Recomiendo:
0

Gonzalo Gómez, director de la web Aporrea.org, y Yanet Cañas, asesora de la Misión Sucre

Venezuela a dos voces

Fuentes: Rebelión

Gonzalo Gómez, director de la página digital Aporrea Durante su última estancia en el Estado Español, Gonzalo Gómez se trasladó a Las Palmas para pronunciar una conferencia, en el marco de las Jornadas: «Experiencias Sur- Sur», que organizó la Asociación Canaria de Estudios de la Globalización (ACEG) y en las que compartió el espacio dedicado […]

Gonzalo Gómez, director de la página digital Aporrea

Durante su última estancia en el Estado Español, Gonzalo Gómez se trasladó a Las Palmas para pronunciar una conferencia, en el marco de las Jornadas: «Experiencias Sur- Sur», que organizó la Asociación Canaria de Estudios de la Globalización (ACEG) y en las que compartió el espacio dedicado a Venezuela con la educadora y asesora de la Misión Sucre, Yanet Cañas.

Durante su encuentro con el pueblo canario, Gómez habló de las características del proceso que se desarrolla en su país, especialmente, de la importancia del papel de los medios informativos y avanzó los principales frentes de lucha en los que debe incidir la acción de los colectivos y organizaciones que trabajen en la solidaridad con Venezuela.

Según lo expuesto por el director de Aporrea.org, la furia contra el comunismo y contra la izquierda política llegó a transformarse en una guerra contra las clases populares.

«En esa batalla -dijo- la intoxicación mediática jugó un rol fundamental porque logró enfrentar físicamente a las clases medias con dichas clases populares. Eso es lo que ocurrió en Venezuela cuando el golpe de Estado. En esos días se pudo ver a 250 mil personas, pertenecientes a los estratos ricos y medios de la sociedad, salir a la calle, encolerizados y dispuestos a batirse con las masas de pobres a los que había beneficiado la Revolución bolivariana. Sin embargo, en la otra cara de la moneda, también se pudo ver al pueblo revolucionario, que fue capaz de organizarse a distintos niveles, para recuperar el orden constitucional. La Asamblea Popular Revolucionaria, que más tarde daría origen a la página Aporrea fue uno de los ejemplos, no el único».

Centrándose en la labor de los medios masivos de comunicación, los días 11 al 13 de abril de 2002, Gómez mencionó el video salido de la cadena televisiva Venevisión en el que las imágenes, intencionadamente trucadas, transmitieron al mundo la idea de que los partidarios de Chávez habían disparado contra los manifestantes de Puente Llaguno cuando la realidad es que fueron los policías del alcalde antichavista, Alfredo Peña, los que masacraron a los civiles concentrados allí. Por cierto -añadió-, ese video obtuvo un premio periodístico en España que, pese a las pruebas de su falsedad, aún no le han retirado».

La situación esbozada por el director de Aporrea no debe situar al lector en un escenario muy alejado del que existe en la actualidad en Venezuela; más bien traza las fronteras con las que linda, en el terreno la comunicación, el proceso bolivariano y a las que el Gobierno y las organizaciones sociales tienen que hacer frente a diario.

«Tan es así -apuntó que en las últimas elecciones presidenciales, desde las plataformas informativas opositoras se hicieron llamamientos a los militares y se difundieron los análisis de ciertas empresas encuestadoras que lo que hacían era preparar el ambiente para un nuevo levantamiento en el país. Todo esto, claro está, se da con el apoyo expreso de los Estados Unidos y de la CIA, que usan todos los medios a su alcance para incitar al miedo y provocar un giro en el curso revolucionario venezolano».

Este tipo de prácticas son las que han llevado a distintos grupos y organizaciones de la sociedad en Venezuela a presentar una denuncia ante el Tribunal Supremo de Justicia contra las emisoras Globovisión y RCTV por la violación de Derechos Humanos cometida durante el Golpe de Estado.

«Hoy por hoy -afirmó Gómez- esta es una de las luchas para las que queremos recabar más apoyo de los colectivos internacionales de solidaridad, porque entendemos que es necesario lograr unos medios de información que plasmen los derechos reales del pueblo».

