Kaw Lah, la tierra verde, es el nombre que el pueblo karen da a su territorio. Estos días hemos tenido ocasión de hablar con Zoya Phan, una activista karen exiliada, cuyo padre, Mahn Sha, dirigente y figura clave del movimiento karen murió en atentado el pasado mes de febrero. – ¿Puedes hablarnos un poco de […]
Kaw Lah, la tierra verde, es el nombre que el pueblo karen da a su territorio. Estos días hemos tenido ocasión de hablar con Zoya Phan, una activista karen exiliada, cuyo padre, Mahn Sha, dirigente y figura clave del movimiento karen murió en atentado el pasado mes de febrero.
– ¿Puedes hablarnos un poco de la historia del pueblo karen y de su situación actual?
– Zoya Phan: El pueblo karen vive principalmente en la región fronteriza entre Myanmar y Tailandia, somos cerca de siete millones y nuestros orígenes nos llevan hasta el pueblo mongol. Con el tiempo fuimos descendiendo hasta llegar a las tierras actuales. Durante el siglo XIX ya se dan los primeros pasos para articular un movimiento político, y durante la I Guerra Mundial, tomamos parte activa para derrotar a los ocupantes japoneses. Tras la independencia de Birmania, hemos seguido manteniendo nuestra lucha para lograr la independencia, y los últimos sesenta años se han caracterizado por la brutal campaña contra nuestro pueblo que han mantenido los diferentes gobiernos birmanos. La represión ha buscado nuestra destrucción total y ha causado importantes daños al pueblo karen, obligándonos a muchos a buscar refugio en el exilio en Tailandia, donde se nos considera como ilegales. Hay más de cien mil refugiados karen en la actualidad.
– El máximo representante del pueblo karen es la Unión Nacional Karen (KNU), ¿cómo han afectado al mismo las diferentes divisiones internas?
– La política de la Junta militar es el ?divide y vencerás?, y por ello busca divisiones dentro de la oposición y de los grupos nacionales que les hacen frente. En nuestro caso han intentado utilizar la división religiosa y en los noventa surgió el Ejército Budista Democrático Karen (DKBA) y más recientemente se han dado algunas deserciones en torno a una brigada del KNLA (brazo armado del KNU). Algunos lideres buscan mejorar sus posiciones y hacer negocio con la situación, pero la mayoría del pueblo karen sigue junto al KNU, de hecho algunos de los que abandonaron la organización han vuelto recientemente a ella.
– En el congreso de 1959 el KNU señaló los ejes de su política, ¿siguen siendo éstos válidos hoy en día?
– Sin duda, en aquél congreso se solicitó el establecimiento de un estado karen con el derecho de autodeterminación para el mismo; también se recogía ese mismo derecho para el resto de naciones sin estado, la creación de una Unión Federal y una política de Democracia Nacional. Y estos son los puntos clave del KNU, además de reivindicar una vida en paz y libertad, en definitiva una vida digna y en condiciones para el conjunto de la población, tanto karen como de otros pueblos.
– Las recientes ofensivas militares de la Junta de los años 2006 y 2007 ¿han afectado a la situación de los campos de refugiados?
– Evidentemente, la ofensiva del gobierno ha generado un aumento del número de refugiados, que huyen para evitar la limpieza étnica. Además, la mayor parte de muertes no se generan por enfrentamientos militares, sino que son consecuencia directa de las difíciles condiciones de vida que deben soportar la población refugiada. Las enfermedades y la falta de recursos sanitarios y alimenticios son clave. Por eso en estos momentos una de las crisis humanitarias más graves a las que debemos hacer frente viene motivada por el aumento del precio del arroz.
– Durante estos sesenta años se han producido al menos cinco intentos de negociación, ¿en estos momentos nos encontramos en una nueva fase negociadora?
– Durante todos estos años hemos defendido la necesidad de negociar políticamente los llamados ?problemas políticos?, sin embargo desde la Junta se nos exige una y otra vez la rendición, y eso es algo que está fuera de cualquier parámetro negociador. Además, la estrategia del gobierno siempre ha sido al tiempo que se inician conversaciones o negociaciones mantener los ataques y las provocaciones, y esa postura no es seria si se quiere afrontar una negociación.
