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Irán, o la importancia de Israel

Fuentes: Gara

El ministro español de exteriores, miguel angel Moratinos,tiene razon cuando afirma que «no se pueden comparar»los programas nucleares de IRAN y de Israel. el irani esta sujeto a la tutela de la aiea y tiene caracter civil, mientras que el israeli es secreto y militar, pero goza de la proteccion de occidente. El ministro español […]

El ministro español de exteriores, miguel angel Moratinos,tiene razon cuando afirma que «no se pueden comparar»los programas nucleares de IRAN y de Israel. el irani esta sujeto a la tutela de la aiea y tiene caracter civil, mientras que el israeli es secreto y militar, pero goza de la proteccion de occidente.

El ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, tiene razón al afirmar que «no son comparables» los programas nucleares de Irán y de Israel. Uno, el iraní, está sujeto a la tutela de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y es de carácter civil, mientras que el otro, el israelí, es clandestino y de marcado carácter militar.

Dice Moratinos que a Irán «se le pide que cumpla con lo que prometió» en el marco de la Tratado de No Proliferación (TNP) y, pese a que Teherán cumple escrupulosamente lo firmado, se ha convertido por medio de la apabullante propaganda occidental en un estado que «desafía» al mundo por tratar de acceder a la energía nuclear siguiendo los pasos que exige el mismísimo Tratado. Curiosamente, el principal denunciante de la «amenaza» iraní es un estado que posee alrededor de 200 ojivas nucleares logradas de forma clandestina con el beneplácito de las potencias occidentales, Israel, un país que sólo reconoce el valor de su poderoso Ejército y navega al margen de la llamada legalidad internacional.

Este es, sin embargo, el gran éxito de Israel, que ha sido capaz de introducir en la agenda de Occidente, en especial en la de Estados Unidos, la suya propia, y convertir sus obsesiones de seguridad y supremacía en la región en una cuestión que atañe al conjunto de Occidente. Desde la creación del Estado israelí en 1948, dotarse de armas nucleares ha sido una de sus grandes preocupaciones.

Por contra, el trato que recibe uno y otro país de la «comunidad internacional» no tiene nada que ver con lo que se debe esperar de parte de la «comunidad internacional», nada que ver con la equidad y la legalidad internacional.

Irán es demonizado con una sarta de mentiras ­y traducciones falsas de declaraciones del presidente iraní­ que recuerda a lo ocurrido con anterioridad con Irak, aunque al coro de embusteros que lideran EEUU, Gran Bretaña e Israel se le han unido en esta ocasión Alemania y el Estado francés. Además, es amenazado, no ya con sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, si no con una agresión militar que Israel alienta. Incluso hay analistas que sostienen que el próximo mes de marzo podría producirse el ataque, coincidiendo con la apertura en Teherán ­señala el periodista Mike Whitney en un trabajo recogido en Rebelión­ de un mercado bursátil petrolero que retaría directamente el control que hasta ahora ejerce EEUU sobre las transacciones de crudo ­se pagan en dólares estadounidenses­. Whitney señala que, además, tal bolsa pondría sobre la mesa una «amenaza existencial» a las instituciones y elites financieras conocidas en Occidente.

Las varas de medir de occidente

Israel ­el Estado que los europeos señalaron que representaba la mayor amenaza para la paz mundial en 2003­ goza de un trato de favor difícil de imaginar para un país involucrado en una sangrienta ocupación, además de ser el principal violador de las resoluciones de Naciones Unidas, sin que por ello sufra consecuencia alguna. Su impunidad es terrible, y es ahí donde el mundo árabe denuncia las diferentes varas de medir que utiliza Occidente. En este sentido, a medida que aumenta la presión sobre Irán, cobra toda su dimensión la ridícula visita que realizó a Israel el director general de la AIEA, Mohamed El Baradei, en el mes de julio de 2004. Decía entonces el diplomático egipcio que llegaba a Tel Aviv a animar, en ningún caso a presionar, a las autoridades israelíes para hacer de Oriente Medio una zona libre de armas nucleares y permitir el acceso a los técnicos de la agencia de la ONU para inspeccionar las instalaciones de la central nuclear de Dimona.

Sharon, de entrada, dijo que «no sé qué viene a ver aquí [El Baradei]. Israel está obligado a tener todos los componentes de la fuerza necesaria para su defensa», dijo el «Carnicero de Sabra y Shatila» a la radio militar, y añadía que «nuestra política de ambigüedad sobre la cuestión nuclear ha funcionado, y seguirá funcionando».

Por esas mismas fechas, el entonces secretario de Estado de EEUU, Colin Powelll ­el hombre que mintió al Consejo de Seguridad para justificar la invasión de Irak­ y el ministro de Exteriores israelí, Silvan Shalom, se mostraban»preocupados» por el programa de armas nucleares iraní, que, al igual que las armas de destrucción masiva iraquíes, no existe.

Igual de significativo resulta que el propio El Baradei declarara públicamente en octubre de 2004 que sus inspectores no habían hallado en Irán prueba alguna de su supuesto programa de armas nucleares.

Desde entonces, la propaganda y el trabajo de zapa de Israel y sus aliados occidentales no ha cesado en ningún momento, preparando al mundo para liberarlo de otra amenaza inexistente.