ATENCO, PUEBLO DE LUCHA Y DE TIERRAS El Jueves 4 de mayo de 2006 en un artículo titulado «Jornada de violencia», publicado por el diario La Jornada y firmado por Juan Balboa se puede leer: «7:00 horas. La policía municipal de Texcoco se enfrenta a comerciantes ambulantes integrantes del Frente de Pueblos Unidos en Defensa […]
El Jueves 4 de mayo de 2006 en un artículo titulado «Jornada de violencia», publicado por el diario La Jornada y firmado por Juan Balboa se puede leer:
«7:00 horas. La policía municipal de Texcoco se enfrenta a comerciantes ambulantes integrantes del Frente de Pueblos Unidos en Defensa de la Tierra, (con sede en San Salador Atenco) a los que pretendía desalojar del mercado Belisario Domínguez…»
«8:30. Decenas de personas, entre las que había mujeres y niños, se atrincheran en una casa de la calle Morelos, a media cuadra de donde ocurre el enfrentamiento, en el centro de Texcoco. Los inconformes aseguran que no se rendirán y defenderán sus derechos «hasta con la sangre». Unas tres centenas de policías municipales y estatales toman posiciones entre las calles Cristóbal Colón, Manuel González y Morelos».
En el inter los comerciantes se atrincheran en una casa de la que pocos días después se sabe fueron desalojados por la Policía estatal, municipal y la Federal Preventiva, en forma por demás violenta y al más puro estilo de los comandos primermundistas.
«11:20. Habitantes de San Salvador Atenco, estado de México, secuestran a dos agentes municipales de Ecatepec que transitaban por la carretera México-Texcoco. Este hecho ocurre en el tramo bloqueado por los atenquenses en demanda de la libertad de los comerciantes…»
«13:30. Agentes de las policías municipal, estatal y federal intentan sin éxito desalojar a los habitantes de San Salvador Atenco de la carretera federal México-Texcoco. Los uniformados son recibidos con una andanada de piedras, botellas y cohetones. En tanto, la policía municipal, Seguridad Pública del Estado y la Policía Federal Preventiva (PFP) contraatacan con gases lacrimógenos. Ante su fracaso, los policías se retiran a 2 kilómetros del poblado, donde se reagrupan para intentar una nueva incursión».
«14:00. Comerciantes de Texcoco, apoyados por un número creciente de habitantes de San Salvador Atenco, mantienen el bloqueo de la carretera federal Texcoco-Lechería, a la altura del kilómetro 26».
«14:20. Los cuerpos policiacos municipal, estatal y federal emprenden un nuevo intento por desalojar a los ejidatarios que bloquean la carretera Texcoco-Lechería,…Después de un enfrentamiento de unos 20 minutos, el intento por desalojar el bloqueo fracasa y los uniformados, aproximadamente 400, retroceden».
«14:40. Unas 10 personas detienen a un policía federal que queda rezagado tras el enfrentamiento y le propinan tremenda golpiza. El agente queda inmóvil sobre el piso hasta que es rescatado por sus compañeros….»
«15:15. Suenan las campañas de las iglesias de San Salvador Atenco llamando a los lugareños a concentrarse en las entradas del poblado y en la carretera Texcoco-Lechería».
Con esto se inicia una de las acciones más violentas y represivas que se haya realizado en contra de la población civil, al día siguiente se relatan los siguiente eventos según los reporteros Javier Salinas, Rene Ramon, Gustavo Castillo, Roberto Garduño del periódico La Jornada
«A las 6 de la mañana, en el paraje La Pastoría, donde se ubica el puente de la carretera Texcoco-Lechería, se registró el primer enfrentamiento. Medio centenar de atenquenses fueron replegados con facilidad por los policías, que desde ese momento utilizaron una carga incesante de granadas lacrimógenas para dispersar a los pobladores.
Del lado contrario, en Acuexcomac, la fuerza federal -que iba a la vanguardia- no tuvo resistencia; el centenar de personas que bloqueaban el paso huyeron y sin ningún contratiempo fue liberada la vía.
Mientras los federales avanzaban contra el último retén, algunos se acercaron a la larga fila de tráileres que permanecían varados en el sentido contrario, y en algunos casos rompiendo cristales obligaron a los conductores a despejar el camino: »¡Vamos, rápido, limpien la carretera!», fue la orden a los adormilados choferes.
El avance de la fuerza policiaca federal se complicó en la bocacalle de la avenida Fresno, donde unos 200 jóvenes trataron de impedir el paso, pero fueron replegados en menos de 10 minutos con una notable nube de gas lacrimógeno.
