Asamblea estatal Constituyente
Facultad de Filosofía y Letras de la UCA
Cádiz a 17 de marzo de 2012
Índice:
1. Capitalismo, ética y Buen Vivir
2. Situación de emergencia para la Vida y la Humanidad
3. Necesidad de una ética mundial
4. Nacimiento del concepto «ciudadanía universal»
5. El cambio de sistema que vivimos
6. Los seis principios básicos para una ética mundial
7. Declaración del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad por la ONU, la red de empresas internacional de la Economía del Bien Común y el inicio del Proceso Constituyente para la Primera Constitución democrática y legítima del Mundo
1.- Capitalismo, ética y Buen Vivir
Capitalismo y ética son dos conceptos irreconciliables. La lógica intrínseca del sistema capitalista buscando siempre el máximo beneficio individual se vuelve irreconciliable con el respeto a la dignidad humana, base de toda conducta ética. Quienes defienden el sistema capitalista como el único posible para sus intereses deben ser consecuentes y admitir que las decisiones económicas fundamentales se adoptan en función del beneficio individual y no en función de lo que es beneficioso para la sociedad, para la humanidad, para la Vida en el planeta Tierra. Desde este punto de partida no podrán nunca defender el interés general ni el Bien Común de la inmensa mayoría de la sociedad y de la humanidad.
Es imprescindible recuperar la dimensión ética en el análisis de la actual crisis financiera, económica, social, política y de valores que sufrimos.
En los escritos de Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill y Karl Marx, fundadores de la economía como ciencia, la ética era destacada y consustancial en sus postulados. Adam Smith en la introducción al libro cuarto de La riqueza de las naciones [i] planteaba el indisoluble vínculo entre teoría económica y la ética.
La dimensión ética de la economía política clásica fue tolerada por el sistema capitalista hasta el momento en que entró en contradicción con la dinámica real del proceso de acumulación ampliada del capital y la lógica implícita del propio sistema. Las conclusiones «políticamente incomodas» para las clases dominantes al incorporar la perspectiva ética en los análisis económico de los clásicos llevaron a sus sustitución por los neoclásicos con sus planteamientos éticamente «neutrales». Los economistas clásicos pasaron a ser denominados despectivamente como «economistas normativos» y sus posturas éticas fueron desacreditadas como no científicas. León Walras, uno de los fundadores de la teoría del «equilibrio general» a finales del S. XIX defiende que «el economista antes que proporcionar a la gente unos ingresos abundantes o al Estado unos ingresos suficientes, debe perseguir y captar las verdades puramente científicas» [ii] . Verdades que él deduce de un razonamiento lógico que parten de unas condiciones, «ceteris paribus», irreales e imposibles que puedan darse alguna vez, inaugurando lo que cada vez más economistas denunciamos como «economía autista», que ha llevado a la mayoría de economistas actuales a la incapacidad para comprender la actual crisis y ver los mecanismos para su salida.
Así la Teoría económica oficial ha pasado de justificar una economía productiva para satisfacer necesidades sociales y un sector financiero al servicio de esta economía productiva, a justificar que el sector financiero estrangule a la economía productiva y que las necesidades sociales queden supeditadas a un crecimiento del PIB que carece de sentido común y de valores éticos.
La teoría económica que necesitamos para el diseño de alternativas reales de salida a la crisis, para el Buen Vivir, debe recuperar e impregnarse de perspectiva ética. No habrá salida a la crisis si no se reduce la desigualdad y polarización social en el mundo y dentro de cada país. No habrá salida a la crisis si no producimos bienes duraderos en lugar de bienes perecederos, que bajaran el PIB pero que procuraran más satisfacción respetando los recursos naturales. No habrá salida a la crisis si no cambiamos el paradigma energético reduciendo el consumo y desarrollando energías alternativas renovables, que bajaran el PIB al reducir el transporte internacional de petróleo y carbón pero que incrementará la soberanía alimentaría y solucionará el hambre y la pobreza extrema. No habrá salida a la crisis si no eliminamos la especulación financiera sobre bienes alimentarios, energéticos y monetarios, que reducirá el PIB aumentando la estabilidad financiera y la satisfacción de las necesidades de la humanidad. No habrá salida a la crisis si no profundizamos la democracia en todos los ámbitos implicando a la sociedad civil en el diseño, implantación y evaluación de las políticas públicas.
