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Perú

Servicios de salud discriminatorios para las mujeres y los niños y niñas más pobres

Fuentes: Rebelión

Imaginemos que en Italia o España o en Francia, o en cualquier otro país europeo se le negara la partida de nacimiento a un recién nacido. Al día siguiente la prensa y la televisión se harían eco del hecho y se organizaría un escándalo que las autoridades se apresurarían a minimizar, solucionando el asunto con […]

Imaginemos que en Italia o España o en Francia, o en cualquier otro país europeo se le negara la partida de nacimiento a un recién nacido. Al día siguiente la prensa y la televisión se harían eco del hecho y se organizaría un escándalo que las autoridades se apresurarían a minimizar, solucionando el asunto con la mayor rapidez posible.

Pero estamos en Perú. En algunas regiones del país, las mujeres indígenas que decidieron no acudir a los centros de salud para dar a luz, o que no pudieron hacerlo fueron multadas y se les negó la partida de nacimiento de sus hijos.

A Fidencio, agricultor de Huanuco, en la región central-oriental de Perú, le pidieron en su centro de salud local el pago de 30 dólares en concepto de multa por permitir que su hijo naciera en su domicilio. Fidencio habría tenido que vender unos 1.000 kilos de papas para recaudar el dinero. Al no poder pagar la multa, el centro de salud local le ha negado la partida de nacimiento de su hijo, que en consecuencia no tiene una identidad.

En un informe publicado en julio de 2006 Amnistía Internacional ha revelado que unos centros de salud materno-infantil discriminatorios hacen posible que cientos de mujeres, niños y niñas pobres mueran cada año en Perú y nieguen a muchos de ellos el derecho a una identidad.

La atención de la salud materno-infantil efectiva en Perú parece ser un privilegio de los ricos. Las mujeres pobres, que corren un riesgo mayor de sufrir problemas de salud durante el embarazo y el parto, y los niños y niñas marginados, que deben hacer frente a mayores riesgos de padecer enfermedades durante los primeros años de vida, son quienes reciben menor protección.

Esto es así puesto que los pobres enferman más porque no tienen dinero para prevenir enfermedades. Y cuando están enfermos han de gastar dinero en médicos y en medicinas, se ven obligados a no trabajar, disminuyendo sus ingresos, por lo que estar enfermos les hace ser más pobres. Esta situación ocurre cuando no hay sistemas sanitarios gratuitos.

El informe de Amnistía Internacional revela asimismo que a pesar del establecimiento de un servicio de salud oficial gratuito para las comunidades marginadas, la atención de la salud efectiva no llega a las mujeres y los niños y niñas pobres. La falta de inversiones adecuadas y la distribución desigual de los recursos de salud en el territorio de Perú, tienen como resultado la muerte de cientos de mujeres, niños y niñas cada año, muertes que podrían haberse evitado fácilmente.

Según las estadísticas oficiales, sólo durante el año 2000, 71 de cada 1.000 niños y niñas murieron al nacer en Huancavelica, uno de los departamentos más pobres de Perú; es decir, casi cinco veces más que en Lima, la ciudad más rica del país, donde en el mismo año murieron 17 de cada 1.000 niños.

La Organización Mundial de la Salud estima que 410 de cada 100.000 mujeres murieron durante el parto en Perú en 2004. Esta cifra sólo es superada por las de Haití, Guatemala y Bolivia, los tres países más pobres de América.

El informe de Amnistía Internacional destaca también la discriminación que sufren las pocas personas que acceden a los servicios de salud.

«Cuando vas mal arreglada (al centro de salud) te hacen esperar más y atienden antes a los que llegan después pero van bien vestidos (….) y si reclamas te tratan peor», afirma una mujer de la ciudad de Iquitos, en la Amazonía.

En su informe final, la Comisión de la Verdad y Reconciliación afirma que una de las causas principales del conflito armado que durante 20 años sufrió el país, fue la discriminación y la falta de acceso de las personas pobres -en particular las mujeres y los pueblos indígenas- a los derechos económicos, sociales y culturales.

La discriminación de las mujeres y de los niños y niñas marginados es problema ya antiguo en Perú. El nuevo gobierno tiene la oportunidad de cambiar la situación estableciendo de forma adecuada las prioridades del país: debe garantizar los derechos humanos de todas las personas sin discriminación.

En el informe citado anteriormente, Amnistía Internacional hace un llamamiento a las nuevas autoridades peruanas para que:

  • Garanticen la no discriminación y la distribución de información relativa al servicio de salud materno-infantil gratuito disponible para las personas socialmente excluídas.

  • Garanticen que no se imponen multas a las mujeres marginadas por dar a luz en su domicilio.

  • Garanticen que todos los niños y niñas tienen acceso a partidas de nacimiento. Y,

  • Garanticen unas condiciones laborales adecuadas, así como formación en derechos humanos para los profesionales de la salud.

Hace más de 70 años el poeta Miguel Hernández escribió el poema «El niño yuntero». Este es un fragmento:

Cada nuevo día es

más raíz, menos criatura,

que escucha bajo sus pies

la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde

en la tierra lentamente

para que la tierra inunde

de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento

como una grandiosa espina,

y su vivir ceniciento

revuelve mi alma de encina.

…………………………………….

¿Quién salvará este chiquillo

menor que un grano de avena?

………………………………………..

La salud de los niños y niñas pobres y marginados en Perú y la de sus madres, tiene que comprometer a todas las personas de bien para lograr que las situaciones de discriminación que describe el informe de Amnistía Internacional desaparezcan de la faz de la tierra.

Victoria Sánchez-Amnistía Internacional