La entrada rumbo al centro del poblado, donde se ubican el auditorio ejidal y el palacio municipal, se acompañó de estruendos producidos por petardos, cohetones y lanzagranadas. A las 7 de la mañana aparecieron en la retaguardia los agentes de la policía local. Con el desdoblamiento de los contingentes de la fuerza pública (para ese momento unos 3 mil), el paso por las calles que desembocan en la plaza se abrió sin mucha dificultad. Del lado sur del pueblo surgió la escasa resistencia de los atenquenses.
A las 7:30 de la mañana comenzó la detención de los últimos hombres y mujeres que resistieron. La calle Florida se convirtió en un corredor de violencia inaudita».
Es así como se reinicia la violencia en el poblado de San Salvador Atenco, pero ¿Quiénes son los atenquenses? Y ¿Cuál es la historia de este pueblo?
El origen de Texcoco se remonta la siglo XIV. La palabra Texcoco significa «lugar de acogimiento» o «lugar para entretenerse», se funda como señorío de los Chichimecas, hay que recordar que estos indígenas son recordados en la historia por su bravura y coraje y que en sus inicios era una tribu nómada por su dedicación a la caza, se dice que fué Xólotl el rey que los arraigó, en principio logrando la crianza de conejos, liebres y venados. Años después el nieto del mencionado rey, Quinatzin comisionó a dos señores para la creación de corrales, estos lejos de cumplir el cometido destruyeron los corrales por lo que fueron desterrados.
Años después por influencia de un descendiente de los Toltecas llamado Xiuhtlato se inició el cultivo de maíz. El rey Chichimeca Nopaltzin ordenó la siembra de éste en todas sus tierras, su hijo Tlotzin obligó a su pueblo a dedicarse a este cultivo.
Hacia la segunda mitad del siglo XIV en Texcoco crecen palacios, jardines y albercas, destinados a las transacciones comerciales, los planos de algunas de estas construcciones son atribuidas al mismo Nezahualcóyotl, como la casa de Mapa Quinatzin. Para la época de la conquista esta zona tenía 140,000 casas y una extensión de tres o cuatro leguas.
Texcoco es también el lugar donde se funda la escuela para niños indígenas en 1523 por Freey Pedro de Gante, y donde nace el término tequitqui, como palabra que significa «síntesis cultural».
En esta época la Orden Jesuita juega un papel preponderante en la evangelización y la enseñanza de los indígenas, sobresaliendo Juan de Tovar, así como la fundación del Seminario de Indios de San Martín en 1767.
La primera cita histórica de San Salvador Atenco es hacia el año de 1740, cuando se menciona, junto con Chiconcuac, como uno de los lugares donde de teje la lana, a pesar de las crisis del comercio.
La segunda mención que se hace de Atenco es en 1810 cuando junto con Metepec y Santiago, la gente de estos pueblos participa en la Independencia de México.
Es en 1909 cuando Andrés Molina ya menciona en su libro «Los grandes problemas nacionales» las dificultades creadas por el latifundismo y una preeminencia del nacionalismo criollo.
Por otro lado en 1927 la revuelta por el descontento de la reelección de Obregón tiene como «Teatro de los preliminares de la rebelión» a Texcoco. Y en 1930 se promueve, casi por excepción, el vivero de Atenco.
Es bien cierto que alguno de los ejidos de San Salvador Atenco tiene problemas de suelos salitrosos, pero también es cierto que gran parte del siglo XIX y de la primera mitad del XX los ejidatarios han luchado para hacer de este suelo tierra fértil para cultivo tanto de temporal como de riego.
Desde lo anterior se pueden desprender la comprensión de algunas posturas actuales de la gente de San Salvador Atenco, la primera es que desciende de un linaje guerrero, pero también de una cultura conciente de la importancia de la tierra y de su cultivo.
La segunda postura que se entiende es que no es una población de reciente creación carente de arraigo histórico-cultural, por el contrario es una población que tiene más de trecientos años con un sentido de pertenencia y que por lo tanto no es ni fácil, ni justo «trasplantarlos» ni física ni culturalmente hablando.
Tercera, que el cultivo del suelo ha sido una tradición regional de al menos seiscientos años y que su origen está entre los antepasados de quienes hoy habitan esa región.
Finalmente, cuarta, que la zona de Texcoco ha ido perdiendo sus riquezas siempre en beneficio de una tierra y un pueblo que no es el de ellos, y cuyo mejor ejemplo es la desecación del lago de Texcoco para beneficio del Distrito Federal, finalmente heredero de un pueblo opresor, los Aztecas, del que siempre han estado buscando su liberación.
