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El 57% de los latinoamericanos considera que las inversiones españolas han sido menos beneficiosas de lo esperado

América Latina se rebela contra un nuevo colonialismo

Fuentes: Público

«Del año 90 al 2006, llegaron las inversiones… ¿dónde llega un inversionista? ¡No nos engañemos! No va a un país empobrecido a ayudar. Eso es el cuento. Llegan a hacer el negocio de su vida. Buscan gobiernos peleles para mantener el control sobre nuestras naciones. Pero en cuanto sus beneficios descienden, se van. El inversor […]

«Del año 90 al 2006, llegaron las inversiones… ¿dónde llega un inversionista? ¡No nos engañemos! No va a un país empobrecido a ayudar. Eso es el cuento. Llegan a hacer el negocio de su vida. Buscan gobiernos peleles para mantener el control sobre nuestras naciones. Pero en cuanto sus beneficios descienden, se van. El inversor no juega con su plata». Quien así habla, quien con tanta contundencia se expresa es Daniel Ortega, presidente de Nicaragua.

Sus palabras activaron una cadena de denuncias sobre la actividad de algunas empresas españolas que pusieron en pie de guerra a la XVII Cumbre Iberoaméricana celebrada la semana pasada en Santiago.

Pero el alegato de Ortega frente a propuestas liberalizadoras del mercado como antídoto contra la pobreza parecen difícilmente rebatibles. Datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) indican que 234 millones siguen viviendo en la pobreza y 107 millones son pobres de solemnidad. Además, 80 millones carecen de agua potable. La conclusión es demoledora: en los últimos 17 años en los que España se ha convertido en el principal inversor europeo y el segundo del mundo tras EEUU en el continente, las diferencias entre ricos y pobres no se han reducido, sino que se han incrementado. El resultado es que el 57% de sus ciudadanos no cree ya en la buena fe de las inversiones españolas, según el Latinobarómetro.

«Exitosas económicamente pero desprestigiadas socialmente», indican desde algunas cancillerías latinoamericanas. Las denuncias contra las multinacionales españoles se acumulan. Una afecta a la multinacional petrolera Repsol YPF, que en 2004 incrementó sus ganancias un 29,4% gracias al crudo extraído en Bolivia. Ahora, se enfrenta a una demanda de Ecologistas en Acción por su presencia en siete parques protegidos del país andino, algo impensable que se repitiera en España.

La banca tampoco se libra del azote de un huracán que, para algunos, sólo ha comenzado. Human Rights Watch y varios movimientos indígenas acusan al BBVA y al Banco de Santander de financiar proyectos de ética dudosa relacionados con minas de oro, cobre y zinc, oleoductos y gasoductos que contradicen los estándares de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), la contribución activa, pero voluntaria de las empresas al mejoramiento global del lugar

donde actúan .

Se refieren a la mina Yanacocha de Perú, el segundo yacimiento de oro más grande del planeta, que en 2000 causó una intoxicación masiva con un vertido incontrolado de cianuro en las aguas de la zona. La contaminación provocó el desplazamiento forzoso de 70 familias indígenas. Estos grupos responsabilizan al BBVA de haber prestado 100 millones de dólares a sus administradores mineros.

Teléfonos de Perú, antes de ser adquirida por la española Telefónica, tenía 12.094 trabajadores. Ahora son 3.823. En Colombia, la inversión extranjera durante estas dos últimas décadas se ha incrementado en más de 4.000 millones pero el Producto Interior Bruto (PIB) sigue congelado en sus bajos niveles de siempre, la tasa de paro creció tras las privatizaciones y el índice de pobreza se disparó.

Desde el Observatorio de las Multinacionales de América Latina (OMAL) apuntan que una de las causas de estos excesos es el manejo magistral «que empresas como Repsol» hacen de los criterios de la Responsabilidad Social Corporativa, «el arte del lavado de cara». En su opinión, aparecen como mecenas en el mundo del arte (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona), en la música (trabaja con la UNESCO), en universidades (apoya cursos de verano, investigaciones, becas..), otorga premios medioambientales, apoya programas de cooperación al desarrollo o dispone de etiquetas verdes en todos sus productos.

Incluso sus códigos de conducta y sus mecanismos de autorregulación exigen respeto a los derechos humanos. «Ahora bien, sus inversiones, ganancias y riesgos están sujetos al Derecho Internacional del Comercio, derecho duro, imperativo, coercitivo, sancionador y tutelado por tribunales económicos cuyas sentencias sí son de obligado cumplimiento», indican desde OMAL.

