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El desempleo mundial, autista de la realidad social

Fuentes: Rebelión

El verano europeo se desliza entre una ola de calor sofocante, y algunas incertidumbres sobre el futuro de los fenómenos migratorios y dudas laborales. Pero es inútil tratar de comprender desde la simplificación los fenómenos que son intrínsecamente complejos. Esto puede ser un reto quizá insuperable para la economía a la que estamos acostumbrados, pero […]

El verano europeo se desliza entre una ola de calor sofocante, y algunas incertidumbres sobre el futuro de los fenómenos migratorios y dudas laborales. Pero es inútil tratar de comprender desde la simplificación los fenómenos que son intrínsecamente complejos. Esto puede ser un reto quizá insuperable para la economía a la que estamos acostumbrados, pero no por ello deja de ser el reto más esencial del conocimiento realista del futuro.

Tal vez sea imprescindible que la realidad del trabajo se contemple en una dimensión que necesariamente vaya más allá de la relación de mercado y, más concretamente, de su expresión monetaria. Eso significa, entre otras cosas, que hay que avanzar hacia un registro mucho más realista del trabajo, del empleo y del desempleo para no realizar la ciencia ficción que implica referirse a registros estadísticos que de ningún modo reflejan la realidad de las cosas.

Por eso nos preguntamos si tiene sentido que la economía se aleje del problema del bienestar efectivo de los trabajadores o de la sociedad en general cuando aborda el problema del desempleo.

Cuando la Organización Internacional de Trabajo (OIT) señala a lo largo y ancho de sus informes la realidad del nivel de desempleo nos preguntamos como nos quieren hacer creer algunos, si es acaso razonable seguir manteniendo que esa situación se produce simplemente porque tales trabajadores han decidido no invertir lo suficiente en ellos mismos o que están voluntariamente parados porque se empeñan en no aceptar salarios más bajos.

En resumidas cuentas, la evaluación de conjunto del saber del análisis económico en el campo del trabajo muestra que hay pocas certezas y muchas incertidumbres.

 

Más de 190 millones de personas desempleadas

 

Los acontecimientos más recientes del desempleo mundial son variados. Según la estimación recientede la OIT, basada en conjuntos de datos y metodologías mejoradas, la tasa de desempleo mundial experimentaría un leve descenso hasta el 5,5 por ciento en 2018 (desde el 5,6 por ciento en 2017) marcando un giro tras tres años de ascenso de las tasas.

Con todo, dado el aumento del número de nuevas incorporaciones al mercado laboral en busca de empleo, se prevé que el número total de personas desempleadas permanezca estable en 2018, en más de 192 millones. Para 2019, la tasa de desempleo mundial seguiría prácticamente sin cambios, y se proyecta que el número de desempleados aumente en mil 300 millones.

Aumenta el empleo vulnerable

Es probable que en los próximos años aumente el número de trabajadores en formas de empleo vulnerable (trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares auxiliares). A nivel mundial, el avance significativo logrado en el pasado en la reducción de este tipo de empleo está prácticamente estancado desde 2012.

En 2017 se calculó que alrededor del 42 por ciento de los trabajadores en el mundo (esto es, 1.400 millones de personas) se encuentra en modalidades de empleo vulnerable. Se prevé que este porcentaje permanezca especialmente elevado en los países en desarrollo y emergentes, donde superaría el 76 y el 46 por ciento respectivamente.

Es preocupante que la proyección actual indique una reversión de la tendencia, con un aumento anual de 17 millones de personas en empleos vulnerables en 2018 y 2019. La realidad es más prosaica ya que desde la propia OIT nos señalan que dos mil millones de personas -el 61% de la población activa-, se ganan la vida en la economía informal, que implica entre otras cosas, la falta de protección social, de derechos laborales y de condiciones de trabajo decente.  

Se ralentiza el ritmo de la reducción de la pobreza laboral

En 2017, la pobreza laboral extrema fue generalizada; los ingresos o el consumo per cápita de los hogares de más de 300 millones de trabajadores de países emergentes y en desarrollo es inferior a 1,90 dólares estadounidenses al día.

En general, la marcha de la reducción de la pobreza de los trabajadores no logra compensar la creciente fuerza de trabajo en los países en desarrollo, donde se prevé que el número de personas en extrema pobreza laboral superará los 114 millones en 2018, el equivalente al 40 por ciento de todas las personas empleadas.

Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2018

Por su parte, los países emergentes lograron un avance apreciable en la reducción de la extrema pobreza laboral, que se espera afecte a menos del 8 por ciento de los trabajadores de estos países (alrededor de 190 millones) en 2017.

La incidencia de la extrema pobreza debería seguir reduciéndose y ello se traduciría en una reducción del número de trabajadores en situación de pobreza extrema de10 millones anuales en 2018 y 2019. Sin embargo, la pobreza laboral moderada, según la cual los trabajadores viven con unos ingresos de entre 1,90 y 3,10 dólares al día, sigue siendo generalizada y en 2017 afecta a 430 millones de trabajadores de países emergentes y en desarrollo.