Antecedentes
El 22 de octubre de 2001 se anunció por parte del gobierno federal el decreto de expropiación de las tierras de los ejidos de la zona de Texcoco para la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
Los ejidos afectados por este decreto son 13:
San Salvador Atenco donde se expropian 1,096 hectáreas y 1482 ejidatarios (95% en contra)
Santa Isabel Ixtapan se afectan 1,267 hectáreas y 601 ejidatarios (50% de acuerdo)
Colonia Fco. I Madero, 290 hectáreas y 326 ejidatarios (100% en contra)
San Francisco Acuexcomac, 247 hectáreas y 200 ejidatarios. (90% en contra)
Nexquipayac, 900 hectáreas y 677 ejidatarios (75% a favor)
Teocuila, 611 hectáreas y 611 ejidatarios (90% en contra)
San Felipe y Santa Cruz de Abajo 243 hectáreas y 243 ejidatarios (100% en contra)
Magdalena Panoaya, 37 hectáreas y 24 ejidatarios (100% en contra)
Santiago Cuautlalpan, 136 hectáreas y 78 ejidatarios (100% a favor)
Huexotla, 91 hectáreas y 54 ejidatarios (50% a favor)
San Martín Netzahualcoyotl 176 hectáreas y 38 ejidatarios (100% a favor)
San Bernardino 308 hectáreas y 369 ejidatarios (100% a favor)
Chimalhuacán 470 hectáreas y 398 ejidatarios (100% a favor)
En el caso de San Salvador Atenco la expropiación de las 1,092 hectáreas prácticamente hacen desparecer el municipio. De la misma forma hay que hacer la aclaración de que el Comisario municipal desde el inicio tenía la instrucción del consejo del pueblo de manifestarse en contra de la expropiación, al no manifestar la inconformidad frete al gobierno del Estado de México y al salir el decreto el mencionado funcionario público desapareció del pueblo y no se ha presentado nuevamente.
Por otra parte la oferta inicial de pago fue de $7.00 M.N.M., por hectárea, aunque posteriormente fue cambiada a $70.00 M.N.M., se dice que frete a esta segunda postura cedieron doce de los trece municipios afectados, aunque, como se puede ver en la información anterior al menos seis de los trece están mayoritariamente en contra. A partir de estos hechos el pueblo de San Salvador Atenco, apoyados por San Francisco Acuexcomac, San Felipe y Santa Cruz de Abajo y Magdalena Panoaya , han manifestado su inconformidad por la construcción de la terminal aérea.
Después de haber intentado el diálogo con el Gobernador Arturo Montiel y de solo haber obtenido largas y promesas no cumplidas, y de haber iniciar bloqueos carreteros locales y de corto tiempo, el 14 de noviembre del 2001, deciden marchar hacia la Ciudad de México, donde lejos de obtener el buscado espacio de escucha encontraron la resistencia de la policía del D.F.
El 25 de Abril del presente año, estando ya en resistencia y buscando el diálogo con el titular de Seguridad Pública del Estado de México, son bloqueados por dos patrullas, una de ellas la No. 15044, a las cuales se les enfrentan y someten a los elementos de la policía y quitándoles los autos, dos R-15 y tres pistolas. En pocas horas se presentaron el Comandante de la 20ª Región, el técnico operativo de la misma zona, el comandante de la policía de Chiconcuac y una de las víctimas para recuperar sus implementos, la condición fue que respetaran las movilizaciones, se programaba para el siguiente viernes 3 de mayo un bloqueo de la carretera federal Texcoco-Lechería. Las manifestaciones y marchas a la Ciudad de México, a la Secretaría de Gobernación y a la plaza de la Constitución, con los machetes como herramienta de trabajo y símbolo de lucha, se multiplican.
De lo expuesto es claro y definitiva la inconformidad de los ejidatarios por la construcción del aeropuerto y la decisión de que esta no se lleve a cabo.
El Altercado de 11 de julio del 2002
Cuentan que eran como las 12 :30 hrs cuando un grupo entre 30 y 40 campesinos caminaban a la cabecera municipal de Atenco para realizar un acto frete al gobernador Arturo Montiel, para protesta, una vez más en contra de la construcción del aeropuerto de la Ciudad de México a construirse sobre territorio ejidal de TExcoco. La marcha la iniciaban los líderes del movimiento Adán Espinosa e Ignacio del Valle. Al acercarse al pueblo de Sta. Catarina por la vía carretera de Acolman-Pirámides encontraron atravesado en dicha vía un camión Torton de color rojo donde se encontraban policías del Estado de México que les pretendían impedir el paso. Con el fin de evitar enfrentamientos la marcha la columna capesina bajó por una canaleta de la carretera para continuar su marcha.
