Una de las efemérides más importantes de 2011 es el 50º Aniversario del primer viaje de la especie humana al espacio exterior. El 12 de abril de 1961 el ciudadano soviético Yuri Gagarin a bordo de la nave Vostok 1 («Oriente 1» en ruso), impulsada por un cohete lanzador multietapa R-7 ‘Semiorka’, alcanzó la órbita […]
Una de las efemérides más importantes de 2011 es el 50º Aniversario del primer viaje de la especie humana al espacio exterior. El 12 de abril de 1961 el ciudadano soviético Yuri Gagarin a bordo de la nave Vostok 1 («Oriente 1» en ruso), impulsada por un cohete lanzador multietapa R-7 ‘Semiorka’, alcanzó la órbita terrestre tras acelerar hasta conseguir la velocidad orbital en la Tierra, también llamada «primera velocidad cósmica»: más de 28.000 kilómetros por hora. Nunca un hombre había viajado tan rápido ni llegado a un destino tan alto.
En 1957 fue también la Unión Soviética el país que lanzó el primer ingenio humano al espacio, el Sputnik 1 («Satélite 1»), iniciándose así la llamada Era Espacial. Apenas cuatro años después, el vuelo de Gagarin en los inicios de la década prodigiosa (sin duda lo fue por los grandes avances en la exploración del Cosmos en los años 60 que culminaron con la llegada de la misión tripulada Apolo 11 a la Luna en 1969) supuso un gran aldabonazo en las conciencias de toda el mundo más allá de su gran impacto mediático. El vuelo de Gagarin hizo que el hombre abandonara por primera vez «su cuna» [1] y diera su primer paso en el Cosmos, el primer «gran paso para la Humanidad» [2].
Gagarin: un ‘working class hero’ [3] en lo más alto
Efectivamente Yuri Alexéievich Gagarin consiguió alcanzar las alturas siendo como fue un hijo de la clase obrera rusa (de padre carpintero en un koljoz) nacido en Klúshino (región de Smolensko, RSFSR, URSS) [4] en 1934. El pequeño Yura vivió desde los siete hasta los once años la dura experiencia de la guerra tras la agresión de la Alemania nazi al país de los soviets. Ya casi adolescente tras la victoria soviética, en los años de la posguerra estudió formación profesional para luego ser durante un tiempo obrero metalúrgico… y además apuntarse al Club Aeronaútico de Saratov, donde se estrenó como piloto, para posteriormente ingresar en la Academia de las Fuerzas Aéreas de la Unión Soviética. Tras conseguir su graduación se casó en 1957 con Valentina Goricheva, con quien tuvo dos hijas.
Comunista convencido, de los de carnet del Partido con la cuotas al día, Gagarin fue seleccionado en 1960 junto con otros 19 pilotos civiles y militares para el primer cuerpo de cosmonautas soviéticos. Finalmente fue el elegido por Serguéi Koroliov -el gran Ingeniero Jefe y «cabeza invisible» (por motivos de seguridad) del programa espacial de la URSS. De modo que Gagarin fue seleccionado entre esos 20 primeros camaradas del Cosmos para llevar a cabo una misión y someterse a una experiencia a la que nunca antes, ni de forma remotamente similar, nadie se había sometido. Pero tanto Koroliov como su predilecto, el risueño Yura, eran optimistas tenaces y voluntariosos por naturaleza: estaban convencidos de que todo iba a salir bien. Y así fue.
‘La Tierra es hermosa’
Estepa kazaja, 09:07 (hora de Moscú): Tras ajustarse un casco espacial blanco al que a última hora le fueron pintadas en el frontal las siglas cirílicas «CCCP» en color rojo («URSS», SSSR transliterado), y una vez finalizada la cuenta atrás, Yuri fue lanzado al espacio desde la misma rampa que hoy lleva su nombre en el Cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) para dar una vuelta completa a la Tierra en menos de una hora y 50 minutos. Yuri tenía en ese momento 27 años casi recién cumplidos y para llegar a nuestra órbita iba a alcanzar una velocidad que aún hoy nos parece sorprendente: más de 28.000 km/h, la misma velocidad orbital a la que viaja la Estación Espacial Internacional alrededor de la Tierra mientras leemos estas líneas.
El instante en el que fue el primero de nuestra especie (anclada a la madre Tierra por su fuerza gravitatoria desde hacía decenas de miles de años) en disfrutar de una visión global de nuestro planeta azul, sugirió a Gagarin una frase tan natural que da la impresión de que nadie, ni el propio Yuri, había previsto nada al respecto de qué habría que decir en ese irrepetible e histórico momento. De su boca saliron unas palabras tan sencillas como expresivas. Fueron sus ojos los que hablaron por él y también en nombre de todo el género humano: La Tierra es hermosa. [5]
Después de efectuar una órbita completa y habiendo sobrevolado el Océano Pacífico y luego América del Sur en el hemisferio nocturno de la Tierra, la nave Vostok 1 empezó a descender sobre África. Menos de dos horas después del lanzamiento -otra vez de día y en la misma mañana soviética del despegue de ese 12 de abril-, Yuri reconoció a través de las ventanillas circulares de la nave el gran Volga serpenteando por la misma región rusa de Saratov donde tiempo atrás realizara sus primeros vuelos aéreos, en un día luminoso de tiempo despejado y primaveral.
