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Valdái y la época de cambios drásticos

Fuentes: Rebelión

Cada vez que en el mundo pasa algo de verdad importante, los grandes medios de información masiva, intentando cubrir el sol con un solo dedo , se encargan de no mencionarlo o de darle una cobertura mínima. Eso pasó este año con la sesión XIV del Club Internacional de Debates Valdái, que en Sochi aglutinó […]

Cada vez que en el mundo pasa algo de verdad importante, los grandes medios de información masiva, intentando cubrir el sol con un solo dedo , se encargan de no mencionarlo o de darle una cobertura mínima. Eso pasó este año con la sesión XIV del Club Internacional de Debates Valdái, que en Sochi aglutinó a más de 130 participantes de 33 países. Este foro mundial de discusiones se reúne anualmente en distintas ciudades rusas, el primero tuvo lugar en Veliki Nóvgorod el año 2004. Desde entonces se han reunido más de mil de representantes de la comunidad académica internacional de 63 países.

El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, al dialogar con los miembros d e la sesión final del actual foro , tocó aspectos de la política internacional y rusa, cuyo importante contenido permite vislumbrar una época de cambios profundos . A la pregunta ¿cuáles fueron en los últimos 15 años los mayores errores cometidos por Rusia en su relación con Washington?, el mandatario ruso respondió que fue el exceso de confianza. «Nos mostramos demasiado confiados, mientras que el error de ellos fue considerar esta confianza como una debilidad y abusar de ella»; luego abogó por «pasar la página y trabajar como socios iguales».

Recordó que en la década de los 90, Moscú mostró hacia EEUU «una sinceridad y confianza sin precedentes». A lo largo de diez años, en el marco de los acuerdos bilaterales firmados por Gorbachov y Yeltsin, Rusia, en lo que calificó de «uno de los más efectivos esfuerzos de desarme nuclear en la historia», permitió a cerca de un centenar de funcionarios estadounidenses realizar inspecciones inesperadas a sus instalaciones más secretas. Realizaron unas mil visitas a es os lugares e, incluso, «instalaron allí lugares de trabajo permanentes, adornados con banderas de EEUU»; todos los días supervisaban lo que querían. Es muy bien conocido cómo respondió Washington a toda esta franqueza. «Después de ver el estado en qué se encontraba el complejo nuclear, las fuerzas armadas y la economía… el derecho internacional le resultó inútil… ignoró totalmente nuestros intereses nacionales, apoyó al separatismo en el Cáucaso y realizó actividades bélicas sin que haya ninguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU». Como ejemplo de lo último, enumeró la invasión a Irak, por las tropas estadounidenses y sus aliados, y los bombardeos de la OTAN a Yugoslavia, país que se desintegró luego de una serie de conflictos provocados .

Putin explicó que Rusia ha hecho grandes gastos para destruir sus armas químicas, pero que Estados Unidos no cumplió el compromiso de destruir las suyas con el pretexto de no tener fondos para ello. «Tienen la máquina para fabricar dinero, pero dicen no tenerlo para destruir sus armas químicas».

Al pronunciarse sobre el problema catalán, señaló que al apoyar a Kósovo los países de la Unión Europea, UE, «han provocado el aumento de los movimientos separatistas en Europa, y ahora sufren por ello, como en el caso de Cataluña». Se escucha a menudo, por parte de la UE y otros Estados, el rechazo unilateral a los independentistas de Cataluña, tendrían «que haberlo pensado antes, cuando allí sólo surgían procesos controvertidos. Acaso ¿no conocían de las disputas de siglos de duración dentro de Europa? Sí, sí lo sabían». Sin embargo, «saludaron el desmembramiento de varios países europeos sin esconder siquiera su alegría… Occidente liberó el genio de la botella al reconocer un Kosovo independiente… ¿Por qué tuvieron que apoyar la separación de Kosovo de Serbia? Por el deseo de complacer al hermano mayor de Washington»; ésto provocó procesos semejantes en otras regiones de Europa y el resto del mundo. En cambio, «no les gustó» cuando la península de Crimea declaró su independencia. Por lo tanto, «se puede decir que a juicio de nuestros colegas hay luchadores ‘correctos’ por la independencia y separatistas, lo que apunta a la existencia de dobles estándares. Al apoyar a Kosovo, los propios países de la UE han provocado el aumento de movimientos separatistas en Europa, y ahora sufren por ello, como en el caso de Cataluña y en otros sectores, como el Kurdistán». Putin opina que en el ámbito geopolítico este tipo de doble rasero podría resultar peligroso para el desarrollo estable de Europa y que «Occidente muestra cada vez más egoísmo».

