El Gobierno títere de Kabul ejecutó ayer en la prisión de Pul-i-Charkhi a quince personas condenadas por diversos delitos, desde secuestro, robo a mano armada y violación hasta «crímenes políticos». Entre los ejecutados figura Reza Khan, condenado por la muerte en 2001 de tres periodistas occidentales y de un fotógrafo afgano en la carretera de […]
El Gobierno títere de Kabul ejecutó ayer en la prisión de Pul-i-Charkhi a quince personas condenadas por diversos delitos, desde secuestro, robo a mano armada y violación hasta «crímenes políticos».
Entre los ejecutados figura Reza Khan, condenado por la muerte en 2001 de tres periodistas occidentales y de un fotógrafo afgano en la carretera de Jalalabad a Kabul, después de los bombardeos que en diciembre de aquel año forzaron a los talibán a abandonar el poder y huir a las montañas.
El considerado máximo responsable del secuestro de la italiana de la ONG Care International Maria Grazia Cutilli pudo escaparse de la prisión antes de ser ejecutado.
Primeras desde 2004
La última ejecución hecha pública, el 27 de abril de 2004, fue la de un señor de la guerra, Abdullah Shah, condenado por muchas muertes durante la guerra civil afgana.
No obstante, el portavoz del Tribunal Supremo, Wakil Omari, aseguró que «otros condenados desde entonces también han sido ejecutados; no tengo los detalles, pero no creo que (la de ayer) sea la segunda ejecución» desde la caída de los talibán.
300 condenados esperan su ejecución en corredores de la muerte. El presidente del Ejecutivo de Kabul, Hamid Karzai, firmó la orden final de ejecución pese a que asegura estar en contra de esta práctica.
Los talibán fueron duramente criticados por Occidente por su política de ejecuciones en el marco de su estricta y atemporal interpretación de la Sharia (ley islámica).