2.- Situación de emergencia para la Vida y la Humanidad
La actual situación en la que vivimos, generada por el propio sistema capitalista en su agonía, debe calificarse de emergencia. Emergencia para la biosfera, Gaia, la Vida del Planeta Tierra en donde hemos surgido y del que formamos parte, al llevar al límite y romper sus mecanismos de autorregulación y sostenibilidad como sistema integrado. Emergencia para la Humanidad, que ve acabarse y destrozar los medios imprescindibles para la supervivencia de la especie, alimentación y energía, el colapso de los actuales sistemas de provisión que ya hoy son insuficientes para toda la Humanidad con el actual modelo de producción, distribución y consumo, manteniendo a la mitad de ella en condiciones de subsistencia extrema. Emergencia para las personas y las nuevas generaciones, que ven frustradas sus expectativas de seguridad y estabilidad en el futuro, de realización y desarrollo pleno como seres humanos.
Como se denuncia en la Declaración final del Foro Social Temático Español de Ética y Espiritualidad de Sevilla 2009, El Poder transformador del Amor [iii] «La humanidad y la Vida en el planeta están en peligro a causa del actual sistema capitalista deshumanizado y depredador, por el individualismo y la sacralización del mercado que alimenta los valores de egoísmo, avaricia, vanidad y envidia que impregnan a todas las sociedades del mundo. La mercantilización de todos los aspectos de la vida lleva a la humanidad a sufrir hambre, miseria, enfermedad, paro, migraciones masivas, violencia y muerte. El cambio climático consecuencia de la forma de vivir en el actual sistema pone en peligro la supervivencia de la Vida en la Tierra. El gobierno del mundo se detenta desde un Poder nebuloso, oculto, ilegítimo y dictatorial que tan sólo defiende sus propios intereses privados, los de una minúscula parte de la humanidad. La acumulación de las riquezas del mundo en sus manos nos ha impuesto los principios seudomorales que hoy nos corrompen desde el interior, siguiendo los cuales hemos exaltado algunas de las cualidades humanas más dañinas, colocándolas como virtudes sociales. Esta acumulación de riqueza ya no puede ser el valor que de importancia social. Necesitamos grandes cambios en los códigos morales que den a los motivos monetarios su verdadero valor. El amor al dinero como posesión tiene que ser reconocido como una morbosidad repugnante, como una enfermedad mental. Necesitamos una profunda revolución ética y espiritual.
La mercantilización de la Vida nos ha llevado a la mayor crisis ecológica desde que existe la humanidad, rompiendo todos los equilibrios de la propia naturaleza. Desde el actual sistema depredador que agota los recursos de todo tipo no hay posibilidad de futuro. Tampoco para la humanidad.
La deriva que nos ha llevado a los máximos niveles de polarización y desigualdad social ha provocado también el mayor ataque a los derechos humanos y al sistema democrático bajo el pretexto de la seguridad, y conseguido gracias al miedo de masas conscientemente provocado. La libertad de opinión y expresión base de una ciudadanía libre, participativa e implicada en el gobierno de lo público, ha sido secuestrada por la propiedad privada de los medios de comunicación de masas en manos de los intereses de los grandes capitales, usurpando nuestro derecho a la información veraz y completa y transformándolos en medios manipuladores de la opinión pública.
La economía dirigida por la locura de un crecimiento sin límites que exige la acumulación ampliada del capital y el interés privado lejos de satisfacer las necesidades sociales y promover la felicidad y autorrealización de la ciudadanía en libertad, provoca la escasez, miseria, ansiedad e inseguridad permanente en la inmensa mayoría de la humanidad. La sexta parte de la humanidad está padeciendo muerte por hambre y desnutrición permanentemente provocada por una economía especulativa que sustrae y asfixia a la economía real.
La convivencia pacífica intercultural es saboteada continuamente. Acaban, magnicidio incluido, con los líderes modernizadores e integradores en todas las culturas; fragmentan y dividen promoviendo el radicalismo y el fundamentalismo religioso en todas ellas y, por último, provocan deliberadamente los enfrentamientos entre ellas para aprovechar el caos y tomar lo que desean. La justificación ideológica del enfrentamiento de civilizaciones la convierten en profecía auto cumplida.
La Gobernanza mundial de los aspectos esenciales para la humanidad (finanzas internacionales, comercio, cambio climático, salud y migraciones) es sustraída al control democrático, impidiendo la construcción del «alma» común de la humanidad, de la ciudadanía universal como nuevo poder soberano del mundo. Vacían de contenido la democracia sustituyendo al ciudadano por el consumidor, atacando el desarrollo de todo tipo de democracia participativa que las nuevas tecnologías permiten.
La desigualdad de género se mantiene dentro y fuera de las personas en todas las culturas y civilizaciones, provocando injusticias y límites al desarrollo personal y social tanto para mujeres como para hombres, impidiendo la plenitud del desarrollo humano en ambos sexos, al reproducir los mecanismos de poder social en las relaciones sentimentales y en el seno de la vida familiar y de pareja.