Las primeras personas que vieron a Yuri en un sembrado con su traje espacial de llamativo color naranja fueron una matrioska campesina de un koljoz cercano y su pequeña nieta. A la abuela el extraño atuendo del cosmonauta le debió parecer inquietante, por lo que le preguntó quién era y si venía del espacio exterior. Yuri respondió que no se preocupara, que era soviético, no un intruso, y que -ciertamente- venía del espacio exterior… Se corrió la voz del acontecimiento y pronto nuestro primer cosmonauta se vio rodeado de una pequeña multitud de obreros del campo que lo acompañaban alegres, según se puede ver en fotografías. Quizá ésta fuera para el propio Gagarin la recepción más cálida y emotiva de su vida: su primer contacto con seres humanos después de haber estado tan aislado de todos ellos; por mucho que posteriormente fuera homenajeado por grandes multitudes que llenaban la extensa Plaza Roja de Moscú tres días después de ese 12 de abril y en su gira triunfal posterior por varios países fuera aclamado en unas atestadas calles de Londres, igual que el Gran Estadio de El Cairo, la Plaza de la Revolución de La Habana o las avenidas de París… y por mucho que fuera también ensalzado y agasajado por altos mandatarios o grandes líderes mundiales como Nikita Jrushchov, McMillan, Pompidou, El Che Guevara, Fidel, Nehru, Nasser…
Una vida intensa pero breve
Yuri Gagarin tuvo una vida llena de emociones, satisfacciones, honores y ciertamente intensa, más si tenemos en cuenta que su paso por este mundo fue breve, demasiado breve. En 1968 un fatal accidente de vuelo a bordo de un caza MiG-15 acabó con su vida. Sus restos reposan en el lugar de honor reservado a los grandes personajes de su país: a los pies de la muralla del Kremlin de Moscú. En vida Yuri Alexéievich Gagarin ya había recibido con todo merecimiento los más altos honores que a un ciudadano soviético le podían ser otorgados: la dorada estrella de cinco puntas de Héroe de la Unión Soviética y la Orden de Lenin.
El impacto mundial del ‘homo soviético’ en el espacio
A pesar de acontecer en uno de los momentos más álgidos de la Guerra Fría entre la URSS y EEUU, las dos superpotencias rivales de la época aunque antiguos aliados durante la Segunda Guerra Mundial, la hazaña de Gagarin acaparó portadas y tuvo un gran impacto en la opinión pública de casi todos los países del mundo. Los medios audiovisuales y la prensa en lengua rusa ganaron, obviamente, esta gran exclusiva, pero también en Estados Unidos y sus principales satélites occidentales -por motivos ciertamente distintos- el vuelo de Gagarin protagonizó portadas «a toda plana y a cinco columnas». También es verdad que en muchos países del entonces llamado «mundo libre», sometidos a dictaduras con una férrea censura, el impacto fue más relativo aunque imposible de ocultar.
Esta política de opacidad de los logros pioneros del programa espacial de la URSS ha tenido sus consecuencias hasta nuestros días en muchos países de la órbita de Estados Unidos, especialmente ibéricos e iberoamericanos, con antiguas dictaduras que tuvieron en el anticomunismo -y en el antisovietismo por añadidura- su principal argumento y hasta razón fundacional (el caso de España es paradigmático). Varias generaciones en esta parte del mundo han conocido con todo detalle las hazañas espaciales de unos mientras se cuestionaban o silenciaban las de los otros en los medios de comunicación y hasta en los libros de historia contemporánea.
Logros de la Unión Soviética en la conquista del Cosmos
Sería realmente prolijo detallar los primeros registros históricos que fueron acumulando las naves y cosmonautas soviéticos a lo largo de varias décadas en el campo de la exploración espacial, así que nos limitaremos a hacer un pequeño resumen:
1957: primera nave espacial (satélite Sputnik 1).
1957: primer ser vivo en orbitar la Tierra (Laika, una perrita callejera de Moscú, nave Sputnik 2).
1959: primeras sondas espaciales que orbitaron y alcanzaron la Luna (misiones Luna 1 y Luna 2, respectivamente).
1959: primeras imágenes de la «cara desconocida» [hasta entonces] de la Luna (misión Luna 3).
1961: primer y segundo hombre en órbita (Yuri Gagarin, misión Vostok 1, y Guerman Titov, misión Vostok 2, respectivamente).
