Como anticipábamos, el poder en la sombra de EE.UU. que perdió la mano en las últimas elecciones, no ha dado su brazo a torcer. Ya ha comenzado a mostrar sus aldabonazos estratégicos para obligar e recuperar el intervencionismo militar estadounidense en Asia Occidental y emprender una nueva escalada bélica. La excusa fabricada es de las […]
Como anticipábamos, el poder en la sombra de EE.UU. que perdió la mano en las últimas elecciones, no ha dado su brazo a torcer. Ya ha comenzado a mostrar sus aldabonazos estratégicos para obligar e recuperar el intervencionismo militar estadounidense en Asia Occidental y emprender una nueva escalada bélica.
La excusa fabricada es de las habituales: armas químicas. Armas que como «las de destrucción masiva» iraquíes, nunca se comprueban. Ni se espera a hacerlo. Porque esas armas químicas se están fabricando en territorio controlado por los terroristas y mercenarios financiados por EE.UU., Arabia Saudí y Qatar, entre otros. Pero qué más da.
Fijémonos en quiénes se alegran en la región de este ataque. Quienes sí que están utilizando armas de destrucción masiva a mansalva contra poblaciones indefensas: 1. Israel, famoso por reírse de todas las resoluciones de la asamblea general de la ONU y realizar un genocidio del pueblo palestino; 2. Arabia Saudita, que está masacrando a la población civil yemení y ha acabado con toda la red de hospitales e infraestructuras del país, además de mantener en casa una sociedad medieval; 3. Turquía, que con su particular genocidio del pueblo kurdo y la barbarie generalizada contra su propia población y contra la siria, se siente emocionada por el bombardeo estadounidense.
Mientras tanto, los adláteres europeos de Washington, muy especialmente Inglaterra y Francia, coordinan una ofensiva a través de los yihadistas contra las ciudades sirias de Damasco y Hama para obligar al Ejército Árabe Sirio a concentrarse en su defensa, debilitando así la presencia de tropas del gobierno alrededor de Raqqa. De esta forma pretenden también organizar la huida de los yihadistas concentrados en Raqqa hacia la frontera turca.
A juzgar por su actitud precedente, parte de nuestras izquierdas parecerían alegrarse de que EE.UU. intervenga contra los malvados rusos y contra Asad, y se esfuerce por «un futuro sin Asad». Como si a EE.UU. le importase un pimiento la democracia. Lo que busca es un nuevo gobierno títere o, en su defecto, desmembrar Siria para que no haya ninguna oposición a su presencia y al dominio de las potencias genocidas aliadas suyas en la zona. Hace tiempo que la «oposición moderada» siria ha sido borrada del mapa por el «Estado islámico» y las sucursales de Al-Qaeda, que son los verdaderos mimbres con los que se pretende hacer la «nueva Siria».
El bombardeo directo y unilateral, sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, a Siria, a la base aérea de Shayrat , la segunda del país, deja en patente evidencia que EE.UU. no va a abandonar a sus terroristas fácilmente, y que ante el avance del ejército sirio está dispuesto a enfrentarle de forma directa, ya que sus mercenarios y cuerpos de ejército yihadistas interpuestos son incapaces. El hasta el momento inteligente juego ruso sobre el terreno no ha dejado más remedio a EE.UU. y sus adláteres que mostrar claramente su juego. Un juego enormemente peligroso, que pone al planeta entero en amenaza de guerra.
¿Tan desesperada está la primera potencia para llevarnos a la Guerra Total? La mayoría de nosotros no queremos creerlo, pero sin embargo cada vez da más signos evidentes de que está desesperada. EE.UU. está tensando la cadena del estallido militar en Ucrania, en Siria, en el Mar de China, en Corea… Demasiados eslabones a punto de romperse como para no tener miedo.
Las sociedades europeas deberían reaccionar urgentemente contra esto. El movimiento Anti-Guerra y por la Paz tendría que ser una de nuestras prioridades inmediatas, más perentorias.
Por cierto, podéis comprobar en el enlace adjunto en qué dimensión se juegan los nuevos tipos de guerra que nos están haciendo. ¡Ojo cuando salimos a la calle, a manifestarnos o a concentrarnos, contra quién o para qué!: http://www.voltairenet.org/article195716.html
Confieso que estoy asustado
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.