Se nos impide vivir en paz y armonía en un mundo libre de guerras bloqueando las vías de solución pacífica de los conflictos mediante la proliferación de la mentira, calumnia y difamación desde los medios masivos de comunicación que monopolizan la información. Provocan con cinismo guerras para garantizar el mantenimiento del Poder y seguir acumulando riquezas.
Impiden la promoción de la educación como creadora de personas con criterio propio y fuertes convicciones, base de la verdadera democracia. Impiden que la educación sea una herramienta que haga crecer a las personas y los pueblos en la asimilación vital de los valores e iniciativa creativa para construir un mundo justo, pacífico, respetuoso y en armonía con la naturaleza y abierto a todas las dimensiones del ser humano y de la vida, La educación se mercantiliza para proveer al mercado de los recursos humanos configurados tal y como el capital requiere para su reproducción.
El mal vivir diario en los valores, tensiones y frustraciones constantes que provoca el actual sistema social capitalista impiden la paz y tranquilidad interior que necesitamos para el pleno desarrollo de nuestra personalidad que nos impliquen en la necesaria e imprescindible transformación social a favor de la justicia, la paz y la conciencia de integración con la naturaleza y la energía universal de la Vida.
Vivimos el final de un largo ciclo de conflictos y guerras, de inversión de los valores, de promoción de sistemas de pensamiento e ideologías económicas, sociales y políticas aberrantes que pervierten la verdadera creatividad y conocimiento científico de la humanidad. Vivimos el tiempo en que es imperioso limpiar la suciedad del mundo. El tiempo del robo, violencia, asesinato, mentira, procacidad, codicia, corrupción y lujuria. El tiempo en que las enseñanzas ancestrales han sido pervertidas por sus propios guardianes traicionando su mensaje de liberación para la humanidad sustituyéndolos por los nuevos ídolos de Poder y mercado. Tiempos de guerras, pandemias, hambre, catástrofes económicas, olvido de la solidaridad y fraternidad y subversión de toda moral. El tiempo en que el mundo es gobernado desde las sombras con tiranía. El tiempo en que se construye el más alto edificio del mundo en la ciudad rodeada por el desierto.»
3.- Necesidad de una ética mundial
En la próxima Cumbre del clima Río +20 se propondrá que la ONU apruebe la Carta Universal de los Derechos de la Naturaleza, sobre la base del documento elaborado por la Conferencia de los pueblos realizada en Cochabamba (Bolivia) y adoptada por las constituciones de Bolivia y Ecuador.
Gaia, nombre que evoca al de la diosa griega de la Tierra, es un todo coherente, un sistema integrado de vida que regula sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos, y en el que todas sus partes están interrelacionadas entre si.
Cuando hablamos de los derechos de la naturaleza estamos aludiendo a nuestras propias responsabilidades con relación a ella. Tanto nuestra supervivencia como la del planeta dependen de la adopción o la recuperación de pautas éticas que parecen haber desaparecido en todas partes menos en las comunidades indígenas de Latinoamérica.
Los océanos se están acidificando, los Polos descongelándose, los bosques menguan y las especies desaparecen. Nuestro mundo no podrá seguir funcionando por mucho tiempo más si no adoptamos los medios para impedir que la codicia lo destruya, algo que ya está sucediendo en algunas regiones del planeta y que es una de las causas del hambre y de la miseria en el mundo. Tenemos que transformar nuestro egoísmo individualista en otro valor ético dominante en el que prime la valoración de lo comunitario y la del medio con el que estamos mancomunadamente destinados a compartir la vida. Y este otro valor ético ha de ser universalmente compartido.
El problema ecológico de deterioro de la naturaleza y la misma vida en general cuestionan radicalmente la lógica del desarrollo y del crecimiento continuo, se impone una nueva cultura de la austeridad en el consumo, en términos físicos, y una forma de relaciones no explotadoras con la naturaleza. Necesitamos, así mismo, recuperar el sentido personal y colectivo de la vida más allá del pragmatismo funcionalista del tener, poseer o consumir. Nuestra sociedad ansía sentido para vivir más allá de las razones económicas.
4.- Nacimiento del concepto «ciudadanía universal»
Thomas Jefferson, uno de los padres fundadores, al redactar la Declaración de Independencia de los EE UU dio origen al concepto de ciudadanía que se contraponía a la imperante hasta entonces de súbdito. Con ello nacía la soberanía popular y el primer documento político del actual sistema capitalista. Fue el origen de un nuevo tiempo.