1963: primera mujer en el espacio (Valentina Tereshkova, misión Vostok 6).
1964: primer vuelo espacial con más de un tripulante (Vosjod 1).
1965: primer paseo espacial extravehicular (Alexéi Leonov, misión Vosjod 2).
1969: primer acoplamiento e intercambio de tripulación en órbita (misiones Soyuz 4 y Soyuz 5).
1970: primera nave que aterrizó y envió datos e imágenes in situ de otro planeta del Sistema Solar (misión Venera 7 en Venus).
1970: primer rover o vehículo robótico espacial autopropulsado de superficie (misión Luna 17-Lunajod 1 en la Luna).
1971: primer aterrizaje, datos y fotografías de la superficie de Marte (misión interplanetaria Mars 3).
1971: primera estación espacial de la historia (Salyut 1).
1986: primera estación espacial multimodular permanente e internacional (Estación Orbital Mir). […]
A los anteriores habría que añadir varios más, sin olvidar una larga serie de sucesivos records de permanencia en el espacio, batidos uno tras otro por cosmonautas del programa espacial de la URSS.
Aunque los datos son contundentes, verificados y verificables, es muy probable que muchas personas conozcan estos registros históricos por primera vez; del mismo modo que millones, sobre todo los más jóvenes, ignoran que en 2011 se cumple medio siglo desde la llegada del hombre al espacio. Un evento que podría ser equiparable (salvando las grandes diferencias históricas, políticas y tecnológicas) a las primeras expediciones transoceánicas ibéricas que a finales del siglo XV y comienzos del XVI empezaron a mostrar este planeta tal y como es en realidad, dando paso así a la Edad Moderna.
La Yuriesfera
Para conmemorar y difundir como se merece este acontecimiento del medio siglo del vuelo de Gagarin, antes distorsionado u oculto para generaciones enteras y ahora, de nuevo, casi condenado al ostracismo en los mass media, se ha lanzado la red Yuriesfera, una iniciativa colectiva que agrupa ya a decenas de yuriesféricos: blogs y webs de internet de muy diversa índole (más de 130 sitios generalistas, especializados en astronomía y/o cosmonáutica, de sociedades astronómicas, de planetarios, blogs personales, portales de divulgación de la ciencia, foros, webs de organizaciones y entidades, etc…) [6]. Todos ellos de varios continentes y países (sobre todo de habla hispánica aunque también en otras lenguas) y editados mayoritariamente en España y en Latinomérica.
Aunque esta iniciativa no es la única promovida en el ámbito internacional, seguramente la Yuriesfera es la de mayor importancia en Internet en cuanto al número de adhesiones y participantes, y ello a pesar de que el inglés sigue siendo la lengua mayoritaria en la Red. Para saber más acerca de esta iniciativa os invitamos a visitar su web de referencia para echar un vistazo a sus diferentes páginas, secciones, agenda, informaciones, propuestas, textos y recursos multimedia, y también os animamos a que participéis, a unir vuestro blog, medio digital, foro, portal o web a la red de la Yuriesfera.
Y terminamos como empezó todo, con una exclamación del valiente Yura en el mismo instante del despegue que lo llevaría al espacio con una aceleración que lo empujaba contra su asiento para conseguir una velocidad y llegar a una altura jamás alcanzadas, de vértigo; el mismo vértigo que debe embargar la mente de un hombre en el momento de ser consciente de que está escribiendo la Historia…
Poiéjali! (¡Allá vamos!)
El presente texto ha sido realizado para ‘Rebelión’ por Paco Arnau, editor de ‘Ciudad futura’
Notas:
[1].-«La Tierra es la cuna de la Humanidad, pero no podemos vivir para siempre en la cuna». Konstantín Eduárdovich Tsiolkovski (Rusia/URSS, 1857-1935).
[2].-«Un pequeño paso para el [un] hombre, un gran paso para la Humanidad». Palabras de Neil Armstrong (EEUU, 1930), comandante de la misión Apolo 11 de la NASA, en el momento de pisar la superficie de la Luna el 20 julio de 1969.
[3].-«Héroe de la clase obrera» es el título en castellano de Working Class Hero, una canción de John Lennon que forma parte de su primer álbum en solitario, grabado y publicado en 1970.
[4].-RSFSR: República Socialista Federativa Soviética de Rusia. URSS: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (abrev.: Unión Soviética).
[5].-Véase en la Yuriesfera «La misión», con una descripción del vuelo de Gagarin y un apéndice con la transcripción completa de las comunicaciones por radio Vostok 1-Estaciones seguimiento de tierra en la Unión Soviética: <http://50gagarin.wordpress.com/documentos/la-mision/>
[6].-Véase en la Yuriesfera «Nosotros», con la relación actualizada de los sitios de Internet unidos en esta iniciativa: <http://50gagarin.wordpress.com/nosotros/>
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.