Fernando Casado, director del Centro de Alianzas para el Desarrollo (CAD), reconoce que el desembarco empresarial español en América Latina aporta el 9% del PIB del continente «algo muy importante». Sin embargo, admite que los cambios políticos experimentados en países como Ecuador, Venezuela o Bolivia exigen «una nueva fase de relaciones». Casado cree que España debe fomentar el diálogo con las administraciones locales. «El futuro pasa por las alianzas público-privadas y una mayor implicación social de las empresas». Nada nuevo. Al menos para John Kenneth Galbraith que recuerda el hecho de que el mercado no produzca óptimos resultados sociales «hace tiempo que fue reconocido por los economistas».

Algunas sombras empresariales sin respuesta

Bombas de racimo

  Human Rights Watch, en su informe, ‘Inversiones explosivas’ incluyó al BBVA y al Banco Santander de financiar a compañías que extraían mineral en Latinoamérica con destino a la fabricación de bombas de racimo, que en 2006 mataron a 3.830 personas en Irak y Líbano.

Pueblos indígenas

l Gobierno peruano de Alan García mantiene paralizado un plan de Repsol de prospección en una zona selvática donde viven 15 pueblos indígenas no contactados. El motivo es que «no tuvo en cuenta la existencia de estas comunidades en su evaluación de impacto ambiental».

Apropiación de tierras

  Endesa fue llevada a los tribunales en Chile acusada de «usurpar la tierra» de pueblos mapuches.

Sentencia simbólica

  El Tribunal Permanente de los Pueblos, un organismo de expertos que juzga posibles delitos de forma simbólica, consideró «corresponsable» a Repsol de actos de violencia provocados por paramilitares en la zona petrolera colombiana de Arauca.

Electricidad

Unión Fenosa ha sido denunciada en Nicaragua por mantener sin electricidad a más de 600.000 personas.

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ARGENTINA

Argentina: Gran enfado con las empresas

FEDERICO PEÑA – Buenos Aires – 18/11/2007 13:47

La crisis de 2001 coincidió con el éxodo de argentinos a España y la revisión del papel de las transnacionales españolas que desembarcaron en el país bajo la presidencia de Carlos Menem. Los argentinos no ocultan su decepción por el trato recibido por los compatriotas en España y sacan a relucir la política de puertas abiertas para los exiliados del franquismo, o recuerdan los embarques de alimentos de Evita. Pero la imagen negativa de España tiene como principal diana a las transnacionales que desembarcaron en los años 90, como Telefónica, Iberia y Repsol y que convirtieron a España en el principal inversor en el país.

«Algunas privatizaciones estuvieron bien hechas y otras no tanto, y estas tuvieron más prensa. Argentina fue el tubo de ensayo de las inversiones españolas en el continente, y se cometieron errores que no se repitieron en Chile o Brasil», dice Alejandro Maglione,

ex presidente del Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa de la Cámara Española de Comercio.

Néstor Kirchner, que fue gobernador de Santa Cruz en la década menemnista y acompañó la venta de la petrolera pública YPF a Repsol, alimentó después desde la presidencia la visión de que estas empresas se llenaron los bolsillos y se comportaron como aves rapaces. «Son climas de época. Junto con Italia, los argentinos tienen la mejor evaluación y el mayor de los afectos por España. Pero si agregas el término multinacional, la imagen cae mucho. En cambio, términos como nacionalización tienen una alta aceptación», opina Eduardo Fidanza, director de Poliarquía, una empresa de sondeos. Según Fidanza, España es vista como «un ejemplo político y económico».

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MÉXICO

México: El monumento a la conquista

SERGIO RODRÍGUEZ – México – 18/11/2007 14:10

En México, España es el segundo mayor inversor extranjero con un 10%, aunque muy por detrás del gran vecino EEUU. En lo fundamental, esta inversión se encuentra en el sector financiero.

Otro caso importante es el sector turístico, en la Rivera Maya, la zona más exclusiva de México, y en particular, Cancún. El 70% de la inversión hotelera en la zona es de origen español. Se trata de una zona hotelera dirigida fundamentalmente al turista europeo y norteamericano. Desde hace algunos años, hay vuelos directos de España a Cancún.