Este concepto se extendió como si de un virus se tratara por las sociedades humanas. Primero fue la ciudadanía francesa dando lugar a su revolución; su siguiente fruto la Constitución Española de 1812, que infectó a toda Sudamérica y Filipina. Las monarquías reinante tuvieron que adaptarse a los cambios que implicaba esta infección en sus súbditos para no desaparecer surgiendo lo que se denomina monarquías constitucionales donde se reconoce su legitimidad en la soberanía popular, lo que implica limitaciones en sus papeles institucionales y en sus poderes.
El nuevo virus que viene a infectar es el nuevo concepto de ciudadanía universal que se extiende. Y surge por doquier del mismo instinto de supervivencia de la Humanidad y de las personas.
La infección ya es un hecho y está provocando el cambio más grande que haya vivido la humanidad. Su protagonismo está siendo, como no podía ser de otra forma, la ciudadanía más pobre de los países pobres representada en los Foros Sociales. Las presiones sociales que está generando se acumulan, como las fricciones tectónicas previas a los movimientos sísmicos, y darán luz cuando se cumpla su tiempo. Los países desarrollados se quedan rezagados en este proceso de transformación, sufriendo su ciudadanía más que las otras por el empecinamiento de sus dirigentes en los valores y aptitudes que mueren al negarse a asumir estas necesarias e imprescindibles transformaciones.
El 7 de Mayo de 2010, convocados por el Presidente de Bolivia Evo Morales, con objeto de trasmitirles las conclusiones de la Cumbre de Cochabamba sobre cambio climático que había reunido a más de 35.000 delegados/ as llegados de todo el mundo, se reunieron en la sede de la ONU el grupo de países 77 + China (130 países en total) donde se habló de la necesidad de una ciudadanía universal, concepto que se elabora y aprueba en el Foro Social Temático Español de Ética y Espiritualidad celebrado en Sevilla del 10 al 12 de octubre de 2009 [iv] .
Asimismo en el IV Foro Social Mundial de las Migraciones celebrado en Quito (Ecuador) del 8 al 12 de octubre de 2010 bajo el lema «Pueblos en movimiento por una ciudadanía universal. Derrumbando el modelo, construyendo actores» se reunieron 1.500 delegados /as aprobando la Declaración de Quito [v]
Vivimos un tiempo histórico de transformación. Lo viejo muere y lo nuevo nace. Tenemos que ver y gestionar los procesos, e igual que los gremios se desarrollaron en el seno de la sociedad feudal posibilitando que naciese la clase capitalista, que toma fuerza a través de asociaciones de amigos del país, ateneos, etc, para terminar desapareciendo como tales gremios porque estos eran parte del sistema feudal, así los sindicatos de clase representan a asalariados, la contraparte del capital, y como tal son parte consustancial del sistema capitalista. No hay capitalista sin trabajo asalariado, no hay trabajo asalariado sin capital.
¿Qué sucede en este momento de agonía del propio sistema? La financiarización del capital y su deriva especuladora no es sino el cáncer del sistema capitalista. Que se desarrolle excesivamente la importancia del sistema financiero en el total del PIB, que pasa a significar entre el 4% y el 7% según países en 1971 a más del 40% del PIB mundial en 2007, es síntoma de su degeneración y agonía. El capital deja de ser tal por lo que deja de necesitar a los trabajadores ya que los beneficios no los saca de la plusvalía sino de la especulación. Los sindicatos ahora ya no son imprescindibles y se convierten en estorbo. La agonía del capital es la agonía del trabajo asalariado. Y surge como nueva síntesis de este proceso dialéctico la economía social que integra capital con asalariado devolviendo racionalidad y valores al proceso productivo al colocar a las personas y sus necesidades reales en el centro y destino de la actividad productiva. Por eso la transformación social debe apoyarse y liderarse por una fuerte alianza entre sindicatos de clase, la fuerza que muere, con la economía social que viene preñada de futuro.
El cambio y la transformación ya es imparable. Nace la ciudadanía universal, un nuevo tiempo para la humanidad.
5.- El cambio de sistema que vivimos .
Vivimos la crisis sistémica y civilizatoria del sistema capitalista, cuya superación nos exige cambiar los paradigmas del consumismo, modelo energético y deformación financiera de la economía que están poniendo en peligro la supervivencia de la Humanidad y de la Vida en nuestro sistema integrado de Vida que es Gaia. Las contradicciones del propio sistema han provocado, con la deslocalización industrial protagonizado por las transnacionales con objeto de aumentar sus tasas de ganancia, el surgimiento del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica): cinco países que pertenecen a continentes, razas, lenguas, y culturas diferentes, que son el 43% del total de la humanidad, y de los que depende hoy el funcionamiento de la economía en este sistema-mundo del capitalismo agonizante. BRICS que en su lucha para defender los intereses de sus propias oligarquías dominantes y a través de la coordinación y cooperación entre ellos, han roto el mecanismo del intercambio desigual, trasladando la crisis al centro de los propios países hegemónicos: EE UU, UE y Japón. La dinámica del propio proceso hace surgir desde el seno del propio sistema en crisis el nuevo tipo de Gobierno del mundo basado en la cooperación y la defensa del Bien Común de la Humanidad.
