Traducido por Juan Vivanco
Ataques talibanes y choques armados en el oeste, donde 220 soldados italianos están listos para intervenir.
Alta tensión en la provincia de Herat, base occidental del contingente italiano.
Esta tarde una soldado del contingente ISAF español ha muerto y dos compañeros suyos han resultado gravemente heridos por la explosión de una mina en la provincia de Herat, donde también está desplegado el contingente italiano. El ataque se ha producido en Shindand, donde está la base del contingente ISAF español.
Ha sido una casualidad que haya muerto una soldado española y no un soldado italiano. El vehículo ISAF español que ha volado por los aires viajaba en convoy con otros vehículos ISAF italianos de la escuadra Omlt (Operational Mentoring and Liaison Team) que se encarga de la instrucción de las fuerzas armadas afganas.
Choques y emboscadas en el oeste. La situación también es crítica fuera de Herat, en las otras provincias occidentales (Fará y Gor) controladas por el Comando Regional Oeste, al mando del general de brigada Antonio Satta, un veterano de Somalia e Iraq, antiguo comandante de la brigada paracaidista Folgore.
El lunes 300 talibanes atacaron y ocuparon el distrito de Bakwa, en la provincia de Fará: es la primera vez que ocurre en esta zona. Hasta ahora los talibanes sólo habían conquistado distritos de la provincia meridional de Helamnd, como por ejemplo Musa Qala. El de Batwa ha sido un «tanteo», pues la pasada noche los talibanes se retiraron del distrito, rápidamente ocupado de nuevo por tropas afganas y de la OTAN.
También en la provincia de Fará cuatro policías afganos murieron en una emboscada de los talibanes. Una bomba detonada a distancia estalló al paso de su vehículo. Los agentes volvían de una operación contra la droga en el oeste de la provincia, donde habían destruido plantaciones de adormidera.
En la provincia de Gor, otra de las que pertenecen al comando regional italiano, el lunes también fue un día sangriento por culpa del opio: un campesino murió y dos resultaron malheridos en violentos enfrentamientos con la policía afgana que estaba destruyendo sus plantaciones de adormidera.
Algo nuevo en el frente occidental. Estos episodios, en particular la ocupación talibana del distrito de Bakwa, confirman que la guerra, hasta ahora relegada al sur, está contagiando las regiones occidentales bajo mando italiano. Ya el pasado 10 de diciembre, en la provincia de Fará, el general Satta coordinó el ataque terrestre de las tropas afganas, las fuerzas especiales ISAF y los bombardeos de la aviación de la OTAN en el distrito de Balabaluk, donde se había infiltrado un grupo de talibanes para atacar la carretera de Herat. La ofensiva «italiana» se saldó, según fuentes oficiales, con nueve talibanes muertos.
Pero ya en septiembre estaba claro que en el «cuadrante italiano» soplaban vientos de guerra. El 20 de septiembre el comando ISAF anunció una ofensiva contra los talibanes en la provincia de Fará, la operación Wyconda Pincer, con la participación de «tropas italianas, usamericanas, españolas y afganas». Una noticia sensacional que los portavoces italianos intentaron minimizar con mal disimulada incomodidad: «La difusión de esta noticia por parte de la ISAF ha sido un grave error porque da lugar a equívocos», declaró a PeaceReporter el capitán Giancarlo Ciaburro, por entonces portavoz del contingente italiano de Herat.
220 soldados italianos listos para el combate. Italianos y españoles: estos son los dos componentes nacionales de la fuerza de reacción rápida desplegada en Herat. Una compañía de paracaidistas españoles y 220 soldados italianos, hombres que el gobierno de Prodi ha enviado a Afganistán en los últimos meses, sin demasiada publicidad, para misiones de combate. Porque estamos hablando de fuerzas especiales de profesionales adiestradas para el combate: el Col Moschin, batallón de elite de la brigada paracaidista Folgore, y los Comsubin, los infantes de marina, nuestros marines. Además de estas tropas de asalto, en total 120 hombres (un número considerable, ya que se trata de fuerzas especiales), hay más de un centenar de paracaidistas del regimiento 66 de infantería Trieste y de la brigada aerotransportada Friuli, con vehículos acorazados Puma y los modernísimos Lince.
Es muy probable que estas tropas italianas participaran «clandestinamente» en la operación Wyconda Pincer. Lo adelantaba en diciembre la revista Panorama, según la cual las fuerzas especiales italianas «ya habían intervenido con éxito en varias operaciones de combate».
Si hasta ahora los soldados italianos «en misión de paz» han entrado en combate a escondidas, para no incumplir las restricciones que regulan el uso de nuestras tropas, en los próximos meses el Col Moschin, el Cpmsubin y la brigada Friuli podrían entrar en acción abiertamente. En efecto, si los talibanes abren un frente occidental y llevan la guerra adonde se encuentran los militares italianos, el general Satta tendrá el deber de emplear las fuerzas operativas italoespañolas desplegadas en Herat: ya no habrá excusas para evitar lo inevitable. Salvo que nuestras tropas se retiren de Afganistán.
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Fuente: http://www.peacereporter.net/dettaglio_articolo.php?idc=0&idart=7368
Véase mañana la segunda crónica de Afganistán.
Juan Vivanco es miembro de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente, a condición de respetar su integridad y de mencionar al autor, al traductor y la fuente.