Poca más adelante se encontraron una valla de policías estatales acompañados de fuerzas antimotines, se intentó el diálogo durante casi una hora, en tanto algunos compañeros se regresaron al pueblo para pedir ayuda; apenas llegaban 120 campesinos más, cuando de entre las milpas salieron unos cien elementos de la fuerza policíaca vestidos de negro, que encararon de forma agresiva a los manifestantes, los cuales se replegaron pero, en respuesta, los antimotines arrojaron gases lacrimógenos y dispararon balas de madera a los campesinos.
El enfrentamiento cobró víctimas de ambos bandos, sin embargo los campesinos que iban cayendo eran golpeado, aún en el suelo por las fuerzas del orden, es de señalarse el caso de uno de éstos apodado el Zapata, quien fué vapuleado en el suelo hasta casi perder la conciencia, los policías le decían: «¿no que muy chingón?». Mientras el resto de los policías, agredían a cuanto civil se aproximaba.
Al verse en esta situación los campesinos corrieron a refugiarse en las casas cercanas, o huían en las camionetas que quedaban en buen estado, ya que dos habían sido destruidas en la trifulca. las operaciones policíacas eran dirigidas desde el aire por helicóptero que instruía dónde estaban los manifestantes que corrían, los detectaban y detenían.
Esa noche fueron al menos 300 detenidos en la subprocuraduría de Texcoco, en ese mismo momento los pobladores de San Salvador Atenco bloqueaban la carretera federal Texcoco-Lechería. Al medio día del día 11 de julio se reunían en la plaza de ATenco al rededor de 3,500 personas para cerrar de forma definitiva esa arteria vial y armarse con cuanto pudieron, a la entrada de Acuexcomac quemaron tres patrullas, una de la policía judicial, otra de la auxiliar del estado y la tercera de Seguridad Pública.
Sobre el camino estaban restos de otros dos autos, un de la Bancaria Industrial y un VW particular.
Al no saber la suerte de familiares y amigos detenidos o heridos la gente de Atenco retuvo a las primeras cinco personas un custodio, un policía judicial , dos policías bancarios y un técnico en medición de carreteras.
Por otro lado un grupo se presentaba en Texcoco a saber la suerte de los detenidos, donde fueron detenidos y encañonados por un agente judicial, que al ver que no se detenían intentó huir siendo alcanzado y golpeado por los manifestantes. en ese mismo lugar fue retenido el subprocurador de justicia, el jefe de averiguaciones previas, dos agentes y tres ministerios públicos, que fuero llevados al centro de San Salvador Atenco. las demandas para soltar a los retenidos fué solamente la liberación de los detenidos. Por otra parte las personas retenidas en el auditorio municipal de Atenco servían como garantía de que el pueblo no iba a ser tomado por asalto. El subprocurador hacía un llamado a Navarrete Prida, Procurador del Estado, para que respondiera a las solicitudes de diálogo con los campesinos.
Hasta el fin de esa jornada estaban en calidad de desparecidos 17 campesinos.
Los medios de comunicación jugaron un papel interesante en tanto que mientras éstos se dedicaban a satanizar el movimiento campesino, las encuestas de opinión se manifestaban a favor de la negociación y por otorgarles la devolución de sus terrenos al pueblo. La postura de los campesinos era clara y definitiva: «..si nos vamos a morir, nos vamos a morir ahora…pero ellos por delante…»
Como respuesta a los hechos del día 11 de julio, la Secretaría de Gobernación envía refuerzos de la PFP y del Ejército Federal Mexicano al Estado de México para rodear el poblado de San Salvador ATenco, ante este nuevo evento los campesinos declaran estar «..dispuestos a lo que venga…», los ejidatarios esperaban algún contacto de parte del Gobierno Federal para entablar el diálogo, sin embargo este nunca se realizó, los medios de comunicación apoyaban la decisión gubernamental diciendo que «…es estaba actuando apegado a la ley…»Por su parte el gobierno estatal quería la represión, hay que hacer la aclaración de que el gobernador Montiel pertenece al grupo Atlajomulco, que tiene intereses particulares en la construcción de aeropuerto. Por este antecedentes y postura los atenquenses responsabilizan a Montiel de cualquier cosa que les pueda pasar y desconocen al gobernador como interlocutor entre ellos y el gobierno Foxista.
El día 12 los ejidatarios en resistencia proponen al gobierno federal el establecimiento de una mesa de negociaciones, proponiendo como interlocutores a la Sra. Rosario Ibarra de Piedra, al General Francisco Gallardo y al Obispo Emérito de San Cristóbal Don Samuel Ruiz, solo el General acepta ser interlocutor. en tanto al PFP sigue pensando estrategias de asalto a la población. Por su parte los reporteros acreditados tenían libre entrada al centro de Atenco.
