Aunque el debate presidencial entre Ollanta Humala y Alan García quedó en virtual empate, la percepción mayoritaria de los peruanos hoy es que el primero dominó el balón al realizar preguntas que su rival dejó sin respuesta. Encuesta otorga ventaja a García en segunda vuelta En términos futbolísticos, García, del Partido Aprista Peruano (APRA), decepcionó […]
Aunque el debate presidencial entre Ollanta Humala y Alan García quedó en virtual empate, la percepción mayoritaria de los peruanos hoy es que el primero dominó el balón al realizar preguntas que su rival dejó sin respuesta.
Encuesta otorga ventaja a García en segunda vuelta
En términos futbolísticos, García, del Partido Aprista Peruano (APRA), decepcionó a sus hinchas en el encuentro con el teniente coronel en retiro, pues evitó referirse directamente a temas puntuales.
Con humildad y mejor tino, que lo llevaron a ser más creíble a nivel de la población, Humala logró un equilibrio con sabor a triunfo, pues previamente todos apostaban a que sería aplastado por la fina oratoria del líder aprista.
Humala pidió a García que definiera su posición con respecto al Tratado de Libre Comercio (TLC), firmado recientemente con Estados Unidos, y pendiente de la ratificación por ambos Congresos, pero el aludido dio la callada por respuesta.
En otra parte, el teniente coronel en retiro emplazó a su rival a pronunciarse si indultaría al ahora reo y ex asesor de seguridad del gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), Vladimiro Montesinos, pero esta vez tampoco hubo una respuesta directa.
García sólo se limitó a decir que esa sería una cuestión de la administración de justicia, pero no dedicó ni una palabra a si emplearía sus facultades para amnistiar.
El tema Montesinos afloró al debate luego de las acusaciones de este a Humala de que alzamiento en Locumba en 2000 fue una cortina de humo para facilitar su fuga del país en medio del escándalo por corrupción en que estuvo envuelta la gestión de Fujimori.
En un video grabado y distribuido no se sabe cómo, Montesinos dijo que el ex militar nunca puso en peligro la estabilidad del gobierno, pues su levantamiento fue una farsa desde el inicio.
Tales aseveraciones, sin pruebas hasta el momento, motivaron el inmediato rechazo de los seguidores de UPP y del propio candidato presidencial, el más votado en la primera vuelta electoral del pasado 9 de abril.
En otra parte del debate, que duró casi una hora y media, el teniente coronel en retiro señaló que la política social debe orientar a la económica si se quiere construir un país que elimine la pobreza y le de garantías a todos.
García, por su parte, llamó a construir la democracia social con el énfasis puesto en el respeto a las libertades de expresión y reunión, además de garantizar la convivencia civilizada que impida el abuso de poder.
El líder aprista aseguró que los militares o los candidatos con ese pasado -en una clara alusión a su oponente- no garantizaban el necesario cambio en la nación andina para disminuir la pobreza y la exclusión.
Pero Humala tomó la carga de inmediato al señalar que el Estado defendido por García no representa ni al pueblo ni a los intereses nacionales, pues está amarrado a los poderes transnacionales que lo han privatizado y extranjerizado.
«Siete millones de peruanos no tienen luz ni agua, ¿dónde está su paz social?», se preguntó el candidato más votado en la primera vuelta.
En el tema educacional, ambos aspirantes coincidieron en la necesidad de eliminar el analfabetismo que sufren más de tres millones de peruanos y en la necesidad de mejorar la educación pública con el aumento de las horas de clases.
Aunque García y Humala coincidieron en el fortalecimiento de la policía para garantizar mayor seguridad ciudadana en el país, difirieron en la forma de llevarlo a la práctica.
El primero opinó que el tema debe ser controlado a nivel central, con una policía más fuerte, sentencias más duras e incluso la pena capital para violadores de niños, mientras que el segundo llamó a darle mayor responsabilidad a los gobiernos locales.
Queremos que las autoridades policiales actúen con el respaldo político de los alcaldes, pero sin romper su carácter de cuerpo vertebrado a nivel nacional, expuso Humala.
Tras el esperado encuentro entre los aspirantes presidenciales, le corresponderá a los electores definir cuál será el próximo jefe de Estado, porque el 4 de junio uno de los dos será el vencedor.