Medio millón de víctimas cobra anualmente el uso de armas de fuego en el mundo; 40 por ciento de las muertes suceden en América Latina y el Caribe, donde por cada 100 mil personas ocurren hasta 15 decesos cada año a causa de disparos de armamento de bajo calibre, un promedio cinco veces más alto […]
Medio millón de víctimas cobra anualmente el uso de armas de fuego en el mundo; 40 por ciento de las muertes suceden en América Latina y el Caribe, donde por cada 100 mil personas ocurren hasta 15 decesos cada año a causa de disparos de armamento de bajo calibre, un promedio cinco veces más alto que el global, revela la Encuesta sobre Armas Pequeñas 2004, realizada por Keith Krause, del Instituto de Altos Estudios Internacionales.
El sondeo encontró que 650 millones de armas de esa categoría se fabrican cada año y se utilizarán 12 millones de municiones. «Cuando caen en manos de fuerzas represivas facilitan rutinariamente las violaciones a los derechos humanos, particularmente las ejecuciones extrajudiciales», afirma Krause a La Jornada.
La encuesta reveló la existencia de mil 249 compañías en 90 países fabricantes de esas armas y estimó su valor en 4 mil millones de dólares en el comercio autorizado; también aseguró que no menos de un millón de éstas «se pierden» y terminan en el comercio ilícito, con valor superior en ese mercado, y que serán utilizadas para perpetrar crímenes y violaciones a los derechos humanos, porque se ha comprobado «la coincidencia» de que existe más armamento en países donde hay más violaciones, criminalidad y violencia social.
Otro informe relacionado con la expansión armamentista en el sector militar estimó el comercio en mil 35 millones de dólares durante 2004, aumento de más de ocho por ciento respecto de 2003.
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz, con sede en Estocolmo, Suecia, más de la mitad de las compras fueron hechas por Estados Unidos para su programa de guerra contra el terrorismo.
De acuerdo con cálculos, por cada habitante del planeta se gastan 163 dólares en armas -47 por ciento de este monto es erogado por Washington- y hay una arma de fuego por cada 10 habitantes; cada minuto una persona es asesinada con arma corta y en esos 60 segundos se fabrican 15. «Se disparan dos balas por cada habitante del planeta», afirma el experto.
Una arma ligera o pequeña es funcional durante cuatro décadas, lo que la convierte en una verdadera arma de destrucción masiva por la cantidad de muertes, lesiones y mutilaciones que puede ocasionar, considera la Organización de Naciones Unidas.