Variaciones entre regiones y países sigue en materia de empleo

Los resultados en materia de empleo siguen registrando tendencias diversas en el mundo. Los países desarrollados entrarían en su sexto año consecutivo con tasas de desempleo descendentes, que en 2018 caerían al 5,5 por ciento, la más baja desde 2007.

No obstante, muchos países siguen notificando una tasa elevada de subutilización de la mano de obra, un amplio porcentaje de trabajadores desanimados y una creciente incidencia del empleo a tiempo parcial involuntario.

En cambio, entre 2014 y 2017 las tasas de desempleo de los países emergentes registraron un aumento apreciable a causa de la importante desaceleración de la economía, en parte debido a la caída del precio de los productos básicos en muchas grandes economías, como el Brasil y la Federación de Rusia.

El año 2018 marca un punto de inflexión, pues la tasa de desempleo caería a un 5,5 por ciento (con respecto al 5,6 de 2017), lo cual en los países emergentes se traduciría en un aumento del número de desempleados de alrededor de 0,4 millones en 2018 y de 1,2 millones en 2019.

En los países en desarrollo, el desempleo aumentaría en medio millón de personas anuales tanto en 2018 como en 2019, y la correspondiente tasa se mantendría en un 5,3 por ciento. Ahora bien, en muchos países en desarrollo y emergentes, e incluso desarrollados, el principal problema es la persistencia del empleo de mala calidad y de la pobreza laboral.

El envejecimiento de la población añade presión al mercado laboral

El aumento de la esperanza de vida y la caída de las tasas de natalidad han desacelerado considerablemente el crecimiento de la población mundial. Se prevé que esta trayectoria continúe en los próximos decenios. Una consecuencia inmediata de esta desaceleración es que el crecimiento de la fuerza de trabajo mundial no alcanzará para compensar una reserva de jubilados en rápido aumento, y someterá a presión tanto a los sistemas de pensiones como al mercado de trabajo en su conjunto.

En los países desarrollados, donde el envejecimiento de la población es considerablemente más veloz, se estima que para 2030 habrá cerca de cinco personas de 65 años o más por cada diez personas en la fuerza de trabajo, un aumento con respecto a las 3,5 de 2017.

Mientras tanto, el envejecimiento de la población inevitablemente provocará un aumento de la edad promedio de quienes integran la población activa, y pondrá en jaque la capacidad de los trabajadores para mantenerse al ritmo de las innovaciones y los cambios estructurales en el mercado de trabajo.

A nivel mundial, se prevé que la edad promedio de la fuerza de trabajo aumente de casi 40 años en 2017 a 41 en 2030, con un crecimiento considerablemente más rápido en Europa y Asia Oriental,en particular en China.

Tomadas en conjunto, estas tendencias plantean varias cuestiones, en particular: mantener fuera de la pobreza a la población jubilada, promover resultados en materia de trabajo decente para una fuerza de trabajo en creciente envejecimiento y ayudar a los trabajadores de edad a adaptarse a la transformación del mundo del trabajo.

Cabe afirmar que la pobreza en la vejez está intrínsecamente ligada a las desigualdades existentes en el mercado de trabajo, pues los trabajadores con ingresos y condiciones de trabajo inferiores tienen menos acceso a los sistemas de ahorro para la jubilación y menos capacidad de contribuir a ellos.

Por lo tanto, asegurar suficientes oportunidades para todos al tiempo que se mejoran los resultados del mercado de trabajo representa la piedra angular del objetivo de mitigar la pobreza en la vejez. Mientras tanto debemos recordar otro dato de la propia OIT, 4.000 millones de personas carecen de protección social, el 55% de la población activa.

Junto a esto destacamos que otro importante problema mundial es la falta de oportunidades de empleo para los jóvenes (menores de 25 años). Los jóvenes tienen muchas menos probabilidades de ser empleados que los adultos, siendo su tasa mundial de desempleo del 13 por ciento, tres veces más elevada que la de los adultos, del 4,3 por ciento.

El problema es particularmente grave en África del Norte, donde casi el 30 por ciento de los jóvenes en el mercado laboral no tiene trabajo. Además, las desigualdades de género ya están establecidas entre los trabajadores jóvenes y complican aún más el avance futuro en la reducción de las brechas entre los géneros.

En medio del calcinante estertor del verano, cae detrás del horizonte el astro rey, en este inmenso mar de silencio nos preguntamos: ¿se puede seguir siendo autista respecto a la realidad social que supuestamente se trata de analizar?

 

Eduardo Camin, Periodista uruguayo, corresponsal en Naciones Unidas, Jefe de Redacción Internacional del Hebdolatino Ginebra, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.