No he perdido la razón democrática ni he olvidado fechas históricas imborrables. Sé que aquel 18 de julio de 1936 fue el inicio de una de las páginas más oscuras de la triste historia de España pero fue también, a un tiempo, la aurora de uno de los momentos de resistencia, nacional e internacionalista, democrática, […]
No he perdido la razón democrática ni he olvidado fechas históricas imborrables. Sé que aquel 18 de julio de 1936 fue el inicio de una de las páginas más oscuras de la triste historia de España pero fue también, a un tiempo, la aurora de uno de los momentos de resistencia, nacional e internacionalista, democrática, republicana y socialista, más admirables que han existido en nuestra historia y en la Historia universal de la dignidad y la rebeldía.
Diecinueve años antes de aquel terrible 18 de julio nacía en Mvezo, una pequeña ciudad ubicada en la provincia oriental de El Cabo, en Sudáfrica, Nelson Mandela. La Asamblea General de la ONU, esta vez sí, ha declarado ese día el Día Internacional Nelson Mandela en reconocimiento de su la lucha por la liberación, la unidad de África y contra la discriminación racial. La resolución de Naciones Unidas reconoce la enorme contribución del ex presidente sudafricano y Premio Nobel de la Paz a la creación de un Estado no racial y democrático en Sudáfrica. Destaca también los valores de Mandela, su dedicación al servicio de la humanidad en la solución de conflictos y elogia su labor en materia «de relaciones raciales, promoción y protección de los derechos humanos, la reconciliación, la igualdad de géneros, los derechos de los niños, de los grupos vulnerables y de los pobres».
La cumbre del Movimiento de Países No Alineados aprobó por su parte en su última reunión una declaración especial sobre el Día Internacional Nelson Mandela. En el documento se destaca, igualmente, la larga historia del líder surafricano y su papel en la lucha por la liberación de África, la autodeterminación y la unidad de ese continente.
Al igual que tantos otros luchadores y finalidades emancipatorias, Nelson Mandela corre el riesgo de ser absorbido por un sistema que es capaz de transformar y girar el sentido básico, esencial, de casi todo, cambiando el lenguaje, poniendo énfasis en algunas caras, borrando otras, y arrojando a la cuneta del tiempo lo que no gusta o no puede ser ingerido. Vale por ello la pena recordar que, a la lista de esas finalidades enunciadas para fundamentar la declaración del 18 de julio como día Internacional Nelson Mandela, habría que sumar, y situar en lugar destacado, su lucha por la justicia, la solidaridad, su internacionalismo y su combate por el socialismo. Mandiba fue líder del Umkhonto we Sizwe, la organización armada del Congreso Nacional Africano, y éste, el CNA, el African National Congress, llamado hasta 1923 South African Native National Congress, fue fundado el 8 de enero de 1912 en Bloemfontein con el objetivo de defender los derechos aplastados y perseguidos de la mayoría ciudadana negra. Por lo demás, el CNA es fruto de una alianza entre el mismo Congreso Nacional Africano, el Congreso de Sindicatos de Sudáfrica y el Partido Comunista de Sudáfrica (South African Communist Party- SACP). Nelson Mandela, Mandiba, es y ha sido un nudo básico de esa tradición revolucionaria socialista.
Ni que decir tiene que la cara negra de nuestro 18 de julio está en neta correspondencia con los grupos e instituciones que persiguieron, torturaron y encarcelaron al combatiente Mandela. La otra cara, la resistente y republicana socialista de nuestro 18 julio de 1936, enlaza a su vez, en perfecta y fraternal biyección, con su vida, con su historia, con su lucha, con sus 27 años de cárcel y con su ejemplo imborrable. Por eso, sin olvidar lo que no puede ser olvidado, ¡viva el 18 de Julio, viva el Día Internacional Nelson Mandela y viva también, añadamos un vértice que Mandiba admitiría encantado, la dignidad y heroísmo de la resistencia republicana española e internacionalista!
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