La situación absurda y desesperada en la que se encuentran los más de 240 mil jubilados en todo el Ecuador, hizo renacer en muchos esa inextinguible flama que se encuentra en todos los seres humanos que se denomina dignidad.Sus verdugos les llevaron a ver de cerca la muerte, cuando les negaron consecutivos reclamos de elevación […]
La situación absurda y desesperada en la que se encuentran los más de 240 mil jubilados en todo el Ecuador, hizo renacer en muchos esa inextinguible flama que se encuentra en todos los seres humanos que se denomina dignidad.
Sus verdugos les llevaron a ver de cerca la muerte, cuando les negaron consecutivos reclamos de elevación a las miserables pensiones que reciben del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, condenándolos casi a la indigencia.
Pero recordemos que fueron ellos los que defendieron al IESS ante la amenaza -de Lucio Gutiérrez y el FMI- de meterle mano a sus fondos. Salieron a las calles con la consigna «Ya estamos maduros pero no somos cojudos».
Se agruparon, conversaron, debatieron, y decidieron que era por demás justo reclamar de la Institución a la que ellos ayudaron a sostener una retribución que alcance a vivir en el país de la infame dolarización.
La sociedad se enteró por fin que existen abuelitos y abuelitas jubilados y beneficiarios de montepío que reciben entre uno, doce y veinte dólares al mes. Se tomaron las calles, marcharon unidos, pidieron conversar con las autoridades y ante la negativa, se tomaron por la fuerza y con razón las instalaciones, oficinas y edificios en algunas ciudades del país de aquello que para ellos había sido hasta entonces el «Instituto de la Inseguridad Social».
Ahora esos seres sabios, tiernos, ejemplares y dignos, permanecen firmes defendiendo su derecho a la vida, soportando estoicos las adversidades del clima allá en la costa y aquí en Los Andes. Algunos incluso quebrantados en su salud.
Así entonces nuestros mayores, esos ancianos que ayer fueron jóvenes como hoy nosotros, nos están enseñando con su ejemplo como debe ser el pueblo ecuatoriano frente al opresor, traidor y canalla.
No tenemos por que soportar los actos de un gobierno corrupto, que se dice el mejor aliado de la potencia que está hundiendo barcos de humildes pescadores en Manta, o de embarcaciones que por la pobreza los utilizan para huir del país.
Los ecuatorianos dignos, que somos la mayoría, debemos negarnos a aceptar la humillante política exterior de serviles aguántalotodo a la que nos quiere acostumbrar el traidor Lucio Gutierrez, LG, y de paso debemos exigir que la señora embajadora de las iniciales KK, Kristie Kenny, que se cree ejerce las funciones de virreina del imperio norteamericano, guarde silencio, Shhhhhet, señora. Ya deje de decirle por TV, lo que tiene que hacer su marioneta en Carondelet.
Emplazamos a los militares navales ecuatorianos, a aquellos que dicen sentir la Patria, herederos de actos de inmensa dignidad como la Batalla de Jambelí o la»Guerra del atún», cuando tomaron presos a embarcaciones pesqueras norteamericanas, en aguas territoriales ecuatorianas, que es hoy el momento de salvar la dignidad y la soberanía de esta patria de Rumiñahui, Espejo, Alfaro y cientos de inmolados por la dignidad y la emancipación social y nacional, exigiendo la nulidad de los acuerdos ingenuos y torpes de Mahuad y Moeller en la entrega de la Base de manta. Señores seamos dignos, como los abuelos que defendieron las fronteras en el despojo de 1941.
Y en esa línea no tenemos por que admitir como inevitables las políticas neoliberales de LG, que hincan de rodillas al Ecuador, entregando su riqueza al pago de la deuda externa, por presión y chantaje de KK, mientras se condena a la educación, a la salud pública, al IESS, a la universidad ecuatoriana y a millones de ecuatorianos a una crisis económica jamás vista.
Preparemos las condiciones para enfrentar la tozudez de LG en caso de no poner el ejecútese a la elevación de las pensiones que ya aprobó el Congreso Nacional.
Este es un nuevo momento, que pone a prueba la el acumulado en experiencia para la lucha de todas las fuerzas del campo popular.
¿Cómo enfrentar el intento de LG, para recomponer el Directorio del IESS a fin de colocar en él a socialcristianos y otros fantoches que estén de acuerdo con saquearlo? ¿Qué hacer con la brutalidad con que están actuando los marines en Manta? ¿Hasta cuando soportamos nuestra condición de país ocupado por una potencia extranjera?
Quizá debamos observar en el presente la heroicidad del pueblo iraquí y mirar al pasado cuando aquel soberano Inca fue acusado de adorar a muchos dioses y de despreciar al «Dios único y verdadero», él jamás comprendió la naturaleza de su delito. El representante del Rey de España se le acercó muy cauto y le dijo a la oreja «Arrepiéntete hijo mío, implora perdón», el sentenciado por el contrario miró fijamente a sus verdugos, levantó su mirada al Sol y sonriéndoles tiernamente los perdonó. Luego, sin cerrar los ojos, respiró hondo y expandió su pecho para darle la bienvenida a los atronadores disparos de arcabuces.
La dignidad es un legado que siempre la hemos recibido de los postergados.seamos merecedores de ese ejemplo, levantemos la frente y avancemos, ya está probado de sobra que los imperialismos por más poderosos, pueden ser derrotados.