El cerco militar se cerraba en torno al pueblo, con amenazas de incursión al más puro estilo de la Guerra de Baja Intensidad.
Arturo Montiel afirma: la ley no se negocia y en «un acto de buena fe´» libera a tres detenidos. Acusando al pueblo de Atenco de estar dejándose manipular por «agitadores profesionales.
El domingo siguiente son liberados todos los detenidos, incluyendo a los dos dirigentes del movimiento que salen bajo fianza, hecho que no agrada a los inconformes.
Ese mismo día por la noche la Secretaría de Gobernación anuncia que se hará una nueva propuesta económica a los pobladores de San Salvador Atenco para la negociación de sus tierras, frente a los reporteros se asegura que no se «verá sangre». el pueblo sigue en vigilia pendiente de cualquier movimiento policiaco.
El día 14 se liberan a todos los detenidos, cinco de ellos bajo fianza que fué pagada de manera anónima, se sospecha que fué el mismo gobierno del Estado el que la liquidó.
Al día siguiente aparece un desplegado en los diarios donde, en su primer punto denominado ¿por qué luchamos? termina el párrafo diciendo «… el decreto debe se revocado porque la tierra es para nosotros, no es una mercancía sino una herencia, nuestra vida. LA TIERRA NO SE VENDE, SE AMA, SE TRABAJA Y SE DEFIENDE» (las mayúsculas son del documento).
Ese mismo día, el 15 de julio, se liberaron los retenidos por los pobladores de Atenco, después de que todos los detenidos regresaron al pueblo, en las diversas entrevistas se hacía hincapié del buen trato que recibieron durante su estancia en el Palacio Municipal del pueblo. Por otra parte se informa del estado de salud, considerado muy grave del Sr. José Enrique Espinosa, quien permanecía en la Unidad de Terapia Intensiva , del Hospital de Lomas Verdes, a consecuencia de la descompensación de la diabetes, secundaria a traumatismos múltiples, en especial de trauma craneal ocasionado por los golpes recibidos en su detención, hay que señalar que hubo tardanza importantes, de casi 48 hrs., en su atención médica.
Ese mismo día los ejidatarios hacen un llamado al gobierno para entablar el diálogo el siguiente miércoles en el auditorio de la Universidad de Chapingo, éste fué ignorado y sin tomar siquiera en cuanta la oferta popular, el Sr. Francisco Kuri, coordinador del proyecto del nuevo aeropuerto cita a los manifestantes para el martes a las 16 hrs, en una de las oficinas de la Secretaría de gobernación, con la intención de replantear el ofrecimiento económico, sin considerara que los ejidatarios ya habían dicho que la tierra no se vende; ofreciendo también la reubiación de los ejidatarios y su incorporación al proyecto del aeropuerto, una vez más sin oír la postura de los campesinos.
Por su parte los ejidatarios formalizan la invitación al diálogo entregando un a invitación en las oficinas de Los Pinos, en la que plantean los cinco puntos de sus peticiones:
Que el diálogo sea de cara al pueblos de México. Con presencia de los medios de comunicación.
Que acuda el presidente o algún funcionario con capacidad de decisión.
Que por parte de los campesinos acudan 10 personas con derecho a participación.
Presencia de 20 personas como asesores.
Y que el único punto a tratar sea la derogación del decreto de expropiación del 22 de octubre del 2001
Ninguna de las dos partes acude a ninguna de las dos citas, el mismo jueves, mientras los ejidatarios esperaban en Chapingo, el Gobierno ofrecía entregar ese día el formato de diálogo, para dar inicio a las pláticas el día 24 del mes en curso, los atenquenses aceptaron.
Paralelamente el gobierno llevaba platicas con los comisarios ejidales, muchos de ellos destituidos por el pueblo.
El día 23 el gobierno propone una nueva oferta para la compra de las tierras $ 50.000 M.N.M., por metro cuadrado, los ejidatarios responde que irán a la negociación pero que la venta de la tierra está fuera de ésta. En cuanto al formato del diálogo gobernación no aceptaba ni la presencia de los medios ni la de los asesores.
El día 24 José E. Espinosa muere a causa de la diabetes descompensada a consecuencia de los golpes recibidos, los ejidatarios responsabilizan de esta muerte al gobierno Federal y al Estatal, en concreto a Vicente fox y a Arturo Montiel. Ese mismo día dos mil ejidatarios rinden homenaje póstumo a Espinosa. La postura de los ejidatarios se radicaliza aún más.
