¡Qué horror! Ecuador consta en la lista negra del GAFISUD, parte del GAFI, institución intergubernamental creada por el G7 con el propósito de desarrollar políticas para investigar y combatir el lavado de dinero. Pero más allá de dicha intención, su real finalidad es la de controlar las operaciones financieras de los países periféricos, que, aunque […]
¡Qué horror! Ecuador consta en la lista negra del GAFISUD, parte del GAFI, institución intergubernamental creada por el G7 con el propósito de desarrollar políticas para investigar y combatir el lavado de dinero. Pero más allá de dicha intención, su real finalidad es la de controlar las operaciones financieras de los países periféricos, que, aunque quisieran, no podrían ocultar operaciones grandes de lavado de dinero, que no las tienen. Se cumpliría así una especie de ley: como el lavado de dólares rinde altos réditos y en él está sumergido todo el sistema financiero mundial, el GAFI se tapa un ojo y cierra el otro para no ver qué entidades financieras, que pululan por doquier en los países ricos del norte, se dedican a lavar masivamente el dinero de la droga.
Según el semanario inglés, The Observer, una»nueva investigación ha revelado que los vastos beneficios obtenidos de la producción y tráfico de drogas se recogen en ricos países ‘consumidores’… en lugar de países ‘productores’ desgarrados por la guerra como Colombia y México». En este mismo órgano, Antonio Maria Costa, quien fuera jefe de la Oficina de la ONU sobre Drogas y Crimen, dijo haber comprobado que «los ingresos del crimen organizado eran el único capital líquido de inversión disponible en algunos bancos al borde del colapso» y que «la mayor parte de los 352.000 millones de dólares de beneficios de las drogas fueron absorbidos por el sistema económico».
Sin identificar a nadie, manifestó que muchos bancos fueron rescatados de esa manera, que aquel dinero se ha lavado eficientemente y forma ahora parte del sistema financiero. Se calcula que en la banca de los países consumidores del primer mundo, donde labora la verdadera mafia, nunca buscada por el FBI ni denunciada por el GAFI, se lava no menos del 90% del dinero sucio. Hubo una financiera que lavó la bicoca de 378.400 millones y que después pagó 110 millones de dólares de confiscación, incluida una multa por 50 millones de dólares, sin que ninguno de sus funcionarios haya sido enjuiciado. Todo esto porque no se persigue al pez gordo sino al pequeño, en este caso Ecuador. Lo curioso del caso es que la prensa grande, por algo llamada amarilla, no se entera de nada y denuncia en primera plana que Ecuador se ha convertido en un paraíso fiscal mientras calla que el gran lavado se da en Londres y New York.
Para ella, Jesús dijo: ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
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