Margarita Simonián, directora de RT, habló acerca de la «presión increíble» que en Estados Unidos se ejerce contra esta cadena y que, como Rusia no presiona a los medios occidentales, «somos ahora un país más democrático que los países que nos han enseñado democracia». Le preguntó al mandatario ruso cómo piensa reaccionar ante lo que está pasando, a lo que Putin contestó que «es absurdo presionar o cerrar medios», que sólo «hay una forma de luchar contra ellos, expresar su propia opinión tan vívida y talentósamente que la gente se ponga de tu lado… todo lo demás es antidemocrático». Expresó su admiración por el trabajo de RT y la agencia Sputnik y que «se sacaba el sombrero, pues en ellas todo se hace con precisión y sin miedo, y esa es la clave del éxito. Lo que no les gusta a las autoridades estadounidenses es la visión diferente que presenta la cadena rusa y que presionarla por eso no tiene nada que ver con la democracia». Moscú espera la reacción internacional a la persecución de los medios rusos en EEUU y ha prometido que «si Rusia ve pasos concretos que limiten el funcionamiento de nuestros medios, de inmediato tomaremos medidas recíprocas». Por eso, lo que ahora está sucediendo en EEUU causa como mínimo desconcierto.

Putin se lamentó de que en Oriente Medio «en vez de mejorar juntos la situación y realizar un verdadero ataque contra el terrorismo y no solo fingir hacerlo, algunos colegas hacen todo lo posible para que el caos en esa región se vuelva permanente. Hay todavía quienes creen que pueden controlar este caos».

Al referirse a la crisis de la península coreana, sostuvo que su país cumple todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y que, aunque Moscú rechaza los ensayos nucleares de Corea del Norte, «hay que poner fin a las tensiones en la zona a través del diálogo y no mediante peleas e insultos, pues la situación es en extremo peligrosa y es dudoso que se pueda detener a Pionyang con un solo ataque de decapitación». Criticó a Washington por introducir nuevas sanciones contra ese país asiático, a pesar a los acuerdos subscritos por ambas partes.

El estadista ruso concluyó que el mundo ha llegado a una época de cambios drásticos, dado que, entre otros procesos, se está agudizando la concurrencia por un lugar en la jerarquía internacional y algunos de los antiguos métodos para resol ver conflictos han dejado de funcionar, mientras que no ha sido creado ninguno nuevo. A buen entendedor pocas palabras.

Su mensaje es preciso porque coincide con lo que piensa la mayoría de la humanidad sobre lo que pasa actualmente, como una reacción natural a todas las conjuras de Occidente. Si a sus palabras se añade la celebración del Congreso del Partido Comunista de China, que planifica convertir a este gigante asiático en la primera potencia, se puede esperar que el viejo orden mundial esté por desaparecer y finalice el ‘derecho’ de Occidente de hablar a nombre de la libertad para imponer un a esclavitud de nuevo cuño, o sea, implantar el caos, violar las leyes internacional es y las normas de convivencia de la ONU, para usufructuar del bien común.

Se aspira a que el nuevo orden internacional dé la libertad que Occidente se niega a dar, respete los valores culturales y los derechos de todos los habitantes del planeta, algo que el viejo orden nunca acató. La férrea alianza chino-rusa está por eliminar la hegemonía que tuvo Occidente a partir de la caída de la Unión Soviética y se ha constituido un BRICS, más fuerte que nunca, como defensa contra la actual estulticia. Y no sólo eso sino que está cerca de colapsar el dominio del dólar, que se mantiene gracias al tratado de Bretton Woods, impuesto después de la II Guerra Mundial .

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.