Consecuencia de este proceso contradictorio sufrimos una lucha por la hegemonía mundial entre todas las élites oligárquicas que se concreta en un intento de control de suministros básicos de materias primas y energéticas que vienen provocando guerras locales y amenaza con una cercana guerra mundial. La UE es la gran perdedora en este proceso por su falta de unidad social y política, estando abocada a renunciar a su esencia neoliberal o a desaparecer.
La actual crisis está siendo magnificada y artificialmente mantenida por las élites oligárquicas internacionales en sus enfrentamientos. Así no se ha avanzado nada en la regulación del sistema financiero internacional, en la eliminación de los paraísos fiscales, ni en la recuperación de la banca para la economía productiva. En España desde 2003 se denuncia el fraude fiscal, delito penalmente perseguible que los inspectores de hacienda cuantifican en 88.500 millones de euros al año, de los que el 73% corresponde a grandes empresas y patrimonios, y los coladeros fiscales, normas legales para que estos grandes patrimonios y empresas paguen cada vez menos, por los que se dejan de recaudar cada año decenas de miles de millones de euros. Sus crisis es utilizada para justificar los recortes económicos y sociales paralizando la reacción de la sociedad con la generalización e inoculación del miedo.
Los instrumentos financieros para salir de la crisis son las seis medidas adoptadas por los ATTAC Europeos los días 14 y 15 de enero en Barcelona y ampliado con el séptimo en Paris a principios del pasado febrero para generalizar un discurso común en toda Europa con las movilizaciones coordinadas que se preparan para el próximo mes de mayo:
- Prestamos directos del BCE a Gobiernos y control público del sector financiero
- Auditoria y cancelación de deudas ilegítimas y abominables
- Incremento coordinado de imposición fiscal sobre riqueza y beneficios empresariales, acabando con evasión fiscal
- Acabar con las políticas de austeridad
- Reinstaurar y ampliar los servicios públicos
- Políticas públicas de transición a la sostenibilidad del sistema creando empleo y ampliando derechos sociales a escala europea
- Democracia real ¡¡YA!!
Nos hacen avanzar en la solución definitiva en el nuevo sistema que nace que debe basarse en un sistema financiero público, universal y con tipos de interés negativo, que garantice y sea coherente con los objetivos, motivaciones y valores de un sistema por y para las personas.
Hace algo más de doce mil años comenzó el amanecer de la humanidad con la agricultura y los primeros asentamientos, las primeras aldeas y ciudades. Desde entonces una humanidad dividida, enfrentada y dependiente de los recursos y condiciones de la naturaleza que no comprendía ha ido desarrollándose, poblando todos los rincones de nuestro planeta y progresando en conocimiento y civilización. El bienestar material de una parte de ella no ha sido acompañado por una ética y valores sociales acordes a ese progreso técnico. Ha llegado el momento del salto cualitativo. De vernos a nosotros mismos como Uno. Vivimos nuestro gran mediodía, el comienzo de la Historia de la Humanidad, con mayúsculas, cuando por primera vez nos hacemos responsables de decidir y construir nuestro propio futuro.
6.- Los seis principios básicos para una ética mundial
Nuestra solución, la única posible si queremos que haya futuro para la Humanidad, pasa por dar respuestas basadas en el sentido común y el retorno a valores éticos imposibles sin romper la lógica del sistema capitalista, por lo que la Humanidad progresará superándolo y dando a luz un nuevo sistema. Esta solución pivota sobre cuatro ejes:
1. Pasar en nuestra relación con la naturaleza de verla como fuente de recursos a fuente de Vida ;
2. Una economía por y para la Vida, Economía del Bien Común;
3. Generalización democrática en todos los aspectos y niveles sociales;
4. Una nueva ética del Bien Común de la Humanidad, concretada en globalizar los derechos humanos, la igualdad social y de género, y el desarrollo de la interculturalidad.
La alternativa en beneficio de la Humanidad cambiará el sentido perverso de las dos lógicas básicas del actual sistema que hacen concentrarse los capitales en cada vez menos manos, provocando la desigualdad, la polarización social, las hambrunas y los grandes flujos migratorios; y la que divide, separa y enfrenta a cada pueblo contra todos los demás, provocando las guerras y genocidios.
