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Cronopiando

Terrorista a los 5 años

Fuentes: Rebelión

El hecho ocurrió el pasado 14 de marzo pero se hace público ahora en que llega a la justicia y el periódico digital www.rebelion.org lo lleva a su primera página bajo la firma de C.Martínez. Una niña negra de 5 años fue arrestada, esposada y conducida presa por la policía de Miami luego de que […]

El hecho ocurrió el pasado 14 de marzo pero se hace público ahora en que llega a la justicia y el periódico digital www.rebelion.org lo lleva a su primera página bajo la firma de C.Martínez.

Una niña negra de 5 años fue arrestada, esposada y conducida presa por la policía de Miami luego de que ésta recibiera una denuncia de la dirección del Jardín Infantil Fairmount Park, en St.Petesburg, Florida, de que la peligrosa infante había roto algunos papeles y le había tratado de dar unos manotazos a una de sus cuidadoras.

Como uno hace tiempo que dejó atrás los 5 años y, de repente, no es fácil situarte en esas coordenadas del tiempo para entender hasta qué punto pueden ser peligrosos cinco insurrectos años, me he puesto a recordar representantes de esa edad entre la gente amiga y he dado con algunos.

Belkis, por ejemplo, a sus cinco años, asiste a una escuelita en Santo Domingo sin que hasta el momento haya atentado contra su profesora ni roto el patrimonio público. Que se sepa, al margen de algún que otro intrascendente conflicto, su único desacato sigue siendo la incontinencia urinaria que la afecta por las noches sin que sus padres hayan, de momento, llamado a la Policía para que la arresten, la esposen y se la lleven presa.

Celia, a sus cinco años, además de sacar de sus casillas de vez en cuando a su hermano Pablo, cuatro años mayor, no siempre acepta de buen grado que haya que comer o que bañarse, pero tampoco sus padres han optado por llamar a la Policía para que la arresten, la esposen y se la lleven presa.

Sólo en Estados Unidos y, muy especialmente, en La Florida, donde se acaba de autorizar a la ciudadanía que dispare a cualquiera que se encuentre en la calle si lo considera una amenaza para su seguridad, es que se explica que el personal y la dirección de una guardería (que se supone tienen conocimientos y experiencia en el trato con niños y niñas) tenga que recurrir a la Policía para reducir, suerte que no a balazos, una amenaza negra de 5 años de edad; sólo en una sociedad como la estadounidense, absolutamente enajenada, es que se entiende que la Policía dé curso a una llamada de ese tipo y, en raudo y preciso operativo, con la participación de tres agentes, reeduzca, espose y se lleve presa a la niña negra de 5 años.

Se ignora durante cuantas horas fue interrogada la niña negra, si se piensa trasladarla a Guantánamo, si le aplicarán los métodos utilizados por su gobierno en Iraq y Afganistán, si le ofreceran una rebaja en la condena a condición de que confiese e inculpe a otros cómplices de su edad; si se piensa adherir, a partir de ahora, a la Asociación de Amigos del Rifle, para mejor dilucidar sus problemas en la guardería; y si también a ella le cabe el recurso del disparo por sentirse amenazada por la guardería y la Policía.

Su suerte, aunque todavía no lo sepa tan precoz «delincuente», es que si como consecuencia de los interrogatorios quedara reducida a un estado vegetativo, hasta su gobernador va a defender su derecho a la vida.

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