En febrero próximo, del 9 al 25 de febrero de 2018, en la ciudad Pyeongchang, Corea del Sur, tendrán lugar la versión XXIII de los Juegos Olímpicos. Sin duda, es un evento deportivo donde las naciones del mundo puedan estrechar lazos sociales y culturales entre distintos pueblos. Sin embargo, analizando la situación actual, Corea del […]
En febrero próximo, del 9 al 25 de febrero de 2018, en la ciudad Pyeongchang, Corea del Sur, tendrán lugar la versión XXIII de los Juegos Olímpicos. Sin duda, es un evento deportivo donde las naciones del mundo puedan estrechar lazos sociales y culturales entre distintos pueblos.
Sin embargo, analizando la situación actual, Corea del Sur está bajo la amenaza real de un conflicto militar con Corea del Norte que puede, incluso, llegar a la utilización de armas nucleares.
La probabilidad de este escenario es real. Los expertos del famoso «Bulletin of the Atomic Scientists» lo han dicho varias veces diciendo que «La probabilidad de una catástrofe global es muy alta, y las acciones necesarias para reducir los riesgos de un desastre deben tomarse muy pronto».
Las preocupaciones sobre una guerra nuclear se reiteraron durante la Conferencia Internacional «Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares», evento realizado en el Vaticano, en noviembre, y donde participaron, entre otros, el Papa Francisco y diez Premios Nobel de la Paz, entre ellos el argentino, Adolfo Pérez Esquivel.
El Papa Francisco, en su discurso señaló que vivimos un escenario «caracterizado por un clima inestable de conflictividad» agregando que «Las relaciones internacionales no pueden ser dominadas por las fuerzas militares, por las intimidaciones recíprocas, por la ostentación de los arsenales bélicos. Las armas de destrucción masiva, en particular las atómicas, no generan otra cosa que un engañoso sentido de seguridad y no poder constituir la base de la pacífica convivencia entre los miembros de la familia humana».
De hecho, la situación de una posible guerra nuclear es considerada posible por el mismo hecho el Vaticano está haciendo intentos de conversar con las autoridades de Corea del Norte para «tratar la crisis nuclear».
Otro dato, a finales de setiembre, señaló el Diario El Comercio, el canciller Ri Yong-ho advirtió que Corea del Norte puede tomar nuevas medidas para responder a la retórica hostil de EEUU e incluso responder con «la detonación más potente de una bomba de hidrógeno en el Pacífico».
El mismo medio indica que el jefe de la CIA, Mike Pompeo, afirmó que a Corea del Norte podrían faltarle pocos meses para adquirir la capacidad para atacar EEUU con armas nucleares.
Por lo anterior, no podemos descartar que durante los meses que vienen las autoridades norcoreanas emprendan una nueva ronda de pruebas nucleares, esta vez, por ejemplo, una prueba atómica en el aire, en el pacifico, lo que podría tener peligrosas consecuencias.
Es en este escenario que se desarrollaran los Juegos Olímpicos en Pyeongchang, Corea del Sur, donde todos los participantes en la reunión deportiva, tanto atletas, altos funcionarios, presidentes de naciones, y el público en general, estarán bajo el peligro de hallarse en el epicentro del conflicto.
Al mismo tiempo, el gobierno de Corea del Sur no tiene ningún tipo de acuerdo con Corea del Norte para detener una posible agresión de Pionyang durante el desarrollo de los Juegos Olímpicos.
Entonces es lógico preguntarse ¿Qué pasaría si Corea del Norte decide atacar con artillería a Corea del Sur, en esas fechas, o desarrollar una prueba nuclear peligrosa?
También existe el peligro potencial de posibles atentados terroristas realizadas por seguidores del Estado Islámico. Ellos pueden utilizar tanto drones con materiales químicos como camionetas manejadas por adeptos «durmientes» de este grupo extremista.
Ya algunos deportistas europeos y sus gobiernos están analizando la situación. Por ejemplo, la Asociación Olímpica Británica «anunció que su delegación irá preparada para un posible ataque nuclear de Corea del Norte». Así mismo, indicó la Agencia AFP, la biatleta alemana Laura Dahlmeier se mostró dispuesta a renunciar a los Juegos Olímpicos en Corea del Sur en caso de «grave peligro».
Como sea, los latinoamericanos, tanto atletas como hinchas, tenemos que estar muy atentos al peligro latente y real que tiene participar en los Juegos Olímpicos en Corea del Sur. Los riesgos son altos y lo cierto es que sería preferible que el Comité Olímpico Internacional realizara este evento deportivo en otro país.
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