Un mundo que ha perdido el equilibrio entre lo económico, social y político al haberse mundializado el primero y haberse dejado en el ámbito de los Estados-nación lo social y lo político, tan sólo puede recuperar su equilibrio globalizando la dignidad humana y estableciendo un Gobierno mundial democrático, legítimo y transparente con competencia ante los problemas globales del cambio climático, desigualdad, migraciones y regulación del capital financiero internacional.
El concepto jurídico de ciudadanía, el Poder soberano, surgido hace 236 años con la Declaración de Independencia de los EE UU, ha de globalizarse en «ciudadanía universal» donde toda persona tenga los mismos derechos y deberes independientemente de raza, color, cultura o lengua. Concepto jurídico que debe complementarse con el reconocimiento de los derechos jurídicos de la Madre Tierra, de la que surge la propia Humanidad y somos su parte consciente. Tan sólo así podremos desarrollar la conciencia de pertenecer a la gran familia de la Humanidad que habita un único mundo que debe gobernarse para el Bien Común de la Humanidad con unos principios éticos consensuados y compartidos universales.
Necesitamos nuestros propios Padres Fundadores, que actúen como portavoces de la Humanidad como sujeto político del cambio, en base a su prestigio y autoridad ética y moral universal reconocida por su trayectoria vital, por su desinterés personal y la defensa de los seis principios básicos para una ética mundial, a través de los que hay que filtrar todas las decisiones a adoptar:
1. Respeto medioambiental,
2. Igualdad, no sólo de género,
3. Derechos humanos,
4. Economía por y para la Vida, la Economía del Bien Común,
5. Interculturalidad,
6. Democracia participativa.
7.- Declaración del Bien Común de la Humanidad por la ONU, la red internacional de empresas de la Economía del Bien Común y el inicio del Proceso Constituyente para la Primera Constitución democrática y legítima del Mundo
Hemos visto la causa originaria de la actual situación, el propio sistema capitalista. En segundo lugar la situación de emergencia que vivimos. De ambas, y conformando una unidad con las dos anteriores, vemos la necesidad de una nueva ética mundial. Esta necesidad se refleja en el surgimiento del concepto de «ciudadanía universal» en distintos lugares de todo el espacio mundial, visto en el apartado cuarto. En quinto lugar hemos visto los procesos dinámicos del cambio de sistema que vivimos. Para pasar a la conclusión sobre los seis principios básicos que configuran el contenido de esa nueva ética mundial. En este séptimo apartado veremos que estamos haciendo la Humanidad para superar esta estado de las cosas, nuestro momento histórico, nuestras iniciativas y trabajos para superarnos y transformarnos. Si lo conseguimos daríamos paso a un octavo apartado, que no sería sino un nuevo comienzo para la Humanidad, el cierre del circulo en espiral, un nuevo comienzo en un nivel superior de la Vida. Como la espiral del ADN de todos los seres vivos.
Hablaremos sólo de tres iniciativas significativas. La primera propuesta a la ONU para que se implemente desde arriba. La segunda surge desde la misma base de la sociedad y la economía y se construye sin solicitar permisos ni autorizaciones. La tercera, nuestra propia presencia aquí y ahora, consecuencia lógica de la deslegitimización del sistema reflejada en el «No nos representan», las primeras demandas de una nueva legitimidad e Instituciones para una nueva forma de vivir, que implica una nueva forma de producir, distribuir y consumir con otros valores dominantes.
A) Declaración del Bien Común de la Tierra y la Humanidad por la ONU [vi]
En Abril de 2009 Francois Houtart [vii] lanza la iniciativa de una Declaración Universal del Bien Común de la Humanidad.
El 28 de febrero de 2010 el que fuera Presidente de la Asamblea General de la ONU en 2009, junto al teólogo Leonardo Boff hacen la propuesta de «Declaración universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad», que consta de una introducción, un preámbulo y 22 artículos.
En la introducción se declara el objetivo que se busca al afirmar «Una Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad como documento esencial para la reinvención de la ONU y que complemente la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Somos conscientes de que el excesivo antropocentrismo, codicia y egoísmo de la cultura dominante dificultará la adopción de dicha Declaración, pero se logrará.»
En el considerando del Preámbulo se dice que «la conciencia de la gravedad de la situación crítica de la Tierra y de la Humanidad hace imprescindibles cambios en las mentes y en los corazones y que se forje una coalición de fuerzas alrededor de valores comunes y principios inspiradores que sirvan de fundamento ético y de estimulo para prácticas que busquen un modo sostenible de vivir. Las personas, las instituciones, los líderes políticos, las ONGs, las religiones y iglesias que subscriben esta Declaración ven la urgencia de que se proclame la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DEL BIEN COMÚN DE LA TIERRA Y DE LA HUMANIDAD cuyos ideales y criterios deben orientar los pueblos, las naciones y todos los ciudadanos en sus prácticas colectivas, comunitarias y personales y en los procesos educativos para que el Bien Común sea progresivamente reconocido, respetado, observado, asumido y promovido universalmente en vista del bien vivir de cada uno y de todos los habitantes de ese pequeño planeta azul-blanco, nuestro Hogar Común.»