– ¿Qué relaciones mantiene el movimiento karen con la oposición al régimen y con otras nacionalidades?
– Apostamos por el trabajo conjunto para lograr la transformación que en estos momentos necesita Myanmar. El papel de puente que en ese sentido desempeñó mi padre, Mahn Sha, es clave, de ahí tal vez los intereses para acabar con su vida. El impulso que supo dar a la generación más joven, acentuando el papel de la mujer y rompiendo en cierta medida el modelo de supremacía de unos sobre otros, ha sido vital para afrontar un nuevo campo de colaboración entre todas las fuerzas opositoras.
– Desde la llamada comunidad internacional en ocasiones se genera una especia de actividad informativa que desaparece enseguida, ¿cual es el papel de la misma en la actual situación birmana?
– La comunidad internacional debe presionar para que se cumplan las resoluciones del Consejo de Naciones Unidas y poder poner en marcha un proceso democrático en Myanmar, que logre la liberación de los presos políticos y posibilite un cambio real de la actual situación.
– El gobierno birmano ha iniciado un proceso que dará su pistoletazo oficial con el referéndum constitucional del próximo 10 de mayo y con unas elecciones ¿multipartidistas? en el 2010, ¿cómo valora esa situación?
– La constitución propuesta por la junta es una farsa, lo que realmente persigue es barnizar el régimen y perpetuarse en el poder, mantener los privilegios de los militares y no alterar el status quo actual. Por ello es importante que la comunidad internacional ni apoye ni reconozca el proceso. El gobierno está buscando fuerzas colaboradoras para decorar el escenario y presentarlo como resultado de una democratización. Por eso no nos debe extrañar que surghan algunos partidos o fuerzas, que sin el apoyo popular, pero con ayuda gubernamental creen ese escenario ficticio. Además, so se dan las condiciones mínimas para celebrar unas elecciones de manera libre, no hay libertad de reunión, de expresión, de prensa. El peso de los militares estará por encima de todo y en la nueva constitución no se recoge ni la presencia ni el peso de los pueblos y naciones sin estado que hoy conforman Myanmar.
– Tras las protestas del pasado mes de septiembre ¿cómo se encuentra la oposición?
– La mayoría de los activistas claves se encuentran bajo arresto o desaparecidos, la oposición se encuentra debilitada, no puede actuar libremente, no obstante se está produciendo un relevo generacional muy importante, y entre estos movimientos se percibe una cierta radicalización, no se muestran dispuestos a permanecer pasivos o esperando que desde la comunidad internacional se den los pasos que demandan. Por eso es muy importante tomar la referencia del próximo ocho de agosto, cuando se cumplen veinte años de las anteriores protestas, y no nos olvidemos tampoco que todo ello coincidirá con la inauguración de las Olimpiadas en China.
– ¿Cual es la fotografía actual de Myanmar?
– El régimen busca la continuidad en el poder, aunque es consciente de que no representa la realidad del pueblo. Algunos manifiestan que el proceso iniciado ?es mejor que nada?, pero esa no es la solución, no cambia para nada el status quo vigente. El dialogo de las fuerzas opositoras y de los representantes de las naciones sin estado están dando sus frutos y se articula una respuesta importante.
– ¿Y las siete plagas?
– Sí es un término apropiado para presentar la cruda realidad que soporta el pueblo karen y otros grupos. Los desplazados, las minas, el SIDA, las drogas, las torturas y desapariciones, los trabajos forzados, y las condiciones de vida, representan la descripción más cruda de todo lo que hemos comentado.
– Sin pretender ser adivinos ¿cómo se presenta el futuro del pueblo karen?
– Evidentemente la lucha seguirá estando presente, las generaciones más jóvenes se muestran firmes contra el régimen. Por otro lado, la defensa de la cultura y la lengua karen es muy importante para mantener nuestra esencia como pueblo, y de ello somos todos conscientes. La defensa de nuestros derechos culturales es un pilar de cualquier solución futura, y el trabajo desarrollado en los campos de refugiados en defensa de la lengua son muestra de ello (en Myanmar no hay posibilidad de ello, ya que el régimen no promueve nada). Los programas de educación comunitarios para jóvenes y niños sobre todo están dando sus frutos y esta dinámica es algo que se está produciendo también en el resto de grupos nacionales.
TXENTE REKONDO.- Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN)