El presidente ruso defiende el uso de la fuerza por parte de su país contra los buques de la Armada ucraniana en el mar Negro antes de reunirse en Buenos Aires con Donald Trump
El presidente ruso, Vladímir Putin, hizo el miércoles una encendida defensa del uso de la fuerza por su país contra los buques de la Armada ucraniana en el mar Negro y acusó al líder ucraniano, Petró Poroshenko, de provocar a Rusia para salir reelegido en los comicios de marzo de 2019, antes de reunirse en Buenos Aires con su homólogo estadounidense, Donald Trump, encuentro que fue confirmado por el Kremlin.
«¿Cómo deberían haber actuado (los guardias fronterizos)? Si hubieran actuado de otra forma, habría que haberlos llevado a todos a juicio. Cumplieron su deber militar, una orden», declaró Putin durante el foro económico «Rusia te llama».
Poco antes de que se confirmara la reunión con Trump, que estaba en suspenso a juzgar por las declaraciones del propio jefe de la Casa Blanca precisamente debido al incidente naval con Ucrania, Putin decidió poner los puntos sobre las íes.
Aseguró que los barcos ucranianos violaron las aguas territoriales rusas e ignoraron las demandas de los guardacostas, que cumplieron «sus funciones legales de defensa de la integridad territorial la Federación Rusa».
«Buques militares se adentraron en aguas territoriales de la Federación Rusa. Y no responden. No se entiende qué se proponen hacer… tomaron rumbo fijo hacia nuestro puente», dijo, en alusión a los supuestos planes ucranianos de organizar una provocación en el puente de Crimea inaugurado por el jefe del Kremlin en mayo pasado, entre esa península ucraniana anexionada por Moscú y el territorio ruso.
De poco sirve que ese puente sea el origen de las actuales tensiones, ya que obligó a los buques ucranianos a pedir autorización para salir o entrar del mar de Azov, que pasó de ser un mar interior compartido por ambos países a una masa de agua bajo control ruso, según Kiev.
Un informe del Servicio Federal de Seguridad ruso (antiguo KGB) subrayó incluso que las aguas territoriales donde los buques ucranianos cometieron la «provocación», «siempre» fueron rusas, incluso antes de la «reunificación» de la península con Rusia.
En línea con la campaña internacional lanzada por el Kremlin, Putin intentó quitar hierro a lo ocurrido el domingo, cuando los guardacostas rusos abrieron fuego contra tres buques de la Armada ucraniana, que fueron apresados, al igual que sus 24 tripulantes, tres de los cuales fueron heridos.
Putin describió el suceso como un «incidente fronterizo» y negó que pueda hacerse un paralelismo con lo ocurrido en la península en marzo de 2014, cuando Rusia se anexionó ese territorio. «Esa fue otra historia, más grande. Al igual que la terrible guerra civil en Ucrania… Y entonces no se introdujo ningún estado de excepción, y ahora hay un pequeño incidente en el mar Negro y sí se declara», apuntó.
A su vez, acusó abiertamente al líder ucraniano, Petró Poroshenko, de provocar a Rusia en el mar Negro para salir reelegido en los comicios de marzo de 2019. «El incidente en el mar Negro fue una provocación organizada, sin lugar a dudas, por las autoridades, incluido el actual presidente, en vísperas de las elecciones presidenciales en Ucrania en marzo del próximo año», afirmó.
En alusión a las encuestas que colocan a Poroshenko como el «quinto candidato» en las preferencias de los votantes ucranianos, dijo que «podría no pasar ni siquiera a la segunda vuelta» electoral. Por eso, agregó, Poroshenko debía «hacer algo para caldear la situación y crear obstáculos insuperables para sus rivales, especialmente de la oposición».
Según el Kremlin, además del desarme, la lucha contra el terrorismo, Siria, Irán y Corea, la crisis con Ucrania podría ser abordada por Putin y Trump en el marco de la cumbre del G20 que tendrá lugar en la capital argentina el 30 de noviembre y el 1 de diciembre.
Las declaraciones de Trump al diario «The Washington Post» -«No me gusta esa agresión (rusa contra Ucrania)»- hicieron temer por la reunión, lo que hubiera sido un duro revés para Putin tras la anulación del encuentro previsto hace dos semanas en París, pero el Kremlin confirmó que ambos mandatarios se verán las caras el 1 de diciembre.
Al respecto, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acordó hoy con Poroshenko que pedirá que se incluya la actual crisis entre Ucrania y Rusia en la agenda de la cumbre.
Poroshenko promulgó hoy el decreto sobre el estado de excepción y viajó a una de las regiones donde entró en vigor, Chernigovskaya, limítrofe con Rusia, donde adelantó que se desplegarán más tropas para garantizar la seguridad de la población.
«Para que las tropas del enemigo no entren en el país. Debemos defender a cada ciudadano ucraniano. Primero debemos tener las armas preparadas en territorio de las regiones de Donetsk y Zaporozhie, en la costa del mar de Azov. ¿Para qué? Porque (los rusos) quieren unir Crimea con la parte del este de nuestro país ya ocupada», proclamó, en alusión al conflicto armado con los separatistas prorrusos en esa zona.