En la reunión en el Archivo General de la Nación, tras los argumentos de bien común desinteresado del gobierno en la construcción del aeropuerto, por parte de los ejidatarios se cuestionó la legalidad de la expropiación, la agresión a los derechos humanos, entre éstos el de movilización y expresión, y una vez más se expresó el deseo de no vender la tierra y un no rotundo a la realización del proyecto. Se esperaba la continuación del diálogo en Chapingo el día 26 a las 2 pm., ante la renuencia a la venta de los terrenos la Secretaría de Gobernación decide no acudir a esta nueva reunión.
La respuesta de los ejidatarios es la denuncia de la ruptura del diálogo por parte del gobierno.
El desenlace:
Después de varios días en un silencio muy a la usanza de los indígenas, donde, si bien no se vieron manifestaciones públicas, si las hubo dentro del perímetro de San Salvador Atenco, y manteniendo al gobierno bajo la advertencia de manifestar su inconformidad ante S.S Juan Pablo II, finalmente el conflicto entre el Gobierno Federal y el pueblo de Atenco tuvo el día de ayer, aparentemente una resolución definitiva cuando el Sr. Presidente Vicente Fox decide suspender la construcción de aeropuerto en Texcoco.
Dicha suspensión fué explícita en un comunicado hecho por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes argumentando la «conciliación del interés general, con los intereses particulares de las comunidades», de la misma forma se comentó el que existen otras opciones para la construcción de la terminal aérea.
Lo anterior, si bien parece ser la resolución del conflicto, el día de ayer por la noche en una entrevista con la Srita. América del Valle, hija de uno de los líderes del movimiento, ella dice que se logró el punto más importante que era la suspensión del decreto de expropiación, queda seguir en la lucha por la autoderminación del pueblo atenquense.
A la pregunta específica, de la entrevistadora, de que significaba esa autodeterminación, ella respondió que el derecho a hacer uso de su tierra de la forma como ellos quieran o decidan.
Es de mencionar que esta resolución no fue producto del diálogo ya que, como se había dicho, éste fué roto como respuesta a la inasistencia de los funcionarios gubernamentales. Según el diario independiente MacheteArte diario, esta decisión por más que se quiera señalar como un acto de buena voluntad del gobierno foxista, la realidad es que fué el resultado de la protesta de un pueblo organizado y que se manifiesta de forma enérgica y si titubeos. Por otro lado el comentario de el reportero de esta fuente es que el éxito se logró mediante la conjunción de acciones contundentes, apoyo popular y acción política.
Lo cierto es que la resolución está tomada y que ésta es a favor de los campesinos. Ojalá y sea la razón la que modificó la postura del gobierno y no, como dice MacheteArte, la fuerza del machete la que doblegó a Fox.
Epílogo, Epíteto o Epicentro…
Hemos tratado de dar una perspectiva del problema que se suscitó en San Salvador Atenco en el año 2001 en este punto me permito hacer un análisis del conflicto desde la óptica que considero más acertada, que es desde la psicología política.
Desde la visión del análisis del discurso que ha hecho el gobierno es obvio que persiste la intención de un doble discurso que se ha venido dando desde el conflicto de Chiapas y desde al menos los gobiernos de Salinas y de Zedillo, el hablar de democracia y el buscar todos los medios legales para el no ejercicio de ésta. Tiene el agravante de que teniendo el problema frete a los ojos no fueron capaces los asesores de la presidencia para detener el problema antes de que éste los situara en una decisión que solo podía terminar en el ceder frente a las demandas de los campesinos o ejercer la fuerza y acallar la demanda, ambas salidas de fuerte compromiso político.
Por otro lado es interesante la lectura del discurso nacionalista, el cual, como dice la sociología postmoderna, frete a la presión de la globalización se fortalece las posturas nacionalistas, este fenómeno es fácilmente identificable en el asunto de Atenco, donde la decisión, arbitraria, por cierto, de la expropiación de los terrenos, hizo que el pueblo se congregara en la manifestación de su inconformidad.
Es de señalar el asunto de la identidad que se logró entre los campesinos implicados en la inconformidad, al grado de unirse a los pobladores más comprometidos y, como fué evidente, negar rotundamente la posibilidad de la venta de la tierra por ser ésta un legado de los ancestros que llegaron a concretar en la figura de Netzahualcoyotl.
Conjugando un poco los dos factores anteriores, se percibe que un sector de la ciudadanía, principalmente grupos minoritarios de clase baja, ha aprendido como se presiona al gobierno desde la agresión armada, aunque el armamento sea simbólico, prueba de ello es que a los pocos días la gente del Barzón realizó una marcha, más «subida de tono». Esa actitud de que el gobierno cede antes de que la respuesta sea la represión, fué uno de los mensajes con costo político para el propio gobierno.
