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Smedley Butler, general de división del Cuerpo de Marines

De 1933 a 2004: Tristes paralelismos

Fuentes: Rebelión

«La banda de los militares no desconoce ni uno solo de los trucos > > del crimen organizado. Cuenta con «exploradores», encargados de indicar quién es el enemigo; con «forzudos» que destruyen al enemigo; con «cerebros» que hacen los preparativos de guerra; y con un «gran jefe», el capitalismo suprancionalista. Quizá resulte extraño que alguien […]

«La banda de los militares no desconoce ni uno solo de los trucos > > del crimen organizado. Cuenta con «exploradores», encargados de indicar quién es el enemigo; con «forzudos» que destruyen al enemigo; con «cerebros» que hacen los preparativos de guerra; y con un «gran jefe», el capitalismo suprancionalista.

Quizá resulte extraño que alguien como yo, que soy militar, recurra a estas comparaciones. Lo hago en aras de la veracidad. Pasé treinta y tres años y cuatro meses de servicio activo, pertenecía a una de las fuerzas militares que se distinguen por su agilidad, el Cuerpo de Marines. Presté servicios con muy diversas graduaciones, desde la de subteniente hasta la de general de brigada. Y en este periodo, dediqué casi todo mi tiempo a hacer las veces de forzudo de categoría al servicio de las grandes empresas, de Wall Street y de los banqueros. En otras palabras, fui un estafador, un criminal a sueldo del capitalismo.

En aquel entonces sospechaba que formaba parte de una red del crimen organizado. Hoy estoy seguro de ello.

En 1903 contribuí a «preparar» Honduras para las empresas procesadoras de fruta de EEUU. En 1914, contribuí a garantizar los intereses petroleros de EEUU en México, particularmente en Tampico. Contribuí a convertir Haití y Cuba en lugares decentes donde los muchachos del National City Bank pudieran recaudar buenas rentas. Colaboré en el saqueo de media docena de repúblicas centroamericanas > > en beneficio de Wall Street. El historial de estafas es largo. De 1909 a 1912 ayudé a limpiar Nicaragua por el bien de la banca internacional de los hermanos Brown. En 1916 allané el camino a las empresas azucareras de EEUU en la República Dominicana. EN China eliminé los obstáculos que podrían entorpecer el funcionamiento de la Standard Oil.

En aquellos tiempos estuve al frente de un negocio próspero, como dirían los hampones. Al recordarlo, me da la impresión de que podría haber dado unos cuantos consejos a Al Capone. Él se limitó a dirigir una red de crimen organizado en tres distritos. Yo actué en tres continentes».

 – Smedley Butler, general de división del Cuerpo de Marines, discurso pronunciado en 1933, citado por Tareq Alí en El choque de los fundamentalismos, Alianza Editorial, 2002.