Solo la unión nos falta para completar la obra de nuestra regeneración Simón Bolívar El mundo está amenazado por la hegemonía del imperio norteamericano, que pretende acabar con este planeta. Solo nosotros unidos, partiendo de nuestra conciencia, de nuestro coraje, de nuestra voluntad, podremos lograr lo que Simón Bolívar, nuestro libertador, llamaba «el equilibrio […]
Simón Bolívar
El mundo está amenazado por la hegemonía del imperio norteamericano, que pretende acabar con este planeta. Solo nosotros unidos, partiendo de nuestra conciencia, de nuestro coraje, de nuestra voluntad, podremos lograr lo que Simón Bolívar, nuestro libertador, llamaba «el equilibrio del universo», es decir, un mundo pluripolar. El mundo acepta varios polos, y ese mundo se está levantando. De ahí nuestra solidaridad con las luchas en cualquier parte de este mundo, con las luchas por la liberación y por la dignidad.
Comandante eterno Hugo Chávez, Discurso en la VII Cumbre de la Unión Africana, Republica de Gambia 1 de julio de 2006
El grupo del G77+China, que en la actualidad cuenta con la participación de 133 países miembros de Naciones Unidas, celebra este 2014 su 50 aniversario con Bolivia y Evo Morales en la Presidencia de dicho organismo.
El 14 y 15 y de junio se reunirán en Santa Cruz de la Sierra representantes de los 133 países, entre ellos en torno a 35 jefes de Estado de América Latina y Caribe, África y Asia.
Cartografía geopolítica
Dentro del G77+China se darán cita dos bloques de suma importancia geopolítica, por un lado el del ALBA con la participación confirmada de Raúl Castro (Cuba), Rafael Correa (Ecuador) y Nicolás Maduro (Venezuela), en un momento donde es más importante que nunca el total apoyo y solidaridad con la revolución bolivariana; y por otro lado el de los BRICS, en el que solo falta Rusia en un cuarteto donde estarán representantes de alto nivel de China, India, Sudáfrica y Brasil.
Los BRICS, que concentran un 42% de la población del planeta, y más de un 20% del PIB mundial, están siendo decisivos en la transición del mundo unipolar al mundo multipolar en que estamos inmersos. Los últimos movimientos en el tablero geopolítico, el rol jugado en las crisis de Siria o Ucrania, el reciente acuerdo energético entre China y Rusia por 400.000 millones USD, así como la potencia económica emergente de un Brasil sobre el que se asienta la mayor parte de la Amazonia, dan testimonio de ello.
Es importante el rol a jugar por el G77+China, pues después de la Conferencia de Bandung (Indonesia, 1955) donde se dieron cita 29 países de África y Asia, muchos de ellos en procesos de descolonización e independencia, y que fue germen del nacimiento del Movimiento de Países No Alineados, no ha habido ningún otro intento de conformar un grupo que genere un contrapeso a la hegemonía del Norte capitalista traducida también en un dominio sobre el sistema de Naciones Unidas, organismo que en algún momento debe ser reformado, o mejor aún, sustituido por otro más democrático.
Aportes del G77
Dentro de la historia y el accionar del G77+China, podemos destacar 3 grandes aportes que se relacionan intrínsecamente con la Diplomacia de los Pueblos que viene desarrollando el Estado Plurinacional de Bolivia en el ámbito internacional en general, y en el de Naciones Unidas en particular:
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En 1974, cuando se conmemoraban 10 años de su creación, el G77 logró que Naciones Unidas aprobara la «Declaración sobre el establecimiento de un nuevo orden económico internacional» que debía estar basado en la equidad, igualdad, soberanía, interdependencia, interés común y la cooperación de todos los estados cualesquiera sean sus sistemas económicos y sociales. Declaración importantísima pues venía a cuestionar que el sistema capitalista fuese el único sistema económico posible.
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En 1986, se impulsa en Naciones Unidas la «Declaración sobre el derecho al desarrollo», que defiende el derecho al desarrollo de los países pobres y en vías de desarrollo como elemento central junto a los derechos humanos. Además esta declaración hace referencia a la descolonización, la libre determinación de los pueblos y a una reivindicación central de los países en desarrollo como es el reconocimiento de la soberanía plena de los pueblos sobre sus recursos naturales.
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Finalmente, en las diferentes cumbres sobre desarrollo y cambio climático, el G77+China establece dos elementos fundamentales a la hora de abordar la crisis climática que es parte de la crisis del capitalismo, el de la responsabilidad común pero diferenciada entre los países del Norte y los del Sur, y la responsabilidad histórica que tiene mucho que ver con la deuda climática que el Norte desarrollado y capitalista adquirió con el Sur.
Geopolítica del Sur
A la hora de pensar los resultados de la Cumbre del G77+China que tendrá lugar en Bolivia y que de alguna manera se plasmarán en un documento final, debemos ser conscientes de que si estamos construyendo una transición posneoliberal, nuestras Relaciones Internacionales también deben ser posneoliberales.
En primer lugar es necesario profundizar las relaciones Sur-Sur, generando una desconexión política, económica y de modelos de desarrollo con el Norte capitalista. El Comandante Chávez, al asumir la presidencia del Grupo de los 77 en enero de 2002, comparaba el mundo (dividido artificialmente en varios mundos) con un Titanic donde puede haber pasajeros de primera o segunda categoría, pero si el barco se hunde, todos nos hundimos con él. No podemos permitir que el capitalismo hunda este planeta arrastrándonos al fondo a todos los pueblos del mundo.
Esas relaciones Sur-Sur deben además estar basadas en los principios del ALBA, debemos primar la complementariedad y la solidaridad por encima de la competitividad.
Y para profundizar en base a esos principios deberíamos dotarnos de una herramienta propuesta por Chávez en su discurso de entrega de la presidencia del G77 en enero 2003, el de un Fondo Humanitario Internacional, para combatir de verdad la pobreza, el hambre, la desertificación, las enfermedades endémicas; es decir, para combatir la muerte. Fondo que podría financiarse con un porcentaje de la deuda externa (eterna que decía Fidel), otro porcentaje de los gastos militares, y un impuesto mundial a las transacciones especulativas. El Banco del Sur debería convertirse en un Banco Sur-Sur.
Otro pilar fundamental en la propia historia del G77 es el de la descolonización, y en ese sentido es urgente dar respuesta a las situaciones neocoloniales que en el caso de América Latina pasa por la recuperación de la soberanía en las Malvinas, Puerto Rico, Guantánamo, o resolver la situación de enclaustramiento de Bolivia. A la descolonización hay que sumarle también la Interculturalidad, para disputarle la hegemonía al capitalismo también en el ámbito cultural.
Y si hablamos de cultura, no podemos olvidarnos, y más con todo lo que está sucediendo en Venezuela, de la necesidad de la disputa también en el ámbito comunicativo. Al terrorismo informativo hay que combatirle con el impulso de medios contrahegemónicos del Sur y para el Sur, como teleSUR o HispanTv.
Finalmente, deberíamos recoger el espíritu de la Declaración de La Habana hecha por la CELAC este 2014 declarando América Latina como Zona de Paz. Debemos impulsar una Geopolítica Sur-Sur de la Paz, que pase por la desmilitarización de nuestros países, que deben estar libres de bases militares estadounidenses así como el rechazo al espionaje y la injerencia sobre terceros países.
Todo ello en la búsqueda de la justicia social, que es el camino para la libertad de nuestros pueblos. Ya lo dijo Chávez citando a Bolívar en ese 2002 que tomaba posesión de la Presidencia del Grupo de los 77: «Hagamos triunfar la justicia y triunfara la libertad».
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