resolución por esa aguada declaración general.
La posición de los Estados Unidos «tiene el mérito de ser clara» evalúa no sin cierto cinismo la portavoz helvética. «El Gobierno Bush rechaza categóricamente cualquier nuevo compromiso en lo referente a la ayuda al desarrollo y trata de imponer al resto del mundo sus propias prioridades en política extranjera». Es decir, la lucha contra el terrorismo y la reforma de la ONU, incluyendo la disminución del poder de la Asamblea General de dicho organismo donde los países *en desarrollo* son la mayoría.
Para Joerchel, quien desde años sigue de cerca los laberintos de estos encuentros mundiales, la actitud norteamericana ha afectado significativamente la calidad del debate en los últimos días y «empujó a la mayor parte de los Estados a la defensiva».
Hasta ese momento, el Grupo de los 77 -que reúne 132 países *en desarrollo* y cuenta con la mayoría en la Asamblea general de la ONU- estimaba que el proyecto de resolución ya se concentraba demasiado en la cuestión de la reforma de los órganos de la ONU y quedaba muy vago en cuando a las obligaciones concretas de los países *ricos*. A inicios de agosto, su presidente, el embajador jamaiquino Stafford Neil, reclamaba compromisos concretos en el área del comercio, del desendeudamiento, de la transferencia de tecnología y del acceso al mercado. En el plano financiero «solicitaba promesas firmes a los países industrializados para que aumenten la ayuda pública al desarrollo llegando al fin al objetivo del 0.7% del Producto Nacional Bruto» recomendado desde años por la ONU, explica Joerchel.
Hoy, la situación cambió a partir de la ofensiva norteamericana, y «el corazón del debate se desplazó. El G 77 intenta en prioridad salvar la resolución y hacer adoptar un mínimo de decisiones para reforzar la lucha contra la pobreza». El ambiente previo de la cita onusiana, sin embargo, es de «cierto pánico», precisa.
CREATIVIDAD Y PROPOSICIÓN
En ese marco de desconcierto y presiones internacionales, los organismos de cooperación, de derechos humanos, ecologistas y sindicales suizos propusieron cuatro postulados o líneas de acción. El objetivo, presionar a los representantes oficiales helvéticos e intentar que la posición suiza sea más coherente de cara a los grandes desafíos planetarios que buscan reducir a la mitad la pobreza hasta el 2015, mejorar la salud y la educación de todos, eliminar la disparidad de sexos y ejecutar un desarrollo sostenible.
En primer lugar, el respeto de los derechos humanos como fundamento de todo desarrollo social, partiendo que la «pobreza no es una fatalidad» tal como lo subrayó Daniel Bolomey secretario general de la sección helvética de Amnistía Internacional.
En segundo término, garantizar la durabilidad ecológica, impulsando una política de medio ambiente activa. Así mismo, impulsar una política comercial y económica más coherente, comprometiéndose en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en la firma de acuerdos bilaterales a favor de que los países *pobres* puedan proteger sus productores locales y sus industrias nacientes.
Por último, las organizaciones de la sociedad civil llaman a un aumento real de la cooperación al desarrollo para cumplir con los retos de las Naciones Unidas. Lo que significa, destinar el 0.56 % del Producto Nacional Bruto para esa área hasta el 2010, llegando al 0.7% en el 2015.
El debate preliminar está abierto…aunque la pregunta de fondo, paradójicamente, es mucho más primaria: ¿habrá realmente debate en Nueva York?
* Colaboración E-CHANGER, ONG suizo de cooperación solidaria
Los ** en el texto tratan de relativizar el valor de los conceptos. Cuando se habla de países ricos debe entenderse como países *enriquecidos*. Cuando se habla de países pobres, debe entenderse como *países empobrecidos*. El concepto *países en desarrollo*,aunque de uso corriente, esconde una trampa ideológica.