Los últimos resultados electorales, con el recuento del 97,5% de los votos, otorgaban la victoria al Partido de las Regiones, del actual primer ministro, Viktor Yanukovich, con el 34,17% de los votos, casi cuatro puntos por encima de la pro-occidental Julia Timoshenko. Al 30,8% de votos que cosechaba esta candidata a primer ministro habría que […]
Los últimos resultados electorales, con el recuento del 97,5% de los votos, otorgaban la victoria al Partido de las Regiones, del actual primer ministro, Viktor Yanukovich, con el 34,17% de los votos, casi cuatro puntos por encima de la pro-occidental Julia Timoshenko.
Al 30,8% de votos que cosechaba esta candidata a primer ministro habría que sumar, aunque no de forma automática, el escueto 14,29% que las urnas daban a la formación del presidente Yushenko.
Un 45,13% de votos que, de formalizarse el acuerdo tan ansiado por Occidente, podría bastarles para repartirse el poder en el Gobierno de Kiev pese a la victoria del considerad pro-ruso Partido de las Regiones de Janukovich, quien fue desalojado del poder por la «revolución naranja» liderada por Timoshenko y Yushenko, con apoyo de EEUU y la UE, en el invierno de 2004.
Con todo, la cosa no estaba nada clara, ya que el recuento anticipaba que Yanukovich podría lograr la mayoría parlamentaria con sus más que previsibles aliados. Entre ellos se incluye al Partido Comunista, al que otorgaban el 5,36% de votos. El Bloque Litvine, dirigido por el ex presidente del Parlamento Volodymyr Litvine, cosechaba el 3.95% de los votos a sumar, en principio, al bloque azul, color con el que se conoce a los alineados con Yanukovich.
Pero la verdadera llave se situaba en el Partido Socialista, ahora aliado de Yanukovich aunque al principio se situó al lado de la «revolución naranja», y al que el recuento situaba en torno al 3% de los votos, barrera mínima establecida por la Constitución para acceder al Parlamento y para que sus votos no queden invalidados y puedan ser sumados a sus aliados.