Traducido del catalán para Rebelión por Lucas Marco
En los años de la guerra fría, cuando a Stalin le mencionaron el inmenso poder del papa de Roma, preguntó enseguida: «¿Y de cuántas divisiones dispone?». El Vaticano, es cierto, no tiene un ejército de cañones y tanques, pero dispone, por ejemplo, de uno de los servicios de información más completos del mundo. A pesar de haber sido fundado en 1566, la Entidad -como se conoce en el argot interno- no tiene organigrama. La identidad de su jefe se mantiene en secreto, pero fuentes de mucha credibilidad, conocedoras de la Santa Sede, aseguran que se trata del arzobispo español Pedro López Quintana.
Nacido en Barbastre (Osca), ordenado sacerdote en 1980, incardinado en la archidiócesis de San Jaime de Galicia, monseñor López Quintana es un prelado gordito con cara de no haber roto un plato nunca. Licenciado en derecho canónico, entró a formar parte del servicio diplomático en 1985 y trabajó sucesivamente en las representaciones pontificias de Madagascar, Filipinas e India, desde donde pasó a la sección de asuntos generales de la secretaría de Estado. Su trabajo en el corazón de la Santa Sede fue tan eficaz que lo convirtieron, en poco tiempo, en el número cuatro de la jerarquía eclesiástica. Hasta que, en diciembre del 2002, el papa lo nombró nuncio apostólico para la India y Nepal, con sede en Dehli. Un observatorio privilegiado para seguir de cerca el latido de una zona convulsa.
La Entidad, encargada de obtener y tratar todas las informaciones recogidas por los largos tentáculos del Vaticano, tanto dentro del país como fuera, es uno de los órganos principales integrados en el llamado Comité para la Seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano (CS-SCV), junto con la gendarmería vaticana, la guardia suiza, los bomberos y más servicios de protección civil y el servicio de contraespionaje. Este comité fue creado por Juan Pablo II después de la tentativa de asesinato de Ali Agca en 1981, se reune dos veces a la semana y se encarga esencialmente de velar por la seguridad del territorio del Vaticano.
El pasado mes de octubre, la gendarmería vaticana -formada por 130 hombres, todos veteranos de las fuerzas de seguridad y del ejército de la República italiana- se integró en la red de Interpol, con la que colabora en determinados aspectos, como el antiterrorismo y la informática. No obstante, los gendarmes pontificios no han firmado los acuerdos de extradición internacionales, que habrían permitido su aplicación a los mismos integrantes de la curia vaticana. Hoy por hoy, la Santa Sede y sus principales secretos continuaran siendo inviolables.
Publicado en la revista El Temps (nº1284) del 22 de Enero del 2009.
Xavier Vinader (Sabadell, 1947), veterano periodista de investigación, recibió en 2007 la Creu de Sant Jordi.