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¡Moratoria a la geoingeniería!

La ONU bloquea riesgosos remiendos técnicos para el cambio climático

Fuentes: Rebelión

Los 193 países firmantes del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) cerrarán su décima reunión bianual con una memorable decisión consensuada: establecer una moratoria de facto sobre los proyectos y experimentos de geoingeniería. «Cualquier experimento, sea de fuente pública o privada que intente ahora manipular el termostato planetario violará este consenso de Naciones Unidas, que fue […]

Los 193 países firmantes del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) cerrarán su décima reunión bianual con una memorable decisión consensuada: establecer una moratoria de facto sobre los proyectos y experimentos de geoingeniería. «Cualquier experimento, sea de fuente pública o privada que intente ahora manipular el termostato planetario violará este consenso de Naciones Unidas, que fue cuidadosamente logrado», afirmó Silvia Ribeiro, Directora para Latinoamérica del Grupo ETC.

El acuerdo alcanzado durante la sesión ministerial de esta sesión del CBD, con la participación de ministros del ambiente de 110 países, pide a los gobiernos asegurar que no habrá actividades de geoingeniería hasta que hayan sido considerados en profundidad los riesgos al ambiente y la biodiversidad y los posibles impactos culturales y económicos. El Secretariado del CDB recibió instrucciones para informar también sobre las diversas propuestas de geoingeniería que existen y posibles opciones de regulaciones intergubernamentales.

Esta decisión, respaldada por un fuerte consenso, deriva de la moratoria de 2008 sobre fertilización oceánica. Tal acuerdo, negociado durante la 9a Conferencia de las Partes en Bonn, frenó una serie de riesgosos «experimentos» -tanto públicos como privados- para capturar dióxido de carbono en las profundidades de los océanos mediante el vertido de nutrientes en la superficie marina. Posteriormente la atención se volcó hacia diversas propuestas para bloquear parte de la radiación solar mediante intervenciones de gran escala en la atmósfera, la estratósfera y el espacio exterior, que alterarían las temperaturas globales y los patrones de precipitación, con fuertes impactos negativos en algunas regiones.

«La decisión da a Naciones Unidas el mando sobre la geoingeniería, a donde claramente debe estar», afirma el director del Grupo ETC, Pat Mooney. «Esta decisión es una victoria del sentido común y de la precaución. No inhibirá los estudios para investigación científica. Las decisiones sobre geoingeniería no puede hacerlas un pequeño grupo de países que establezcan «directrices voluntarias» sobre la manipulación del clima. Con esto se puso al descubierto la poca credibilidad que este tipo de esfuerzos tenía en los círculos políticos en el Norte global.  La Royal Society del Reino Unido y sus contrapartes deben cancelar su Iniciativa sobre el Manejo de la Radiación Solar, (Solar Radiation Management Governance Initiative) y respetar que los gobiernos del mundo han decidido colectivamente que las discusiones sobre geoingeniería deben ocurrir en Naciones Unidas, donde todos los países tienen un lugar en la mesa y donde la sociedad civil puede ver, vigilar e incidir en lo que están decidiendo.»

Los delegados en Nagoya han entendido claramente el riesgo potencial que el despliegue -o incluso las pruebas de campo de geoingeniería- significan para la protección de la biodiversidad. Esta decisión se tomó después de largas y difíciles sesiones nocturnas de un grupo de trabajo llamado «amigos del presidente» [para asesorar la presidencia de la Conferencia], en el que participó el Grupo ETC. El texto elaborado, fue adoptado luego en la plenaria del Grupo de Trabajo I el 27 de octubre 2010. El presidente de las negociaciones sobre diversidad biológica y cambio climático se refirió al texto final como «un compromiso sumamente delicado.» Aún falta que se apruebe finalmente en la plenaria final el viernes a las 6 PM de Nagoya.

La decisión «no es perfecta» dijo Neth Daño del Grupo ETC en Filipinas; «algunas delegaciones están preocupadas por el hecho de que la definición provisional de geoingeniería es estrecha, por ejemplo, no incluye las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CCS por sus siglas en inglés), que tendrían gran impacto en la biodiversidad. Sin embargo, antes de la próxima reunión del CDB habrá oportunidad para considerar esas cuestiones en detalle y revisar estas definiciones. Pero de cualquier manera, estos peligrosos remiendos tecnológicos para el clima se discutieron con energía en la agenda de Naciones Unidas y eso llevará a importantes debates a medida que se aproxima el 20vo. aniversario la Cumbre de la Tierra, que dio origen a este Convenio. Las crisis ambientales y de la biodiversidad requieren un drástico cambio de ruta. Definitivamente, la geoingeniería no es la opción».