Cientos de salvadoreños recordaron la noche del sábado el 18 aniversario del asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos trabajadoras domésticas a manos de la fuerza armada salvadoreña el 16 de noviembre de 1989, con una procesión de faroles y una misa al aire libre en donde se recordó la memoria de los «mártires jesuitas». […]
Cientos de salvadoreños recordaron la noche del sábado el 18 aniversario del asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos trabajadoras domésticas a manos de la fuerza armada salvadoreña el 16 de noviembre de 1989, con una procesión de faroles y una misa al aire libre en donde se recordó la memoria de los «mártires jesuitas».
Sacerdotes y jóvenes estudiantes de la jesuita Univesidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), a los que se sumaron diversos representantes de organizaciones sociales, recorrieron en procesión las instalaciones de esa universidad, ubicada en el sector suroeste de San Salvador.
Portando faroles los participantes de la procesión entonaron cánticos religiosos y gritaron vivas a «los eternos mártires de la UCA que viven en el corazón del pueblo».
La procesión fue seguida de una misa en la se dedicaron oraciones en memoria de los jesuitas asesinados.
«Nuestros mártires siempre vivirán en el corazón de un pueblo que clama por la paz sin violencia, la justicia con equidad», dijo el rector de la UCA, el jesuita José María Tojeira, quien de paso criticó «la impunidad e injusticia» que prevalece en el caso del asesinato de los seis sacerdotes y las dos trabajadoras.
Pese al insistente esfuerzo de la UCA por que se investigue a los autores intelectuales de la matanza de los jesuitas, la justicia salvadoreña ha alegado que la petición no procede.
La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en la mayor ofensiva militar del ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en San Salvador, efectivos del ejército asesinaron en el campus de la UCA a los sacerdotes españoles Ignacio Ellacuría (rector), Ignacio Martín Baró (vicerrector) y Segundo Montes.
Asimismo, fueron asesinados Amando López, Juan Ramón Moreno -también españoles-, el sacerdote salvadoreño Joaquín López, la empleada doméstica Elba Ramos y su hija Celina. Por el múltiple crimen, el 27 de setiembre de 1991 un jurado declaró culpables al director de la escuela militar de San Salvador, coronel Guillermo Alfredo Benavides, y al teniente Yusshy René Mendoza.