B) Red internacional de empresas de la Economía del Bien Común [viii]
El economista austriaco Christian Felber publica en 2008 el libro «Nuevos valores para la economía» [ix] . El 16 de agosto de 2010 desarrolla los fundamentos teóricos en un nuevo libro titulado «La economía del Bien Común» [x] .
Presenta un modelo económico alternativo al capitalismo , que tampoco es comunismo. Se trata de introducir una nueva escala de valores sobre la que referenciar la economía en general y del funcionamiento de las empresas en particular, alejándose del valor monetario para enfatizar el valor social. Los mismos valores que hacen florecer nuestras relaciones interhumanas: confianza, cooperación, aprecio, co-determinación, solidaridad y acción de compartir. Estos valores y las buenas relaciones que promueven son los factores que más contribuyen a la felicidad y la motivación de los seres humanos.
Se propone clasificar a las empresas conforme a unos criterios más sociales, según la matriz del Bien Común, que establece una serie de valores medibles: Dignidad humana, Solidaridad, Sostenibilidad ecológica, Justicia social, Democrática y transparencia; se asignan una serie de puntos, que determinarán la clasificación de la empresa. Siguiendo estos criterios se establece una clasificación de las empresas que será la que las haga merecedoras de mayores o menores incentivos que permitirían hacer que las empresas más justas fueran competitivas frente a aquellas que pasan por encima de reglas y valores y compiten de manera desleal, con trabajadores explotados y salarios miserables.
El balance económico y financiero, la obtención de beneficios monetarios, deja de ser la prioridad. Pero incluso en un segundo plano estos beneficios penalizan si son utilizados de manera poco ética: para financiar partidos políticos, para enriquecer a algunos, si se reinvierten en productos financieros…
Como complemento a esta economía de las empresas trata de poner límites superiores e inferiores a lo que sería considerable como ético: no considera ético un patrimonio personal superior a 10 millones de euros, o un salario máximo superior a 20 veces el mínimo. Con ello se pretende poner freno a la desigualdad social, que la seguirá habiendo pero en menor medida.
Actualmente existe una red de miles de empresas adheridas y que están implementándolo repartidas por una veintena de países, entre los que se encuentran Alemania, Austria, Francia, Suiza, Italia, España, México y Brasil. En España se ha presentado en Madrid, Zaragoza, Alcoy (Alicante) y se prepara su presentación en Andalucía.
C) Apertura del Proceso Constituyente para la Primera Constitución democrática y legítima del Mundo [xi]
Hay que devolver la soberanía a la humanidad. Que la ciudadanía recupere el control sobre la economía y ponerla a su servicio y no al revés como está ahora. La ciudadanía ha de recuperar los instrumentos del poder político democrático desde los que pueda orientar la economía hacia propuestas ambiental y socialmente sostenibles al servicio del Bien Común de la Humanidad. Debe garantizar la producción de los medios de vida inmediatos y materiales suficientes para satisfacer a toda la humanidad como prioridad básica. Debe dar seguridad y tranquilidad en el futuro, es decir, ofrecer una perspectiva cierta de un desarrollo humano sostenible. Este desarrollo tiene como finalidad conseguir la felicidad de la ciudadanía, como proclamaba la Constitución de Cádiz de 1812, integrado y en sintonía con la naturaleza de la que somos fruto y parte.
Las relaciones sociales y el sentimiento de poder incidir en tu devenir, de participar integrado en tu comunidad, es el mejor índice de la felicidad humana en todo el mundo. Esto significa, en primer lugar, sustituir el principio de competitividad por el de coordinación y cooperación esencial para cualquier trabajo en equipo y, en segundo lugar, profundizar y extender el actual sistema democrático representativo con sistemas de democracia participativa, dando progresivamente mayor peso a esta última en tanto que el desarrollo de las tecnologías de la información lo vayan permitiendo, de este modo se integrará la libertad de la ciudadanía política con la de la ciudadanía social.
Hoy el paso necesario es avanzar en la construcción de alternativas y convertir a la humanidad en actor político. Y esto comienza por manifestar su existencia y voluntad, para ello se propone el siguiente Manifiesto de la Humanidad [xii] . Y, en segundo lugar, por comenzar a construir el primer Gobierno democrático, legítimo y transparente de la humanidad que vaya adoptando las necesarias decisiones para el proceso constituyente, que sustentándose sobre la ciudadanía universal como nuevo Poder soberano del nuevo tiempo, y sobre el reconocimiento de los derechos de Gaia, nuestra Madre común, nuestra razón de ser y de continuar siendo, pare a los que nos oprimen, esclavizan y quieren destruirla.