Si duda lo anterior hace entrar en juego un factor de fractalidad, entendiendo esto como el nivel de riesgo en el estar, por un lado, en un movimiento de protesta y las posibilidades de ser reprimidos o de salir vencedores, en otras palabras la relación costo-beneficio de los movimientos populares, y por otra parte el riesgo de vivir en una sociedad con ese nivel de inestabilidad.
Es claro que este asunto adquiere esta dimensiones, como ya lo habíamos dicho, por la falta de oportunidad de detener el conflicto en su fase inicial, es decir evitando la injusticia como primera forma de violencia, pero es que, desde el momento en que se le niega al campesino su derecho a opinar sobre su propia tierra y futuro desde ahí se está negando la dignidad y la otredad, siendo esta negación un signo de los tiempos de la globalización, pero también hay que entender que esa negación más tarde o más temprano tiene un precio que hay que pagar.
Cualquier enfrentamiento entre las posturas globalizadoras y las de integración comunitaria como frente y contraposición de las primeras genera movimientos sociales que vale la pena cuidad en la situación frágil de un país en transición, donde los factores de la amenaza social como son el alto indicie de desempleo, la disminución de los ingresos, al menos en el bolsillo de las clase medias hacia abajo; el incremento en los índices delictivos, y los incrementos, al menos proporcionales, de los índices de precios, señalan una inestabilidad con la que no se puede jugar, menos aún desde decisiones gubernamentales poco pensadas y peor aún susceptibles de ser removidas. El asunto no está en ejercer opresión sobre un pueblo, el asunto está en pensar y buscar la participación ciudadana en un ambiente democrático del que mucho se habla.
Para terminar quiero dedicar unas cuantas palabras al poder de los pobres, es el tercer ejemplo en América Latina de lo que la gente, sobretodo de bajos recursos, está dispuesta a luchar y sacrificar por buscar sus propios triunfos, ya que los gobiernos no están dándole una respuesta ni congruente ni eficiente a las necesidades básicas que la gente espera, es visible que los pueblos, y en particular los pueblos latinoamericanos, no están ya dispuestos la silencio y a la sumisión y espera que sus gobiernos tampoco lo estén, paradójicamente son ahora los gobiernos los que son sumisos ya sea a los gobiernos globalizadores o a las elites financieras.
Como conclusión es de esperarse que el gobierno mexicano aprenda la lección de no permitir que los conflictos lleguen a la necesidad de que el pueblo se revele contra decisiones no del todo pensadas y que aprenda, por otra parte, que la vía de solución solo es un diálogo oportuno donde todas las partes pueda ser tomadas en cuenta.
Esperemos que este asunto de San Salvador Atenco sea el epitafio de los intentos de opresión para el pueblo, ya que de otra forma se puede transformar en el epicentro de las inconformidades, en cuyo caso puede convertirse en la reacción en cadena de una vía, no la ideal, por supuesto, de las resoluciones de los muchos conflictos de poder en nuestro México.
Desde La Filosofía
Juan Carlos Scanonne, en su libro de Teología de la Liberación y praxis popular1, menciona dos proyectos históricos no liberadores, el neocolonialista y el desarrollista de eficientismo tecnocrático, los cuales por distintas razones pretenden, cada uno desde su propia perspectiva la dominación de los pueblos del llamado tercer mundo y en particular los pueblos latinoamericanos, sin embargo es de llamar la atención que con la caída del socialismo y el avance del capitalismo2 en su mas furiosa expresión estos proyectos adquieren una fuerza no solo en forma individual, sino sumatoria, de tal forma que hoy día ambos buscan implantarse en tierras americanas, en particular y como ejemplos de máxima expresión son el Plan Puebla Panamá y el Plan Colombia.
Estos refuerzan lo que Heinz Dieterich Steffan menciona como los «tres flagelos de la humanidad: miseria, guerra y dominación»3, dado que ante la resistencia de los propios pueblos latinoamericanos a estas imposiciones se responde, como menciona Sacnonne 4, en forma de proyectos inversamente subversivos, pero a diferencia de los que menciona este autor de que se mueven dentro de una comprensión del ser y del tiempo propias de la modernidad5, podemos ver que el movimiento se da en un escenario postmoderno donde se juega en la línea del tiempo y del ser en tanto que, sobre todo el movimiento zapatista busca su relación con la raíces históricas de los pueblos del Estado de Chiapas y de alguna forma esto lo lleva a reclamar su esencia, no solo nacionalista, sino su identidad indígena, lo que hace la diferencia con la postura modernista.
