El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ha anunciado este martes que este jueves regresará, arropado por la comunidad internacional, a Tegucigalpa, de donde fue expulsado el domingo por el Ejército tras un golpe de Estado y donde hoy se registró la represión de la policía contra los seguidores del mandatario destituido que se […]
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ha anunciado este martes que este jueves regresará, arropado por la comunidad internacional, a Tegucigalpa, de donde fue expulsado el domingo por el Ejército tras un golpe de Estado y donde hoy se registró la represión de la policía contra los seguidores del mandatario destituido que se manifestaron de forma pacífica.
«Voy para Tegucigalpa el próximo jueves. Que me espere el pueblo, que me espere el Ejército y los que quieren sacrificar este sistema» democrático en Honduras, aseguró Zelaya en una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) celebrada en Managua.
Zelaya dijo que volverá a Tegucigalpa procedente de Estados Unidos, a donde partirá mañana para participar en una sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, y otra de la OEA en Washington, y pidió al titular de este organismo, José Miguel Insulza, y a los presidentes que quieran que lo acompañen.
Legitimidad no reconocida
Mientras tanto, se estrechaba el cerco internacional al nuevo mandatario, Roberto Micheletti, cuya legitimidad aún no ha sido reconocida por ningún país, y se producían los primeros choques entre la policía y simpatizantes de Zelaya en los alrededores de la Casa Presidencial.
Fuerzas policiales lanzaron gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que exigían el regreso del gobernante electo democráticamente, expulsado ayer por el Ejército del país y destituido por el Parlamento.
Los agentes desalojaron varias barricadas
Los agentes, apoyados por dos helicópteros, desalojaron varias barricadas que habían levantado los manifestantes y detuvieron a un número indeterminado de personas que organizaciones sociales cifran en alrededor de una treintena.
Los heridos superaron la veintena, según confirmaron fuentes de un hospital cercano a la sede de Gobierno, a donde fueron llevados la mayor parte de los lesionados.
Asimismo, se denunció las limitaciones a la labor de los medios de información en Honduras, la suspensión temporal de las señales de radio y televisión estatal.
Toque de queda
Entretanto, Micheletti, que hasta ayer era titular del Congreso, tomó juramento a cinco ministros de su Gobierno en una situación de casi clandestinidad y tras entrar en el Palacio Presidencial por helicóptero.
El nuevo presidente de facto, que tras asumir el cargo por decisión del Legislativo anunció un toque de queda de 48 horas, dijo hoy que emprenderá una campaña para «demostrar (…) que esto no ha sido un golpe de Estado«, sino «una sucesión constitucional».
Sin embargo, ningún país parece dispuesto a reconocer este argumento, pues la condena internacional al derrocamiento, que prácticamente todos han calificado como «golpe de Estado», ha sido hasta el momento unánime.
Organismos como la ONU, la OEA, la Unión Europea, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Grupo de Río, la Alianza Bolivariana de las América (ALBA) o el Mercosur, y Gobiernos como los de Estados Unidos, Brasil, Venezuela, Cuba o España han solicitado la restitución de Zelaya en la Presidencia de su país.
Apoyo a Zelaya
Varios gobernantes latinoamericanos, como el venezolano Hugo Chávez, el mexicano Felipe Calderón, el cubano Raúl Castro, el ecuatoriano Rafael Correa, el boliviano Evo Morales, y el dominicano Leonel Fernández, acudieron a Managua para manifestar su apoyo a Zelaya como jefe de Estado legítimo de Honduras.
La capital nicaragüense, a donde viajó también el depuesto mandatario hondureño, fue escenario de sendas reuniones de la ALBA, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), y el Grupo de Río.
La ALBA, a la que se integró Honduras el año pasado, encabezó nuevamente las reacciones al nuevo Gobierno y sus miembros anunciaron la retirada de sus respectivos embajadores en Honduras hasta que los responsables del «golpe de Estado» depongan su actitud y restituyan a Zelaya.
La medida había sido propuesta por el jefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para quien «el aislamiento de Honduras, mientras no tenga un presidente democráticamente electo en el poder, es una decisión de todos los foros de América Latina».
La decisión de la ALBA fue secundada por los países del SICA, organismo integrado por las naciones de Centroamérica y la República Dominicana, una medida que algunos ya comenzaron a aplicar.