Consolidar el socialismo

En relación a la gestión de los medios masivos de comunicación, Gómez planteó una interrogante en torno al acceso a los mismos. «Cabría preguntarse por las razones que impiden que las organizaciones de masas tengan la posibilidad de constituir plataformas informativas de iguales características a las que están en manos del capital privado venezolano, que, dicho sea de paso, es el que controla el 90% del espacio radioeléctrico del país y, además, lo emplea para obstaculizar, o incluso cortar, las transmisiones audiovisuales de los medios alternativos y comunitarios. No se debe ocultar que, en Venezuela, hay una dictadura sobre los medios informativos y que ese es uno de los debates pendientes de nuestra Revolución. El socialismo del siglo XXI, entre otras cosas, implicaría que los medios de comunicación de masas iban a estar en manos de las asociaciones y de las comunidades populares aunque, para eso, hace falta tiempo y profundizar más en los cambios que vive el país».

En este sentido y abordando ya otros aspectos de la realidad venezolana, Gonzalo Gómez habló, por ejemplo, del tema sanitario. En su relato, que en este punto contó con las aportaciones de Yanet Cañas Salazar, asesora de la Misión Sucre y experta también en programas dirigidos a la Salud Integral, Gómez resaltó que, en Venezuela, sigue pendiente el establecimiento de un sistema de Seguridad Social, pero que se han logrado avances muy significativos, preferentemente, en la atención primaria. «La Misión Barrio Adentro, desarrollada por los médicos cubanos, o la Operación Milagro han hecho que las clases pobres de Venezuela, de América Latina e, incluso, de Estados Unidos hayan alcanzado una mejora incuestionable en su calidad de vida. Igualmente, se han creado clínicas de base, bien dotadas y en expansión por todo el país. Pese a todo, aún no se ha llegado al nivel hospitalario».

Para Cañas Salazar, en el análisis de la cuestión sanitaria, es importante llamar la atención sobre el sistema integral de mejoras estructurales como el saneamiento de los ríos o la remodelación del alcantarillado «que parecen que ponen patas arriba el país, y de hecho lo hacen, pero que hacen posible que se incida, de manera profunda, en todo lo que afecta a la salud de la gente. Las misiones Árbol y Ciencia también tienen que ver con este empeño porque, a través de ellas, se trabaja en la recuperación de zonas que se estaban desertificando y se reactiva la producción de semillas autóctonas lo que, en conjunto, repercute en las condiciones de vida del pueblo».

Avanzando hacia la discusión de temas educativos, el director de Aporrea.org insistió en el papel que las misiones Robinson, Sucre o Ribas habían desempañado a la hora de revertir los fenómenos de deserción y exclusión escolar. En torno a ello, Yanet Cañas coincidió con Gómez al afirmar que la herencia educativa de la IV República había sido muy negativa y había arrastrado grandes déficits en la dotación de las escuelas o ,desde otra perspectiva, en el reparto horario del trabajo de los profesores.

«Después de la Constituyente educativa -dijo-, ha habido avances, sin duda. Se hacen esfuerzos constantes en Educación lo que no quiere decir que los que estamos implicados en este aspecto concreto del proceso no tengamos que batallar para que las realidades educativas formen parte de la preocupación, no sólo del Gobierno, sino también del pueblo».

Haciendo hincapié en esta última afirmación de Cañas, Gonzalo Gómez corroboró que es la gente la que tiene que luchar por lograr sus conquistas. «En el fondo, el desarrollo del proceso venezolano y el nacimiento de otros procesos similares en América Latina es un reflejo de la lucha de clases. Evo Morales, por ejemplo, es el resultado de la oposición de los sectores populares de Bolivia a la política hegemónica impuesta por los Estados Unidos, y lo mismo ha pasado con la elección de Rafael Correa en Ecuador. Sin embargo, no hay que pensar que estos hechos encarnan la superación de la lucha de clases porque, paralelamente, la burguesía se ha recolocado ante las nuevas situaciones. Los Gobiernos, por cuestiones de estrategia y geopolítica tienen sus límites y, por eso a partir de ahora, la urgencia es tender lazos entre los movimientos de masas, en el mundo. Ellos constituyen las verdaderas fuerzas sociales de cambio y son los que están llamados a mantener vivos o a protagonizar los procesos revolucionarios que conduzcan a la transformación real de sus sociedades. Las burguesías, por su naturaleza de clase, no pueden llevar esta transformación hasta el final. Por tanto, es aquí donde el intercambio y la cooperación Sur-Sur cobra su auténtico sentido. En estos momentos, los pueblos, en Venezuela, en América Latina o en África, no pueden dormirse».