El gran desarrollo inmobiliario que ha permitido la construcción de un sinnúmero de hoteles, parques recreativos, zonas de esparcimiento, ha significado una gran destrucción ecológica. Muchos especialistas ubicaron los efectos devastadores del huracán Wilma como producto del desastre ecológico que se vive en la región. Un ejemplo: como consecuencia del desarrollo turístico desaparecieron 272 hectáreas

de manglares.

Marcelo Ebrard, jefe de gobierno de la Ciudad de México del Partido de la Revolución Democrática anunció que, para festejar el bicentenario de la independencia, construiría la torre más alta de América Latina, de unos 300 metros, que costará 300 millones de dólares y que será una coinversión en la cual estaría el grupo español Pontegadea, propiedad de Amancio Ortega.

Muchos mexicanos consideran una broma de mal gusto el hecho de que para festejar la independencia de México se construya un edificio que, como dijo una de las señoras que participó en lo que fue auténtica revuelta ciudadana para evitar dicha construcción: «sería el monumento a la segunda conquista».

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BRASIL

Brasil: El otro imperio

BERNARDO GUTIÉRREZ – Rio de Janeiro – 18/11/2007 14:14

Para los brasileños España fue el otro imperio. El enemigo de una Portugal que, a ojos brasileños, fue casi siempre más incompetente.
Por eso la invasión económica española en Brasil no tiene un trasfondo tan político-histórico. Se critica el neocolonialismo. Pero con matices. Desde el año 1995, cuando comenzaron las privatizaciones en Brasil, España se ha convertido en el segundo inversor del país. Con más de 35.000 millones de dólares de inversión acumulada, apenas EEUU supera a España. Y en 1998 y 2000, la armada invencible liderada por Telefónica, Grupo Santander, Endesa, Iberdrola, Repsol, Gas Natural y MAPFRE, entre otras, propiciaron que España fuese el primer inversor. Y después, el efecto llamada. Centenares de empresas españolas instalándose en el reino de Lula. Toda una reconquista económica del territorio que el tratado de Tordesillas de 1494 otorgaba prácticamente a España y que Portugal fue invadiendo con sigilo.
Para José Manuel Rodríguez, consejero de Economía de la embajada española en Brasil, la imagen de las inversiones españolas es buena. «Principalmente los políticos y empresarios, tienen
una opinión excelente. Pero el ciudadano también, pues
se abaratan costos», asegura Rodríguez.
Pero no es oro todo lo que reluce. Joan Clos pasó a finales de octubre por Brasil, entre otras cosas, para apagar incendios. Después de que OHL consiguiese licitaciones de varias autopistas, de que Telefónica comprase la operadora móvil TIM y de que el Santander absorbiese el Banco Real, los empresarios brasileños acusan a España de una «segunda colonización». Incluso de competencia desleal.
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BOLIVIA

Bolivia: El indigenismo de Morales

CARLOS MORALES PEÑA – La Paz – 18/11/2007 14:21

«Las relaciones con España están en su mejor momento», subraya el portavoz de la Presidencia de Bolivia, Álex Contreras, respecto al impacto que tendría sobre las relaciones bilaterales el impasse surgido entre el presidente Evo Morales y el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar.

El 26 de marzo, Aznar cuestionó el «indigenismo racista» del líder boliviano. Evo le contestó sin mayores estridencias: «Aznar me trató de indigenista, de racista y yo no respondí nada. Siento que algunos racistas nos tratan de racistas».

Contreras insiste: «España está apoyando el proceso de transformación y la revolución democrática que está impulsando Evo Morales». Cumpliendo con una vieja promesa, la administración del socialista José Luis Rodríguez Zapatero entregará en noviembre 700 ambulancias cuyo valor asciende a 9 millones de euros, para fortalecer los programas de salud pública en 327 municipios. A esto se suman los 60 millones de dólares anuales que Bolivia recibe de España para programas sociales y de desarrollo alternativo.

Lo que Contreras no quiere reconocer es que las relaciones entre La Paz y Madrid, en realidad, han retrocedido tras la puesta en marcha de la política de nacionalización de los hidrocarburos, en mayo de 2006, que afectó directamente los intereses de la petrolera hispano-argentina Repsol-YPF.

Morales atacó directamente a las cumbres iberoamericanas, uno de los puntales de la política exterior de España en América Latina, y las calificó de «reductos neoliberales». A esto se suma el discurso fuertemente indigenista y anticolonial que propugna el presidente boliviano.