La Gendarmería Nacional de Turquía hizo público ayer un comunicado en el que informaba sobre un amplio dispositivo policial llevado a cabo contra inmigrantes que se hallarían en el país en situación irregular. La operación se realizó en varias provincias durante la jornada del martes y se saldó con la detención de 145 personas de […]
La Gendarmería Nacional de Turquía hizo público ayer un comunicado en el que informaba sobre un amplio dispositivo policial llevado a cabo contra inmigrantes que se hallarían en el país en situación irregular.
La operación se realizó en varias provincias durante la jornada del martes y se saldó con la detención de 145 personas de distintas nacionalidades, según informó la cadena TTN. En la ciudad de Edirne, al noroeste del país y limítrofe con Grecia, las fuerzas policiales arrestaron a 18 birmanos y mauritanos que trataban cruzar la frontera de manera ilegal. Muy cerca de allí, en Ipsala y Lalapasa, la Gendarmería interceptó a un grupo de 56 inmigrantes entre los que había somalíes, mauritanos, iraquíes, ruandeses, georgianos y palestinos. Las mismas fuentes informaron también sobre la detención de 21 somalíes en la costa del Egeo, provincia de Esmirna al suroeste del país, cuando intentaban llegar furtivamente a Grecia. También en el distrito de Zeytinburnu, en Estambul, la policía arrestó a 50 afganos que se hallaban en Turquía en situación ilegal. Según anunciaron fuentes oficiales, todos ellos serán deportados a sus países de origen.
Esta ola de detenciones se produce el mismo día en que la Asociación Contemporánea de Juristas (ACJ) de Turquía denunció a la policía de Estambul por la muerte en comisaría del ciudadano nigeriano Festus Okey, demandante de asilo, el pasado 20 de agosto.
En su declaración, recogida por la agencia Bianet, la asociación de abogados indicó que hasta el momento la policía trató de desorientar a la justicia con la intención de proteger al asesino.
Las autoridades por su parte adujeron que el fallecido estaba en posesión de cocaina y portaba documentación falsa. Reconocieron que había muerto a consecuencia de un disparo, pero su respuesta a las preguntas sobre las imágenes de vídeo que debían haber sido grabadas en la comisaría fue contradictoria, pues en un primer momento la policía afirmó que ese día las cámaras no estaban en funcionamiento, y posteriormente que éstas únicamente se encuentran en el centro de detención.
Denuncia de los juristas
La ACJ consideró lamentable que las fuerzas de la seguridad «quieran hacernos creer que Festus Okey era un criminal con una larga hoja de delitos, publicando documentos sin relación con él o sus amigos. ¿Piensan realmente que si estuviéramos convencidos de la culpabilidad de Festus Okey el ‘asesinato bajo custodia’ dejaría de ser un crimen o una vergüenza contra la humanidad?».
Para los juristas, los responsables de la muerte del ciudadano nigeriano tendrían que ser retirados de su puesto de inmediato. Y lógicamente, éstos -el Jefe de la Policía de Estambul, el del distrito de Beyoglu, otros altos oficiales y el agente «C.Y» (quien al parecer disparó sobre Okey)- no deberían participar en la investigación criminal.
La asociación denunció que en el informe abierto tras el asesinato, en lugar de contemplar la detención del presunto culpable (agente «C.Y.») se incluía su petición para investigar el incidente.
* Antonio Cuesta es corresponsal de Prensa Latina en Turquía