La propuesta de Portavocía de la Humanidad [xiii] es elegir a las personas con más prestigio y reconocimiento mundial en cada uno de los seis ejes que de forma transversal han de constituir los criterios de actuación a partir de ahora para la humanidad. Su cometido será limitado en el tiempo: asumir provisionalmente la portavocía de la Humanidad, e iniciar el proceso constituyente para el primer Parlamento que aprobará la primera Constitución y elegirá al Primer Gobierno democrático, legítimo y transparente del mundo, sobre la base de la ciudadanía universal, como nuevo Poder soberano, los derechos de la Naturaleza y de las personas como Bien Común de la Humanidad, la búsqueda de la igualdad, la fraternidad, la felicidad de las personas y la democracia participativa. Su papel se debe asemejar al de las matronas que ayudan informando, tranquilizando, evitando obstáculos y abriendo el camino al naciente para facilitar su llegada.
El inicio de este proceso constituyente no es una utopía sino una imperiosa necesidad, porque no habrá más tiempo. Proceso que emerge en multitud de países y lugares distintos casi simultáneamente, como si una conciencia natural naciera en las personas derivada de su propio instinto de supervivencia. Y sabemos a donde vamos: a establecer la cohesión y el bienestar social en todo el orbe, sin guerras, sin despilfarro y con toda la Paz, igualdad y fraternidad que llevamos dentro los seres humanos. Si la II Guerra Mundial provocó el alumbramiento del Estado del Bienestar en Europa, esta crisis dará a luz la mundialización de la dignidad humana, el Estado del Bienestar en todo el mundo.
En la historia de la Humanidad los grandes cambios como el que vivimos siempre se han producido en muy pocos años. Y siempre lo provocan los pueblos al margen de soberbios y vanidosos autoproclamados líderes. Por eso los cambios son imparables. Porque todos y todas somos necesarios, pero ninguno y ninguna somos imprescindibles. Por que surgen de las creencias más profundas y arraigadas en los pueblos y las personas.
Hoy, 17 de marzo de 2012, en Cádiz nos hemos convocado en el encuentro de las asambleas constituyentes en España surgidas el pasado 17 de diciembre en Sevilla. No se trata sólo de criticar el boato de la efemérides de 1812 en plena crisis, ni de clamar por una reforma constitucional en España. Ni siquiera en Europa. Es una para España, Europa y Gaia.
Necesitamos unos nuevos valores dominantes, una nueva ética mundial para una ciudadanía universal como nuevo Poder Soberano sobre el que construir un mundo mejor posible, imprescindible y urgente. Aquí hoy estamos ejerciendo y dando vida a ese nuevo Poder Soberano, a esa ciudadanía universal. Estamos construyendo el futuro. Ha llegado el momento de HACER.
Fernando Moreno Bernal
ATTAC Andalucía
Cádiz, a 17 de marzo de 2012
NOTAS:
[i] Smith, Adam. «La riqueza de las naciones» 1776 http://stolpkin.net/spip.php?
[ii] Walras, León. «Elementos de economía política pura». 1874
[iii] Declaración «El Poder transformador del Amor» FSTE de Ética y Espiritualidad. Sevilla 10-12 Octubre 2009 http://www.forosocialte2009.
[iv] http://www.attacandalucia.org/
[v] http://www.fsmm2010.ec/
[vi] D´Escoto, Miguel y Leonardo Boff. Propuesta Declaración del Bien Común de la Humanidad. 28.02.2010 http://www.rlp.com.ni/
[vii] Houtart, Francois. «Por una declaración Universal del Bien Común de la Humanidad». www.rebelion.org 24.04.2009 http://rebelion.org/noticia.
[viii] Felber, Christian. La Economía del Bien Común» attactv video 25.10.2011 http://www.attac.tv/2011/10/
[ix] Felber, Christian. «Nuevos valores para la economía» Deuticke. 2008
[x] Felber, Christian. «La economía del Bien Común» Deuticke. 2010 http://www.cma.gva.es/comunes_
[xi] Moreno Bernal, Fernando. «Necesidad del proceso constituyente 2012» 08.02.2012 http://constituyentes.
[xii] Moreno Bernal, Fernando. «Manifiesto de la humanidad» 24.05.2011 http://www.rebelion.org/
[xiii] Moreno Bernal, Fernando. «Portavocía de la Humanidad». www.rebelión.org 15.11.2011 http://www.rebelion.org/
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