Si bien los movimientos citados son los orígenes de estos proyectos inversamente subversivos existen otros que se van sumando a esta reacción y que significan, como dice Steffan «El renacimiento de una praxis liberadora que avanza hacia la sociedad postcapitalista ( y que) se manifiesta en múltiples rebeliones y movimientos populares que abarcan desde el Zapatismo en México, el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, la revolución bolivariana en Venezuela, el levantamiento indígena-popular-militar en Ecuador y el «argentinazo» del 20 de diciembre, hasta las protestas de Seattle y Génova»6
El movimiento zapatista rompe el esquema de la dialéctica Hegeliana, entrando a la línea ontológica de la mediación liberadora, el resultado es la ruptura del diálogo por parte del gobierno y la aprobación de una ley indígena que dejó bastante que desear.
En el movimiento de San Salvador Atenco podemos ver un regreso a la modernidad en cuanto a las formas, pero una franca postura postmoderna en cuanto a la búsqueda de las raíces étnicas, costumbristas y comunitarias, lo que conlleva la autocomprensión y es, quizá, la falta de respuesta del interlocutora gubernamental el que provoca esta respuesta.
Por otra parte es evidente la trasformación del concepto y las funciones del Estado, en principio éste se definía como un ente jurídico que aseguraba el orden y la defensa de los ciudadanos, ahora parece ser que el estado en su concepción globalizadora se torna en administrador de los bienes e intereses de los gobiernos globalizantes y de las elites económicas del propio país, que en no pocas ocasiones sirven a esos mismos amos.
No podemos dejar de mencionar que los medios de los cuales se sirven estos gobiernos siguen siendo las fuerzas represivas que ya mencionaba Althusser7, pero, hoy reforzadas por la tecnología y las estrategias de los ejércitos modernos, mientras que las formas de rebelión y resistencia de los pueblos retoman modelos casi arcaicos producto del la falta de desarrollo que les son propias. El hecho de que en Atenco la forma de manifestarse y de identificarse haya sido el machete tiene un simbolismo doble, por un lado es la herramienta de trabajo, y este tiene un valor propio sobretodo para el modernismo, y por otro lado es el instrumento con el que se trabaja la tierra de manera ancestral, lo cual le da el valor agregado de la relación del hombre y en particular el indígena con su madre (la tierra).
La situación actual amenaza con un regreso a la dialéctica marxista y a la lucha de clases, lo que se plantea como incógnita es que no es una lucha de trabajadores proletarios por el poder, sino que es la lucha de los pueblos indígenas por su subsistencia y su autodereminación acorde con su propia cosmovisión, la pregunta con la que quiero terminar es ¿de que forma se pueden insertar estos pueblos en la globalidad? y la respuesta solo puede encontrarse en el filosofar en clave tojolabal, título del libro del maestro Lenkendorff, la globalidad es la aceptación de la diversidad y para que esta pueda favorecer el crecimiento congruente de un país cuya característica principal es, justamente, la diversidad solo puede darse a través de un diálogo donde el eje sea la igualdad y la nostredad y donde el gobierno regrese a sus orígenes recordando que su tarea principal es el bien común de sus gobernados.
A manera de cierre debo decir que una vez más San Salvador Atenco vuelve a ser foco de diferencias en esta ocasión por causa del proceso de toma de posesión de la Presidencia Municipal, con ello se actualiza la lucha de los atenquenses por ele ejercicio de su derecho a decidir, en días pasados escuchaba a un comentarista de una cadena televisiva a nivel nacional que cuestionaba fuertemente el que se permitiera manifestarse en la forma que el pueblo de Atenco lo hace y cuestionaba también el estado de derecho frente a la tolerancia de estos nuevos hechos.
Es de notar que regresa, también, al centro de la discusión el asunto de la autonomía indígena que es, sin duda, una necesidad de características muy especiales en los pueblos con una historia y un arraigo como muchos de los que vieron sus orígenes remotos en esta tierra hoy llamada mexicana. Vale la pena, también en este sentido, encontrar en las raíces de la historia de cada pueblo la forma de gobierno que pueda ser compatible con el federalismo bajo el que hoy se gobierna nuestro país para poder dar una verdadera congruencia no solo con la realidad actual, sino también con los que somos «color de la tierra» que es un factor de identidad cultural significativo inseparable de una forma de pensar y vivir lejana a los intereses internacional y globalizadores.
Notas
1 Scanonne J.C. Teología de la liberación y praxis popular, p. 1336 y sig.
2 Perine M. Filosofar en situación de indigencia, Editorial comillas, Madrid 1999, p. 275
3 Steffan H.D. El socialismo en el Siglo XXI, http://www.rebelion.org/dieterich/dieterich070802.pdf, p. 3
4 Scononne op. cit, p. 139
5 op. cit. p. 140
6 Steffan op. cit.
7Althusser L. La Filosofía Como Arma De La Revolución, Edit. Siglo XXI , 18a. Edic. México 1989